Un relleno sin sentido y sin cruceros
Algunas promesas que no he visto cumplidas
Lo que quiero en esta Navidad…
Cuando se inició fuertemente el rumor de que existía la posibilidad de qu
e la bahía de Guaymas podría ser modificada en su aspecto a través de un relleno, con el objeto de edificar una marina y con ello de buscar por medio de turismo nacional e internacional, el jauja, el progreso para el puerto; en lo personal me pareció una utopía, aunada a una aberración mental de parte de los creadores de dicha idea. Para que no crea me estoy colgando de la cuerda (iba a poner reata, pero hay muchos malpensados), en su momento, lo escribí.
Entre esos genios, destacaba el que fue posteriormente candidato a la alcaldía de Guaymas por el PAN, capitán Noé Rogelio Garayzar, que inclusive, durante un desayuno al que fui invitado por su colega Manuel Romero Anides, en ese entonces secretario de la directiva que compone el Colegio de Marinos de Sonora, al expresar la opinión correspondiente a ese descabellado proyecto, entre otras cosas me tildó de pueblerino y enemigo del progreso.
En aquellos años, previa documentación y asesoría profesional, lo aberrante de la idea del relleno a la bahía, pareció absurdo. Aún lo sigue siendo.
Guaymas -para conocimiento de los políticos en general que buscan obras de relumbrón como ésta de la famosa Marina Guaymas, antes que el bienestar común-, poseía (lo escribí en pasado) una de las más bellas bahías del mundo. Leyó usted bien amable lector(a), escribí poseía la belleza natural que Dios nos dio en suerte a los guaymenses y que para desgracia de propios y extraños, dejó caer en manos de la burocracia perniciosa. Los políticos, no Dios.
La bahía de Guaymas, insisto, considerada como una de las más hermosas del mundo, y esto dicho por personas que viajan a través del orbe y por obvias razones conocen toda clase de bellezas y paisajes naturales. Uno de ellos, el capitán Aldo Antonio Neri, quien me distinguió con su amistad, hoy por hoy ocupando un alto cargo en el gobierno italiano, me lo comentó más de una vez, que teníamos la bahía más hermosa del mundo y que no la cuidábamos. Dicho en alusión directa a las descargas de drenaje que aunque han disminuido, siguen como las principales proveedoras de caca.
Cuando se enteró que se planeaba rellenarla, dijo y así lo plasmé en una columna de aquellos años, palabras más, palabras menos, que “…los mafiosos del gobierno darán un tiro de gracia a todo lo bonito de este entorno natural y estoy seguro no sacarán ningún provecho comunal; sí, la tajada será buena para sus promotores…”. ¿Tuvo razón?
El relleno ha traído grandes problemas de todo tipo. El principal, el aumento de la contaminación que aunque quieran demostrarnos lo contrario y por más clavados que ridículamente se avienten politiquillos corrientes, no ha disminuido ésta, al contrario, sigue en aumento.
El dragado correspondiente que nunca se hizo y por principios de cuentas tuvo que hacerse, dejó en el limbo de la estupidez toda la porquería que han echado a las pestilentes aguas y que tarde o temprano, los castillos en el aire construidos, sino es que ya, acusan un deterioro marcado en algunas estructuras edificadas en la famosa Marina Singlar (¿está bien escrito?) con cuarteaduras, hundimientos, que para el caso por el pésimo material utilizado y súmele un suelo blando serán el nudo gordiano del gobierno Federal, retrasos en su terminación, millones de pesos invertidos en lo que finalmente se convertirá: elefante blanco. Tiempo al tiempo.
Los que saben de esto dicen que el costo de extraer un metro cúbico de dragado es de trescientos pesos. Imagine usted la enorme cantidad que se necesita para sacar millones de metros cúbicos de lodo, caca, fango y otros agregados. Si no tienen ni para completar el proyecto de la Marina Guaymas, sea porque los encargados de tal sueño guajiro se lo clavaron o simplemente por que no es la idea de nadie terminar ese engaño, menos tendrán para otras cosas. Sobre el tenor, en junio publicaron algunos medios que llevaba un avance del 80%. ¿De qué?
