Desde el mes de agosto del año pasado por
circunstancias muy personales he ido de modo cotidiano a la zona del Valle tanto
de Guaymas como de empalme y en cada uno de los periplos, siempre hay algo que caracteriza
a dicho viaje.
El viernes próximo pasado, mientras iba hacia
el ejido mencionado, en pleno medio día, con un solazo a cuestas, miré a un par
de señoras que iban caminando trémulamente casi a la entrada del entronque de
la Aguilita. Hice alto y les ofrecí llevarlas. Ellas iban al Juan Rodríguez y
estaban casi deshidratadas. Por fortuna había comprado un par de sueros en el
Oxxo –los llevaba para mi hija a quien iba a recoger-, y a ambas señoras se los
di.
Termina tramo "pavimentado", empieza terracería |
Cuando llegué a la escuela por mi hija, el
director estaba “tirado” con mucho vómito, temperatura y diarrea (un inconsciente
supervisor lo mandó a hacer trámites que a él le corresponden). Así como andaba
quería irse a su tierra Álamos. No lo permití y lo llevé al Issste donde lo
internaron y posteriormente a mi casa a que se repusiera.
A toda esa gente que por necesidad tienen que
ir a Empalme o a Guaymas si nadie les ofrece “raite”, tienen que esperar un
camión que sale de Empalme y hace dos idas al pueblo: una a las 6:40 de la
mañana y la otra en la tarde a las 3:30. Si alguien no tuvo el “tino” o la
suerte de estar en el horario mencionado, tienen que esperar un aventón para
poder llegar a sus respectivos destinos y hay que decirlo, por esa carretera no
circula ni el Diablo. Está siempre sola.
Hoy lunes, mientras regresaba a Guaymas, me
tocó darle aventón a un señor de nombre Aarón y es invidente.
Aarón estaba parado esperando el camión y le
ofrecí un aventón. Iba a Empalme a cobrarle a unos cabrones [sic] que le deben
dinero desde hace meses. Él se dedica a la maquila de escobas, trapeadores y
recogedores. Los vende a 35 pesos. Lo dejé en el centro.
El lunes anterior me tocó trasladar a una
señora que iba al “mandado” a Empalme. Regresaría en camión en cuento terminara
y esperaría raite en la Aguilita para poder regresar a su casa.
En fin, las historias de esa gente, de verdad
duelen. Están abandonadas por las autoridades de todos los niveles. ¿Cómo es
posible que haya solamente un camión y con esos criminales horarios? ¿Y si
surge una emergencia? Ya ha habido, según me platicó una señora que tuvo que
llevar a su hijo al IMSS y casi moría en el camino. Llegar hasta allá desde
Empalme, lo menos ocupas media hora y ese tiempo puede ser mortal para un enfermo.
Dejaré para otra ocasión las graves carencias
que existen en el ejido y concretamente en la escuela Cuitláhuac que es donde
trabaja mi hija. De hecho en la siguiente edición de la revista Amplitud
(www.amplitudguaymas.com), trataremos el tema de la “calidad” educativa.
En fin, hay muchas cosas más que decir, sin
embargo, poco a poco las platicaremos.
Acápite: existe un compromiso por parte del ingeniero Luis Felipe Romero, titular del Instituto Sonorense de Infraestructura Educativa del estado de Sonora (ISIES) para colocar la energía 220 volts con el objeto de poner los aires acondicionados que permanecen aún empaquetados ante la falta de ese tipo de conexión. Por otro lado propio Francisco Manzanares, delegado regional de la SEC, en lo personal me comentó que el próximo jueves 11 de septiembre, llegaría un lote de 30 mesabancos a la escuela Cuitláhuac. Esperemos las fechas y su cumplimiento...