sábado, 1 de octubre de 2011

Rincón de la Orientación (Edición No. 225, Colaborador)

Por Lic. Psic. Alfredo Villalobos Gro.
Padres contra hijos, es un tema que nos permite visualizar de forma re-lativa que es lo que sucede en la dinámica familiar de hoy, en casi todas las clases sociales, pero sobretodo en la relación interpersonal de los miembros de una familia.

No se puede generalizar, sería un error,  si hay padres que se llevan bien con sus hijos en donde los roles están bien definidos y los límites son respetados por ambas partes, hubo una temprana educación.

Pero sabemos que también hay quienes mantiene una relación de constante daño entre si. Los factores o razones por lo cual los padres no tiene una relación efectiva y de calidad con sus hijos es muy diversa o mejor dicho multifactorial, no sólo depende de un problema común, es más podemos atrevernos a pensar que surge por la falta de la misma educación familiar y que ésta deberá de darse por lo menos 20 ó 25 años de que nazca el que en ese momento es padre o madre, ¿no lo cree así? Analícelo. Por la razón de peso anterior, nos invita a pensar en que suelo estamos parados.

Sin duda, el reconocer donde estamos en materia de relaciones familiares, es un gran avance, y no sólo reconocerlo sino además el deseo y motivación de querer cambiar, debe de existir ese factor llamado necesidad.

Y sólo de parte de los padres sino de ambos extremos familiares, es decir los hijos también deberán de tener el interés por mejorar en su actitud, como podemos  leer es algo complicado, pero no imposible.

¿Cuáles son los factores más importantes que influyen para que una relación de padres e hijos no sea lo suficientemente sana? Definitivamente siempre es y será la educación en la familia, de allí se desgranan  conceptos como la definición óptima de los roles de cada uno, de padres (rol padres) de hijos (rol de hijo/a), y no acomodarle la amistad como un pretexto de acercamiento, es importante reconocerlo hay quienes si logran ese nivel de relación, pero la mayoría lo confunde y es cuando se presentan el libertinaje y no la libertad.

Otro aspecto a considerar, es la falta de una buena comunicación, que allí es donde la gran mayoría nos topamos con muro, en donde hace nos falta un ingrediente básico en esta relación; que es la humildad, por ambos extremos, máxime si los menores aún no logran su madurez emocional.

La temática la dividiremos en tres secciones, esperando lograr el objetivo que es el dejar menos dudas e interes por ser mejores.

Existen miles de publicaciones de la temática presente pero más aplicables son éstas: Cómo resolver los problemas  cotidianos de Conducta; de Hermann A. Peine y Roy Howarth, nos plasman de una forma sencilla y objetiva cómo evitar y resolver toda problemática entre padres e hijos, y salir avante.

Otro libro de gran utilidad es “La Comunicación niños adultos”, como ayudarles a expresar y aprender a escuchar”, de Pablo Manzano Bernadez y otro “Familias con comunicación sana”, de Eduardo Aguilar.