Por Guillermo Urias Ayala
Es desde ya, Susana Corella Platt, presidenta del Comité Municipal del Partido Revolucionario Institucional e inicia con ello, una nueva era en torno al recuperado instituto político, luego de esas tres refrescantes gubernaturas logradas el primer domingo de julio reciente.
La dama en cuestión, llega con todo el respaldo empresarial de Guaymas, lo que quiere decir que habrá recursos para inyectarle y rehabilitar la deteriorada casa de don Plutarco Elías Calles. Y desde luego, no me refiero al abandono físico en que han mantenido el edificio, sino a su estructura.
La cuestión no será nada fácil, pues queda un partido sumamente dividido luego de la elección que dejó inconforme a cierto grupo que la jugó con Pedro Romano, quien por cierto, no tuvo la delicadeza ni de presentarse al evento el día de la elección y responder con su presencia a sus seguidores.
Tendrán que ser dos “operaciones cicatriz” las que emprenda Susana Corella Platt.
Primero, hacer que regresen los que se fueron, luego de la desbandada de julio del 2009, algo que no se antoja ya tan complicado, si se entiende que la dama que está ahora al frente del Partido tiene sensibilidad social y es muy trabajadora, además que hizo su propia labor como alcaldesa interina, es decir, trabajó y me consta, en los barrios y colonias del puerto con la misma gente del Partido.
Y la otra, sumar a esos priístas que no estuvieron con ella por la elección, algo que aquí si es sumamente complicado. La labor de Susana Corella Platt se antoja tan titánica, que se me hace sumamente difícil que pueda buscar la candidatura a diputada local.
Será mucho el trabajo y responsabilidad como para pretender algo así. Su labor será después del trabajo interno y externo dentro del PRI Municipal, allanar el camino a los que vienen en busca de retener las diputaciones federal y local, además de recuperar la alcaldía.
Dentro de diez meses el PRI tendrá candidatos y poco se me hace el tiempo disponible para que su maquinaria camine sin falla alguna. Sobre todo, en la elección de candidatos.
Puestas las cartas sobre la mesa, Otto Claussen se perfila sin vara por la candidatura a la presidencia municipal sobre el doctor José Luis Marcos León Perea, quien ya tiene una derrota en su haber. Puso los huevos en la canasta de Pedro Romano Terrazas y falló estrepitosamente.
Sus posibilidades de completar el ciclo político se redujeron drásticamente. El grupo que apoyó a Susana es el mismo de Otto y por la víspera, se saca el santo. Eso, sin contar que en la última encuesta ordenada por el PAN en Guaymas, Claussen tiene dos puntos porcentuales por encima de León Perea, lo que indica un empate técnico, pero el hecho de estar con los ganadores el diputado local, lo posiciona y a estas alturas ya nadie duda que vaya por la presidencia municipal.
Allí es donde se avecina otra gran lucha, pues son miles los seguidores de León Perea, quienes no se van a quedar con los brazos cruzados e insisto; el oftalmólogo será candidato a la alcaldía de Guaymas, aunque no sea por el PRI.
Algo grueso se cocinará a partir de ya, con los primeros coqueteos de advertencia a cargo de otros partidos políticos. Hacer víctimas ha dado resultados y en este caso, que ni pintado con León Perea si es sacrificado.
Una campaña mediática bien manejada, dejaría a León Perea como el chico bueno de la película y listo para enfilar a la casa de piedra impulsado por otro partido político y con muchas, pero muchas posibilidades de ganar.
En este caso, León Perea nada tendría que perder, sabe que es su último turno político al bate, pues su edad es su rival a vencer y es ahora, o nunca. Hasta hoy, en la historia política de Guaymas, los priístas no han podido ser ganadores al amparo de otras siglas, lo que quiere decir que han sido ganadores por el partido, no por su figura y trayectoria.
El caso más reciente se presentó con Artemisa Lar Orozco, quien emigró del PRI luego de hacer berrinche y se fue al PRD, de donde buscó una posición y falló. Porque no era ella, sino su Partido. Sí llegó a palacio municipal, pero como regidora y su papel inmediato será el ostracismo político, pues no puede regresar al PRI y en el PRD no la quieren.
