Verónica Galeón/ElPaís
El secretario de la Función
Pública de México (SFP), Virgilio Andrade, ha asegurado este viernes que ni el
hecho de que la esposa del
presidente de México, Angélica Rivera, ni que el secretario
de Hacienda, Luis Videgaray, compraran sendas casas a una
inmobiliaria propiedad de un contratista que ganó concursos de obras públicas
demuestran que haya existido conflicto de intereses.
El
encargado por el propio Enrique Peña Nieto para investigar la polémica surgida
el pasado mes de noviembre ha añadido que no existe ningún delito en la
concesión de concursos públicos al Grupo Higa, propiedad de Juan Armando
Hinojosa y, a su vez, constructor de las viviendas de la actriz de Televisa,
casada en separación de bienes con el presidente desde noviembre de 2010, y del
funcionario público.
Andrade ha explicado, en una
conferencia de prensa que se prolongó durante casi tres horas, que los
contratos de compraventa de las casas de Videgaray y Rivera se realizaron en
octubre y noviembre de 2012, poco antes de que el presidente Peña Nieto asumiera
el cargo, el 1 de diciembre de ese año. “Ni el presidente ni el secretario de
Hacienda eran funcionarios públicos entonces”, ha dicho. Y, además, afirmó que
"no hubo beneficio ni provecho en los contratos". Una investigación
de The Wall Street Journal reveló en marzo pasado que el secretario
de Hacienda de México había comprado su casa a Grupo Higa por un precio por el
que la empresa no había obtenido ganancia alguna.
El secretario de la Función Pública ha añadido que para su investigación entrevistó a 111 cargos, pero no ha aclarado si había contrastado sus palabras o había revisado sus correos electrónicos. Los interrogatorios se realizaron a través de un cuestionario en el que los funcionarios públicos prometían decir la verdad.
En la conferencia de prensa,
que se anunció en la medianoche, apenas nueve horas antes, y que se efectuó en
el viernes anterior a la vuelta de clase en México, Andrade ha reconocido que
no había entrevistado a Hinojosa, el empresario en el ojo del huracán del
escándalo.
Andrade detalló que Angélica
Rivera desembolsó 35 millones de pesos (unos dos millones de dólares) de su
cuenta personal para comprar la casa de Sierra Gorda, en uno de los barrios más
exclusivos de México, de la inmobiliaria propiedad de Hinojosa.
Rivera ganó 131 millones de
pesos como actriz en 2010, unos 7,7 millones de dólares. La primera dama, que
pese a no ocupar un puesto público oficial colgó en noviembre una dura
aclaración sobre el tema en su página web para aclarar el escándalo y anunció
que vendería la casa.
La financiación nunca quedó
del todo claro, estaba llena de enlaces a portales gubernamentales. Su
contenido ha desaparecido misteriosamente. Ahora solo muestra una fotografía de
la pareja presidencial sin enlace ni leyenda alguna.
El
secretario de la Función Pública dijo este viernes que la exestrella de
telenovelas eligió devolverla a la inmobiliaria a cambio de su dinero.
Subrayó, una y otra vez, que
el presidente no intervino en ninguna contratación, lo que le exonera, de
acuerdo con el resultado de la investigación, de cualquier conflicto de interés
por las transacciones entre su esposa y su colaborador (Videgaray es uno de los
funcionarios más cercanos al presidente) y su amigo Juan Armando Hinojosa,
favorecido con contratos públicos desde que Peña Nieto ocupó la gobernatura del
Estado de México entre 2005 y 2011 y también durante su gestión como
presidente.
“Si me hubiesen pedido que
cometiera algo ilegal, sería el primero en renunciar”, afirmó el secretario de
la Función Pública de México
El encargado de la
investigación de uno de los escándalos que más han minado a la imagen de Enrique Peña
Nieto, cuya gestión es aprobada por solo el 39% de los mexicanos,
eludió las preguntas sobre si era necesario una investigación independiente y
sobre si el presidente de México es capaz de incurrir en un conflicto de
interés —de acuerdo con sus conclusiones, como el mandatario no concede
directamente los contratos, no es así—. No pudo recordar el número exacto de
casos resueltos por la secretaría de la Función Pública pero reconoció que la
cifra era muy baja. Tampoco respondió si había entrevistado al presidente, y no
detalló cuáles habían sido exactamente las preguntas con las que había
interrogado al centenar de funcionarios involucrados. No dijo cómo había hecho
para comprobar si las declaraciones eran verídicas y se limitó a repetir varias
veces, ante las insistentes preguntas, que los interrogados habían hecho sus
declaraciones "bajo protesta".
El funcionario, nombrado por el presidente mexicano a raíz de que se
difundiera la polémica por investigaciones periodísticas, ha dicho que el hecho
de que lo nombrase el mandatario no incurría en un conflicto de interés en sí.
“Si me hubiesen pedido que cometiera algo ilegal, sería el primero en
renunciar”. En cuanto a la relación entre el presidente e Hinojosa, Andrade
aseguró que “las relaciones personales no están prohibidas”.
Peña Nieto se disculpa
El Gobierno mexicano decidió
echar mano de la secretaría de la Función Pública, un organismo oficial
dependiente de la presidencia que estuvo a punto de desaparecer en la
administración anterior, para aclarar uno de los mayores escándalos de la
gestión de Peña Nieto. En Brasil y Chile, donde las gestiones de Dilma Rousseff y Michelle
Bachelet están también bajo sospecha por escándalos de corrupción, las
investigaciones son conducidas por el poder Judicial, no el Ejecutivo.
Los resultados de la
investigación están disponibles en el portal de la SFP. No obstante, la navegación entre los
miles de documentos no aclara si los informes colgados son exclusivamente de
esta investigación, no están marcados bajo ningún letrero que facilite su
navegación y su descarga es muy lenta.
Horas más tarde, el presidente
Enrique Peña Nieto habló del tema. Agradeció a su esposa por su "entereza
y solidaridad" durante la investigación. El mandatario afirmó que el fallo
de la SFP demuestra que ni él ni su esposa violaron la ley, pero se disculpó
por las "interpretaciones que lastimaron a muchos mexicanos" tras la
difusión de la investigación. "Estoy convencido de que en el México
actual, la conducta del presidente debe ser tal que no genere
desconfianza".
El audiorio que lo escuchaba,
durante una sesión del Consejo Nacional de Seguridad, le dio una ovación de
pie.