lunes, 26 de noviembre de 2012

Inauguraciones


Ventura Cota Borbón
La “moda” de estos últimos días de desgobierno del presidente Felipe Calderón Hinojosa ha sido acudir a distintos eventos en varios lugares de la geografía mexicana con el único objeto de inaugurar obras inconclusas o éstas a punto de terminarse.

Casos concretos de esta semana que terminó e incluso de esta que inicia, fue a Veracruz a poner en marcha una carretera que aún no fragua en su construcción; en Zacatecas puentes levadizos que les falta mucho por terminar, en Tabasco hospitales a un tercio de su edificación y en Sonora el acueducto Independencia, en el cual se apersonará este día para cortar el listón junto con el gobernador Guillermo Padrés.

A sólo cinco días de su partida y después de habérnosla partido, el jefe del Ejecutivo federal pretende a todo “vapor” sacar obra comunitaria antes de entregar la banda a su homólogo el próximo sábado 1 de diciembre.

Creo que esas “aperturas” fantasmas sólo son privativas de México, ya que aquí los abyectos mandatarios con tal de quedar bien con su jefe –como en este caso con el señor CALDERÓN-, son capaces de poner en riesgo a la gente ya que como afirmaron un grupo de ingenieros civiles en el caso del puente y carretera inaugurados en Veracruz, es peligroso abrirlo a la circulación so pena de que se colapse.

Qué se le va hacer.

Fiesta elitista
Por otro lado lo que debería ser una fiesta nacional con motivo del cambio de poderes federales este 1 de diciembre, las autoridades se han encargado de hacerla selectiva y excluyente por razones de miedo muy comprensibles.

El área del Congreso de la Unión desde hace días ha sido blindada por personal militar y elementos federales. Se busca con ello que la “chusma”, el vulgo, el pueblo no se acerque a protestar contra el nuevo presidente Enrique Peña Nieto.

En otros lugares en la que la democracia está presente, estos actos protocolarios son efectuados en medio de una fiesta nacional. Pero como estamos en México, un país en el cual la impunidad prevalece sobre todo, eso, dejar libre el acceso a quien quiera presenciar desde fuera del blindado edificio, es IMPOSIBLE.

Nos esperan otros seis años de pesadilla. Con Calderón nos ha ido mal, con Peña Nieto nos va ir peor.

Calderón como llegó se va a ir: Por la puerta trasera y con el repudio generalizado de un pueblo dolido, harto y frustrado hasta más no poder.