Ahora se presenta otro escenario político; se proyectaba a Otto Claussen a la diputación federal, León Perea a la alcaldía y por la local sigue en veremos. Aquí al PRI le faltaba un candidato, pero ahora serán dos, eliminado de este panorama León Perea.
En el caso de que Susana Corella alcanzara la candidatura por la local, la federal seguiría sin postulado.
Del otro lado, las cosas pintan un poco mas claras. En el Partido Acción Nacional hay una lucha soterrada entre los grupos de poder a su interior. Héctor Hernández y Oscar González no pierden oportunidad de cuestionar al alcalde de su partido, con el obvio propósito de restarle fuerza rumbo a la candidatura por la diputación local.
Por su parte, González García busca afanosamente una candidatura, ya sea a la alcaldía o diputación local, el caso es lograr algo, pero equivoca el rumbo. Desde el Colegio de Ingenieros y Arquitectos rechazan haya tomado como trampolín el organismo de profesionistas para impulsarse políticamente.
Lo mas seguro es que no llegue ni a regidor en la próxima administración.
Por su parte, Gastón Lozano González sigue picando piedra con un trabajo efectivo, tanto en la sierra como en la zona urbana de Guaymas. Tiene todo para ser el candidato panista a diputado federal y por derecho, ya le toca.
Creo que de no haberse disciplinado en el pasado proceso electoral, Gastón estuviera ahorita en el Congreso del Estado, pero declinó a favor de Alfredo Ortega y allí están los resultados. Otto Claussen le ganó por 614 votos, pues el abogado hizo campaña desde su despacho.
De más empuje, entrón y aventado, esa diferencia la hubiera rebasado pero fácil en funcionario de turismo del gobierno del Estado, quien ahora es el mas convencido de que si el PAN quiere ganar por primera ocasión en el 04 distrito federal electoral, debe hacerlo con un candidato de la cabecera.
De Guaymas, pues, donde está el 74 por ciento del potencial electorado votante. Enviar a otro candidato de Hermosillo, sería asegurar enésima derrota, por muy buenos que sean. Entre el sector femenil tiene bastante presencia, un logro que no han podido concretar otros pretensos del PAN a esa posición.
Aunque quien sabe cual sea ahora la estrategia a seguir, luego de la reconvenida que por acelerados les dio en días pasados Roberto Romeo López, Secretario Técnico del gobierno del Estado.
“Pónganse a trabajar, que las candidaturas van a llegar solas, pero en su tiempo y el compromiso es ahorita con la sociedad y con el gobernador Guillermo Padrés Elías”, diría en su claro mensaje Romero López a quienes desde un puesto público se están perfilando.
No es el caso de quienes detentan un puesto de elección popular como el alcalde César Lizárraga Hernández, quien hace proselitismo amparado en su puesto, lo que no es condenable ni fuera de la ley, sino algo natural.
Y en otro orden de ideas, que les parece el tronadón que acaba de pegar el regidor Luis Zaragoza Navarro en su afán de desestabilizar la administración municipal, al armar todo un circo a raíz del asesinato de su abogado de cabecera.
Quiso hacer aparecer a San Carlos como el paraíso del narco y casa de sicarios, pero su tirada era otra. A nombre de una Asociación Civil que regentea tras bambalinas, el edil panista quiso poner de rodillas al alcalde César Lizárraga Hernández para acceder como sustituto a esa posición, en caso de que César vaya en busca de la diputación local, pero definitivamente equivocó el rumbo.
El alcalde salió respondón, cuando Luis Zaragoza Navarro, candidato trató de presionar para destituir a la comandante de la comisaría de San Carlos Lilián Arce García y al jefe de Policía y Tránsito Ramón Aguirre Vizcarra.
Lizárraga Hernández tomó el toro por los cuernos y optó por destituir al Comisario Francisco Alcantar, delfín de Zaragoza Navarro y si bien es cierto reconcentraron a Lilián Arce a Guaymas, fue designada Comandante Operativa.
Este Luis Zaragoza Navarro es el mismo que en el proceso electoral del 2006 figuró como regidor suplente en la planilla de Antonio Astiazarán Gutiérrez, presidente municipal priísta. Eso se llama convicción pura.
En fin, jaladas de neopanista.