Por Ventura Cota y Borbón III
Pena escolar
Hay profesores que dan pena ajena y francamente es una decepción aunada a la vergüenza que en quienes recae la obligación de impartir conocimientos, carezcan de éstos hasta en lo más elemental. Por supuesto que hay excepciones, lástima que sean tan contadas.
Los recientes resultados preliminares publicados en distintos diarios del país en los que enuncian a ocho columnas la nota sobre la evidente incapacidad pedagógica del 70% de aspirantes a una plaza en el magisterio nacional no debe provocar asombro puesto que desde hace muchos años, el modo de enseñar en el nivel tanto básico como superior ha cambiado drásticamente para perjuicio del alumnado.
Basta ver cómo algunos profesores o maestros carecen de una cultura general, ya no se diga que dominen la materia que imparten. Las faltas ortográficas están a la vista y lo peor de ello es que no se preocupan por superarse y mejorar en su entorno general cultural.
Antier platicaba sobre el tema precisamente con un amigo mío que es profesor en San Luis Río Colorado en una escuela primaria y él decía que muchos mentores no se han acoplado a los nuevos tiempos y que son rebasados por éstos en virtud de su “aferramiento” al pasado. Creo que antes el modo de impartir clases era mejor y más completo.
En mi escasa experiencia dentro del ramo de la enseñanza, he visto cómo compañeros profesores acuden a clase simplemente por el hecho de cumplir con su trabajo son acciones tan mecánicas, que parecen robots. Lo hacen como una rutina, no les he visto –no a todos por supuesto-, trabajar por pasión, por vocación. Ven en el alumno simplemente un símbolo, un número de lista, una calificación e incluso hasta un signo monetario en algunos casos, pero no hay preocupación real por ver resultados de sus enseñanzas.
Qué lástima que nuestros hijos estén en manos que más que forjarles un conocimiento, les produzcan desmotivaciones, ignorancia, desinterés por el estudio.
La deserción escolar en preparatoria este 2010 que pasó –según números del INEGI-, fue de seis millones de jóvenes, es decir el 14.5% del alumnado nacional. Es una cifra alarmante. Esos muchachos por su deserción escolar arguyeron la mayoría de ellos que era por falta de dinero, poca atención de los padres y lo más importante, la apatía del Gobierno para estimularlos en cuanto que avala el pago de cuotas elevadas entre otras cosas. De esos seis millones de jóvenes que andan deambulando sin escuela, un porcentaje representa “material” para ser carne de cañón de actividades ilícitas.
En fin, el hecho de que 70% de maestros estén reprobados para la labor propia de enseñar, aunque no cayó de sorpresa, si es preocupante y algo debe hacerse, primero empezar por destituir a la señora Gordillo que representa un cáncer cuya metástasis ya casi acaba con el país.
Las mordidas de lengua de Beltrones y Moreira
Manlio Fabio Beltrones Rivera y Humberto Moreira Valdés, este par sin igual están exigiendo –por separado coincidieron, sí como no-, que se haga una revisión de los salarios estratosféricos de los funcionarios del gobierno calderonista.
Está bien su petición, sin embargo ellos no cantan mal las rancheras en cuanto a elevados sueldos que tal y como afirman ellos mismos, no van de acuerdo con la productividad que se supone deberían tener a cambio de ello.
Está bien su petición, sin embargo ellos no cantan mal las rancheras en cuanto a elevados sueldos que tal y como afirman ellos mismos, no van de acuerdo con la productividad que se supone deberían tener a cambio de ello.
¡Qué mordidota de lengua se dieron ambos! Cinismo rampante.