martes, 27 de septiembre de 2011

Lengua romance

Por Ventura Cota y Borbón III
Quienes tenemos como lengua materna el español o castellano, somos afortunados ya que a diferencia de lo que piensen algunos, en lo personal creo que es el idioma más completo de todos los que se hablan en el planeta.

Tanto la expresión escrita como la hablada, reflejan el pensamiento, inteligencia, sensibilidad, grado de cultura, educación y otros atributos más de quien lo hace. No obstante una cosa es tener acceso a la escritura, y otra muy diferente hacerlo adecuadamente. Lo mismo pasa con el modo de hablar. Así como existe la ortografía, la ortología nos vigila también.

De acuerdo a la historia, nuestro idioma proviene del latín vulgar. Los lacios fueron quienes nos heredaron esta maravilla de lenguaje. Por supuesto que aunque el porcentaje de aportación es muy grande de parte de los latinos, los griegos, alemanes, italianos, franceses, ingleses etcétera aportaron su granito de arena y por ello, nuestro idioma además de conocerse como lengua romance, también se cataloga como una ensalada de idiomas.

Es increíble cuando se descubre que cierta palabra tiene un significado distinto al que asumíamos. Es muy común ese tipo de confusiones y se deben más que nada, a que no nos preocupamos por investigar o aprender. O nos podemos maravillar cuando una raíz etimológica nos conduce a entender la acepción o acepciones que puede tener un mismo término.

Aunque la Real Academia de la Lengua surgió en 1713 y es quien fija la normatividad para el buen hablar y el buen escribir, ésta cada determinado tiempo, adecua, acepta o desecha palabras que por sufrir cambios de tipo fonético, morfológico o semántico deben revisarse. Ello por supuesto sin contar a los neologismos que por estas eras surgen muy a menudo.

En cierta ocasión en el aula donde impartía la materia de Taller de Lectura y Redacción, una alumna me replicó sobre la presunta inutilidad de hablar y escribir bien. Le propuse un reto. Si ella lograba resolverme un examen sencillo sobre gramática e incluso le daba oportunidad de consultar el Internet, yo la exentaba en todo el semestre, mas si cometía un solo error en la prueba, obvio no tendría calificación. Por supuesto que no aceptó.

Hoy en día es muy común que con el uso de aparatos como celulares, computadoras y otro tipo de artefactos electrónicos de los que se hace un abuso en el comunicarse, la mayor parte de quienes los emplean, usan un lenguaje muy limitado, apocopado, lleno de errores gramaticales, ortográficos y una serie de horrores más. Y para mala ventura no es privativo de los jóvenes, he visto maestros, doctores, profesores y muchos profesionistas más que son pésimos como redactores.

A propósito no es lo mismo un cirujano, un doctor y un médico a pesar de la similitud y la sinonimia que puede haber, cada uno representa un significado distinto. Médico proviene del latín medere significa curar, medicar. Por su parte Doctor, se origina de docere cuyo significado es el que enseña y finalmente cirujano proviene del latín chirurgia y quiere decir literalmente trabajo manual o el que trabaja con las manos. Naturalmente se refiere a intervenciones quirúrgicas.

Hay mucho más sobre este tema, pero lo dejamos para otra ocasión. Buenos días.