Y sobre los cruceros pomposamente anunciados que presuntamente arribará el primero de ellos en octubre 16 del año que entra (2008), tíldeseme de nuevo como enemigo del progreso, pesimista y pueblerino naco, pero juro ante la Biblia (libro en el cual no creo, pero ese es otro asunto) que afirmo no llegarán ni en octubre del 2008 ni en octubre del 2012 y si nos va bien, en unos diez o doce años se inaugurará el primero siempre y cuando, tenga la suficiente capacidad de recepción el lugar asignado para ello (léase profundidad adecuada), entre otras cuestiones. Con el relleno de la bahía la regaron feo. No tiene sentido.
Sobre los cruceros, por más que seamos positivos y optimistas, llegarán; sí, pero tal como plasmo líneas antes, en unos diez años más, si bien nos va. Prometo que si me equivoco, en este mismo espacio y ante quien corresponda, ofreceré públicas disculpas.
FRANCAMENTE CUANDO LAS PROMESAS NO SE CRISTALIZAN, caen en el supuesto de catalogarlas como mentiras. Sobre esto, yo nunca he dudado de la palabra de Antonio Astiazarán, pero últimamente me ha dado en qué pensar sobre ella. El alcalde Astiazarán en opinión personal está trabajando muy fuerte y con muchas ganas, pero hasta hoy –no hay evidencias de lo contrario-, se está perdiendo en el mundo del “quiero ser”.
Aspira y es legítimo, a ser gobernador del estado y por ello, por su búsqueda inocultable de tal cargo, en opinión de muchos ciudadanos ha descuidado su principal trabajo para el cual lo eligieron por tres años. Ya el gobernador Bours tácitamente y previa admonición, en reciente evento en San Carlos, les sugirió a todos aquellos que buscan sucederlo en tan importante puesto, que se abstengan de gastar su pólvora en infiernillos y mejor dediquen el resto del trienio a cumplir lo pactado con los electores.
Entre otras cosas que no se han efectuado a pesar de así prometerlas en su campaña, era de arreglar las calles del sector Guaymas Norte. De verdad, cada mañana me da miedo recorrer el trayecto de mi casa al trabajo. Un enorme vía crucis por el gran cochinero de calles intransitables. Y no es resultado de las recientes lluvias. No, ya tienen en el abandono muchos años. A través de un escrito que hice llegar a la presidencia municipal con copia a la regidora Norma Castro, le solicitamos los vecinos de esos sectores que el próximo 2008 nos tomen en cuenta para darle una manita de gato a esas mal llamadas calles. Ojala esos trabajos nos traiga el panzón de Santa. Por mi parte, puntual y religiosamente pago mis prediales y lo hago en los primeros diez días del mes de enero, para que no haya pretextos. Música para mi amigo Martín Larios Velarde.
Tengo ganas de ver una película en los cines anunciado como funcionando ya en el 2008. Marzo es el mes de arranque. Hasta que los vea, me convenceré. Hotel de gran categoría iban a empezar a construir. Tampoco se ve nada. Un parque infantil que ojalá mis nietos –cuando los tenga-, puedan disfrutarlo. No ejercer la ley contra las constructoras falsarias que no pueden terminar la Serdán. Basura por doquier, Guaymas luce sucio… blah blah blah, y la lista es larga pero aquí le paro porque traigo espíritu navideño.
FINALMENTE QUIERO QUE ESTA NAVIDAD, Santa Claus nos traiga calles transitables; funcionarios que funcionen y no sean transas; que la CEA deje de estar manteniendo a tanto huevón inútil buenos para nada; que no llueva mucho porque se enoja mi amigo Martín Larios; que los concesionarios del transporte urbano no sean ladrones; que Felipe Calderón Hinojosa se quede idiota para que dé un reculón en el aumento de la gasolina; que baje el precio del huevo, de la carne, del pavo, del pollo, del frijol del primer saco, etcétera, etcétera, ah y que me saque en la Lotería Nacional unos veinte millones de pesos para erigirle en medio de la Plaza de Los tres Delincuentes (perdón, Tres Presidentes) una estatua al rata de Carlos Salinas de Gortari y si me sobra, irme en un crucero al Pacífico de los que van a salir de Guaymas el año que entra. He dicho.
