Por PRETORGuaymas sigue pareciendo un pueblo bicicletero todavía en muchos aspectos. Si una mosca hace ruido, paraliza a la ciudad, no se diga una manifestación, desfile o evento de cualquier índole, como el sucedido ayer por partida doble.
El gobernador (rey de Sonora) Guillermo Padrés Elías, estuvo en Guaymas en sendas inauguraciones. Primero se abocó a la tienda de franquicia norteamericana llamada Sam's Club, abierta desde el día de ayer al público en la salida norte del puerto y media hora después se trasladó -junto con su numerosa comitiva y acompañantes lisonjeros-, al nuevo edificio del periódico la Voz del Puerto, donde también cortó el listón de apertura.
Lo malo de todo eso, es que en ambas fiestas, se provocó un caos vehicular de los mil demonios y que quienes no tenemos vela en el entierro fuimos perjudicados.
Un trayecto de 3 kilómetros que regularmente se hace en 5 minutos, ayer me tomó más de media hora. Aunado a la tardanza, también hay que agregarle el consumo de gasolina y en mi caso que tengo una carcacha, el calentamiento del motor...
¿Por qué no vienen a inaugurar edificios o tiendas comerciales en la madrugada? Así nada más a quienes perturbarían y molestarían sería a los noctámbulos.
La prepotencia y grosería con que un oficial de tránsito se dirigió a una dama que iba conduciendo un automóvil en el luhar de los hechos, fue francamente deplorable y estúpida. Y todo para darle paso a un gobernante que con sus actitudes principescas sólo viene a traer problemas de circulación cada vez que acude al puerto o a donde vaya.
Ni modo, los políticos seguirán siempre siendo los dueños de las voluntades de los ciudadanos.
Buenos y embotellados días...
