Por PRETOR
Carlos Slim Helú, considerado el hombre más rico del mundo, ha obtenido su enorme fortuna bajo el amparo de la discrecionalidad, de la corrupción, de la explotación, propias de su avaricia e insaciabilidad.
Por cada uno de los pésimos “servicios” de telefonía -tanto móvil como convencional-, que “presta” “agandalla” de modo desvergonzado una fuerte suma de dinero.
Ejemplos hay muchos, pero hablaremos de tres.
1.- Cuando hay traspaso de “Tiempo aire”, el usurero judío, cobra una “comisión” de $ 3.00 (tres pesos). No conforme con que hay un consumo en el traspaso, el semita les endilga un impuesto por el servicio. ¡Qué poca madre!
2.- Si quieres saber con cuánto cuentas de saldo y te ves en la necesidad de consultarlo vía *133# o *333; la empresa de este abusivo sujeto te cobra por comisión $ .98 (noventa y ocho centavos). ¿Cómo es posible que para saber tu propio saldo tengas que pagar por ello? ¡Qué poca madre!
Y 3.- Con el sistema Wi-Fi que algunos teléfonos celulares de 3ra generación traen, puedes accesar al Internet de cualquier plaza pública o lugar común -siempre y cuando conozcas la clave-, en apariencia de modo GRATUITO. Pero este avaro tipo, en algunos casos cobra comisión por el uso de la infraestructura. Y eso tampoco es no tener madre.
Por eso en pocos años ha incrementado su fortuna como para que vivan de ella mil generaciones, mientras el pueblo suato sigue –seguimos- consumiendo sus productos y las recargas de tiempo aire son millones por día.
Viejo rata. Judío tenía que ser. Lo bueno que en el INFIERNO no le alcanzará su dinero para librarse de las llamas.
