Ventura Cota Borbón

Sin
embargo y contrario a lo que muchos esperábamos escuchar de la primera
autoridad, dejó decepcionado y con mucho qué desear. Otto se la pasó lamentándose
y quejándose, además de pretender involucrar según dijo, a las fuerzas “vivas” (y “muertas”, esto lo dije yo) en el
resurgimiento de Guaymas.
Habló
acerca de la deuda que deja Lizárraga y cáfila de inverecundos que asciende a
cerca de doscientos millones de pesos. Dijo en general que la administración es
un soberano desmadre (esto lo dije yo también) –le gusta mucho decir groserías
pero hoy se abstuvo-, y que todos somos Guaymas [sic] por eso debemos hacernos
responsables de los desmanes y presuntos desfalcos del César.
Nunca
le escuché decir al Otto que turnaría ante los tribunales a su antecesor. Nunca
le oí decir al Otto que buscaría la manera de que el ex munícipe rindiera cuentas
a la sociedad guaymense. Nunca dijo el Otto que buscaría el modo de recuperar
el presunto robo que se hizo al erario municipal. Sólo le escuché decir al Otto
de que Guaymas está jodido y en la ruina y que requiere del apoyo de todos para
sacar al buey de la barranca.
Más
que informar sobre el desastroso trienio del panista, pareció un informe de
excusas y fruslerías. Lástima tiempo que perdí oyendo esas lamentaciones.
Ojalá
que Otto Claussen no esté en la misma situación del César dentro de tres años…Al
tiempo.