Deseo a mis contados y finos lectores una muy feliz Navidad. Soñar no cuesta nada. ¡Felicidades y Enhorabuena!.
Algunas promesas que no he visto cumplidas
Lo que quiero en esta Navidad…
Cuando se inició fuertemente el rumor de que existía la posibilidad de qu

Entre esos genios, destacaba el que fue posteriormente candidato a la alcaldía de Guaymas por el PAN, capitán Noé Rogelio Garayzar, que inclusive, durante un desayuno al que fui invitado por su colega Manuel Romero Anides, en ese entonces secretario de la directiva que compone el Colegio de Marinos de Sonora, al expresar la opinión correspondiente a ese descabellado proyecto, entre otras cosas me tildó de pueblerino y enemigo del progreso.
En aquellos años, previa documentación y asesoría profesional, lo aberrante de la idea del relleno a la bahía, pareció absurdo. Aún lo sigue siendo.
Guaymas -para conocimiento de los políticos en general que buscan obras de relumbrón como ésta de la famosa Marina Guaymas, antes que el bienestar común-, poseía (lo escribí en pasado) una de las más bellas bahías del mundo. Leyó usted bien amable lector(a), escribí poseía la belleza natural que Dios nos dio en suerte a los guaymenses y que para desgracia de propios y extraños, dejó caer en manos de la burocracia perniciosa. Los políticos, no Dios.
La bahía de Guaymas, insisto, considerada como una de las más hermosas del mundo, y esto dicho por personas que viajan a través del orbe y por obvias razones conocen toda clase de bellezas y paisajes naturales. Uno de ellos, el capitán Aldo Antonio Neri, quien me distinguió con su amistad, hoy por hoy ocupando un alto cargo en el gobierno italiano, me lo comentó más de una vez, que teníamos la bahía más hermosa del mundo y que no la cuidábamos. Dicho en alusión directa a las descargas de drenaje que aunque han disminuido, siguen como las principales proveedoras de caca.
Cuando se enteró que se planeaba rellenarla, dijo y así lo plasmé en una columna de aquellos años, palabras más, palabras menos, que “…los mafiosos del gobierno darán un tiro de gracia a todo lo bonito de este entorno natural y estoy seguro no sacarán ningún provecho comunal; sí, la tajada será buena para sus promotores…”. ¿Tuvo razón?
El relleno ha traído grandes problemas de todo tipo. El principal, el aumento de la contaminación que aunque quieran demostrarnos lo contrario y por más clavados que ridículamente se avienten politiquillos corrientes, no ha disminuido ésta, al contrario, sigue en aumento.
El dragado correspondiente que nunca se hizo y por principios de cuentas tuvo que hacerse, dejó en el limbo de la estupidez toda la porquería que han echado a las pestilentes aguas y que tarde o temprano, los castillos en el aire construidos, sino es que ya, acusan un deterioro marcado en algunas estructuras edificadas en la famosa Marina Singlar (¿está bien escrito?) con cuarteaduras, hundimientos, que para el caso por el pésimo material utilizado y súmele un suelo blando serán el nudo gordiano del gobierno Federal, retrasos en su terminación, millones de pesos invertidos en lo que finalmente se convertirá: elefante blanco. Tiempo al tiempo.
Los que saben de esto dicen que el costo de extraer un metro cúbico de dragado es de trescientos pesos. Imagine usted la enorme cantidad que se necesita para sacar millones de metros cúbicos de lodo, caca, fango y otros agregados. Si no tienen ni para completar el proyecto de la Marina Guaymas, sea porque los encargados de tal sueño guajiro se lo clavaron o simplemente por que no es la idea de nadie terminar ese engaño, menos tendrán para otras cosas. Sobre el tenor, en junio publicaron algunos medios que llevaba un avance del 80%. ¿De qué?
