jueves, 8 de agosto de 2013

Un país de bárbaros

Ventura Cota Borbón
Es inevitable la comparación y sólo como ejemplo lo haré en este comentario. La nación vecina, Estados Unidos de Norteamérica, en cuestiones de trato y cuidado a mascotas, nos lleva miles de años luz de ventaja.

Me explico a continuación.

Platicaba ayer con una persona del sexo femenino cuyo nombre no estoy facultado revelar y sobre todo a quien prometí no involucrar en este relato, y lo que me dijo me dejó francamente asombrado y con una gran decepción hacia ciertos entes gubernamentales insensibles.

Ella está encargada de una “unidad” canina, o lo que es lo mismo, tiene a su cargo un labrador de dos años entrenado para detectar ciertos tipos de frutas, verduras e incluso dinero, el chucho lo detecta, se decomisa y se aplica una infracción de carácter monetario al autor. El animalito en cuestión  se llama “Donato”.

Mi amiga me dio detalles de cómo a esas “herramientas de trabajo” –así les denominan los entrenadores-, les enseñan todo lo relacionado a la labor específica a que van a ser designada, y conviven con ellos las 24 horas del día, los siete días de la semana y los 365 o 366 días del año. Hay cariño en la relación se quiera o no, me confesó.

Dependiendo del área a revisar, la raza puede variar pero los perros que más se usan son los pastor alemánpastor holandésrottweilerpastor belgalabrador retriever. Aunque para labores que no incluyan defensa o ataque, como lo es detección de drogas en aeropuertos o lugares públicos, se pueden usar también razas como el springer spaniel galés o beagle.

Todo bien hasta aquí. Pero lo malo -y he allí la barbarie que a principio de mi relato hago-, es que una vez que estos canes han cumplido con su servicio al país, son “dormidos” o ejecutados. Ese es el “pago” que reciben después de dar casi su vida entera a trabajar.

La “razón” estúpida que argumentan los encargados de dicho exterminio, es que son mascotas inventariadas y “saben” mucho por ello deben ser sacrificadas para que no sean usadas en actividades delincuenciales. En mi opinión, una excusa muy pendeja.

Si usted amable amig@ investiga, en la nación del Norte –y otros países más-,  las unidades caninas (K-9), una vez que cumplen su servicio –de seis a ocho años-, en las áreas asignadas, se “jubilan” y les dan una vida de reyes. Les buscan regularmente un hogar adoptivo y dan seguimiento a lo que resta de su vida. Sólo son sacrificadas si en el cumplimiento de su deber son heridas o sufren de algún mal o enfermedad incurable.

Los imbéciles encargados de los perros policías en el país –un lugar en el Estado de México-, deberían cambiar sus “tácticas” y a los animalitos que ya cumplieron su trabajo, darlos en adopción o qué se yo, pero eso de matarlos es una barbarie propia de seres insensibles y estúpidos.

Pugnemos para que se legisle al respecto y podamos brindarle a las mascotas –cualesquiera que éstas sean-, una vida digna. Finalmente quienes amamos a esos animalitos, sabemos que son leales y cariñosos con aquéllos que les brindan exactamente lo mismo e incluso son tan fieles que aunque reciban maltrato, siempre su cola se moverá en señal de amistad.

Nuestro país es de habitado en su mayoría por bárbaros, por eso nos va como nos va.