Y sobre los cruceros pomposamente anunciados que presuntamente arribará el primero de ellos en octubre 16 del año que entra (2008), tíldeseme de nuevo como enemigo del progreso, pesimista y pueblerino naco, pero juro ante la Biblia (libro en el cual no creo, pero ese es otro asunto) que afirmo no llegarán ni en octubre del 2008 ni en octubre del 2012 y si nos va bien, en unos diez o doce años se inaugurará el primero siempre y cuando, tenga la suficiente capacidad de recepción el lugar asignado para ello (léase profundidad adecuada), entre otras cuestiones. Con el relleno de la bahía la regaron feo. No tiene sentido.
Sobre los cruceros, por más que seamos positivos y optimistas, llegarán; sí, pero tal como plasmo líneas antes, en unos diez años más, si bien nos va. Prometo que si me equivoco, en este mismo espacio y ante quien corresponda, ofreceré públicas disculpas.
FRANCAMENTE CUANDO LAS PROMESAS NO SE CRISTALIZAN, caen en el supuesto de catalogarlas como mentiras. Sobre esto, yo nunca he dudado de la palabra de Antonio Astiazarán, pero últimamente me ha dado en qué pensar sobre ella. El alcalde Astiazarán en opinión personal está trabajando muy fuerte y con muchas ganas, pero hasta hoy –no hay evidencias de lo contrario-, se está perdiendo en el mundo del “quiero ser”.
Aspira y es legítimo, a ser gobernador del estado y por ello, por su búsqueda inocultable de tal cargo, en opinión de muchos ciudadanos ha descuidado su principal trabajo para el cual lo eligieron por tres años. Ya el gobernador Bours tácitamente y previa admonición, en reciente evento en San Carlos, les sugirió a todos aquellos que buscan sucederlo en tan importante puesto, que se abstengan de gastar su pólvora en infiernillos y mejor dediquen el resto del trienio a cumplir lo pactado con los electores.
Entre otras cosas que no se han efectuado a pesar de así prometerlas en su campaña, era de arreglar las calles del sector Guaymas Norte. De verdad, cada mañana me da miedo recorrer el trayecto de mi casa al trabajo. Un enorme vía crucis por el gran cochinero de calles intransitables. Y no es resultado de las recientes lluvias. No, ya tienen en el abandono muchos años. A través de un escrito que hice llegar a la presidencia municipal con copia a la regidora Norma Castro, le solicitamos los vecinos de esos sectores que el próximo 2008 nos tomen en cuenta para darle una manita de gato a esas mal llamadas calles. Ojala esos trabajos nos traiga el panzón de Santa. Por mi parte, puntual y religiosamente pago mis prediales y lo hago en los primeros diez días del mes de enero, para que no haya pretextos. Música para mi amigo Martín Larios Velarde.
Tengo ganas de ver una película en los cines anunciado como funcionando ya en el 2008. Marzo es el mes de arranque. Hasta que los vea, me convenceré. Hotel de gran categoría iban a empezar a construir. Tampoco se ve nada. Un parque infantil que ojalá mis nietos –cuando los tenga-, puedan disfrutarlo. No ejercer la ley contra las constructoras falsarias que no pueden terminar la Serdán. Basura por doquier, Guaymas luce sucio… blah blah blah, y la lista es larga pero aquí le paro porque traigo espíritu navideño.
FINALMENTE QUIERO QUE ESTA NAVIDAD, Santa Claus nos traiga calles transitables; funcionarios que funcionen y no sean transas; que la CEA deje de estar manteniendo a tanto huevón inútil buenos para nada; que no llueva mucho porque se enoja mi amigo Martín Larios; que los concesionarios del transporte urbano no sean ladrones; que Felipe Calderón Hinojosa se quede idiota para que dé un reculón en el aumento de la gasolina; que baje el precio del huevo, de la carne, del pavo, del pollo, del frijol del primer saco, etcétera, etcétera, ah y que me saque en la Lotería Nacional unos veinte millones de pesos para erigirle en medio de la Plaza de Los tres Delincuentes (perdón, Tres Presidentes) una estatua al rata de Carlos Salinas de Gortari y si me sobra, irme en un crucero al Pacífico de los que van a salir de Guaymas el año que entra. He dicho.
Deseo a mis contados y finos lectores una muy feliz Navidad. Soñar no cuesta nada. ¡Felicidades y Enhorabuena!.