Por Staff de SLA (Reportaje presentado en julio 2005 a solicitud)
Serios cuestionamientos de capitanes navales, ingenieros y arquitectos al “proyecto del futuro” para la Marina Guaymas, hoy detenido por fallas técnicas.
Una acción aberrante, un error irresponsable, una falla de cálculo que podría darle el “tiro de gracia”: Así consideran especialistas el proyecto de relleno a la bahía.
“¿Por qué quieren acabar así con la bahía que es de todos? El gobierno debe entender que bajo las actuales condiciones no sirve para el turismo”, expresan directivos del Colegio de Marinos de Sonora.
Andrés Mladineo Romero, presidente del organismo e ingeniero naval, coincide con sus compañeros colegiados: Están categóricamente convencidos de que el relleno es un error.
Luego de postergados anuncios del alcalde Carlos Zataráin González, el relleno a la bahía inició el pasado martes 30 de mayo con camiones de volteo. Poco duró el gozo.
Para el 10 de junio se suspendió el vertimento de cientos de toneladas de tierra y piedras; ahora reposan en ociosidad mientras el alcalde sostuvo que estaban a la espera de “tabla estacados” para continuar la obra.
No era así, en realidad la obra se detuvo por evidentes afectaciones a usuarios de la bahía, principalmente de barcos camaroneros y otras naves de servicio que atracan y navegan en el área.
Según la versión oficial, el relleno abarcaría 4.5 hectáreas para erigir la Marina Guaymas, una de las escalas del también detenido Proyecto Mar de Cortés que el gobierno de Vicente Fox al anunciar su sexenio.
Pero los especialistas en construcción y asuntos navales, ingenieros, arquitectos y marinos, advierten que las cosas están mal, que el “fastuoso” proyecto agrava las condiciones ambientales y de navegación.
Engaño y fracaso
“Hay un engaño, la tendencia del relleno no corresponde con las fotos tan atractivas que los gobiernos del Estado y de Guaymas difundieron sobre el proyecto”, dice Jaime Agruel Orantes, tesorero del Colegio.
Para empezar, advierte Octavio Felipe Ferreira Ochoa, sobre el fondo marino natural se encuentra un azolve de entre 4 y 6 metros, son cientos de miles de toneladas de fango, lodo y suciedad que deben dragarse.
Como el fondo natural era de entre 6 y 8, apenas dos metros de agua en promedio se levantan sobre el sedimento, de acuerdo a resultados de estudios topohidrográficos, explica.
“Debió hacerse un estudio sobre el lecho marino, levantar una edificaciones con material sobre un fondo lodoso es absurdo; sin dragar, el proyecto tiende al fracaso”, apunta.
Ese lodo, ese sedimento con suciedades de todo tipo, ya lo desplazaron y se afectan los canales de navegación. Antes de cualquier maniobra debió dragarse, eso es indiscutible, dice.
Para el capitán Manuel Romero Anides, secretario del Colegio de Marinos, el relleno provoca daños evidentes. “Ya levantaron un playón de lodo, con el relleno los azolves llegaron hasta los muelles de la cooperativa Isla de Pájaros”.
En ello también coinciden Alfonso Gutiérrez Cabello, Sixto Rivera Lara y Benito Villegas Madrigal; entre los siete acumulan más de 233 años de estudios y experiencias sobre mares y su entorno.
Son capitanes e ingenieros navales, en su mayoría egresados de la Escuela Náutica de Mazatlán, de la Escuela Naval Militar en Veracruz e incluso adscritos a la Marina Mercante Nacional.
Algunos han navegado por todo el mundo, conocen de océanos y navegación. Al Colegio de Marinos de Sonora lo une un orgullo que comparten con miles de personas: Su amor por la bahía de Guaymas.
Para resucitar la bahía es necesario dragarla, los vertimientos de piedra significan darle más exterminio, abatir su hidrodinámica y dificultar aún más la navegación, exponen.
Sólo pangas
El problema del azolve es tal, que sólo embarcaciones tan pequeñas como una panga pueden navegar sin revolver el fango con sus motores, advierte Gutiérrez Cabello, también inspector de la Marina Mercante.
“Provoca risa que en imágenes digitales del proyecto muestren un enorme crucero turístico navegando sobre la bahía; los promotores se engañan solos, es un alarde de ignorancia”, cuestionan.
Un barco camaronero cala seis pies (aproximadamente 1.80 metros) y alborota el lodo del fondo. “Hay que admitirlo, la bahía está muy contaminada y no se limpia con clavados domingueros”, señalan.
Pero hablar del dragado no es cosa fácil. Se estima que la bahía tiene una extensión de 25 kilómetros cuadrados; dragar un metro cúbico cuesta alrededor de 300 pesos.
Los miembros del Colegio de Marinos recuerdan que la bahía de Guaymas tenía siete islas, hoy sólo quedan dos, los Almagres Chico y Grande, debido a distintos proyectos durante las últimas décadas.
La construcción del Casino Naval de la Armada de México, el Cet del Mar, el astillero Navarro e incluso el muelle La Ardilla se levantaron sobre islas o islotes.
Ya se han ganado decenas de miles de hectáreas a la bahía, como en el área fiscal del puerto, y quedan grandes extensiones ociosas que nunca se han aprovechado.
También la Administración Portuaria Integral (Apiguay) es puro relleno ¿Para qué más rellenos, habiendo tanto terreno ganado al mar que puede utilizarse?, cuestionan.
En opinión del Colegio de Marinos de Sonora, una alternativa para levantar la Marina Guaymas pudo ser una estructura de pilotes que permitiera el libre flujo de las corrientes.
Mladineo Romero, Romero Anides, Ferreira Ochoa, Agruel Orantes, Gutiérrez Cabello lamentan que el alcalde Zataráin haya rechazado su disposición a colaborar con el gobierno municipal.
El apoyo es desinteresado, es por Guaymas, porque se quiere lo mejor para la comunidad. “Todavía estamos dispuestos a tender nuestra mano solidaria”, expresan.
Mantienen su postura de que el relleno es un grave error y expondrán su opinión oficial al gobierno municipal, a la Secretaría de Comunicaciones a través de la Coordinación de Puertos Mercantes y Capitanía de Puerto.
Sin planeación
Por el material de baja calidad utilizado, deficiencias técnicas y falta de proyección, los trabajos para el relleno de la bahía son erróneos e irresponsables, también dicen los ingenieros y arquitectos.
“Es una irresponsabilidad haber empezado la obra sin una planeación bien definida”, expresa Héctor López Rivera, decano de la Asociación de Ingenieros Civiles y Arquitectos de Guaymas.
Similares opiniones emitieron los directivos del organismo que afilia a profesionistas de la construcción, entre ellos su presidente Jesús Morales Uruchurtu.
Los Ingenieros y Arquitectos asociados también están dirigidos por Armando Bonilla Ricaud y Luis Felipe Lanz Margalli, como secretario y tesorero.
López Rivera, que participó en la construcción de la Marina San Carlos, consideró imprescindible que antes de empezar debió dragarse cuando menos el área de trabajo en la bahía.
Sobre el lecho marino existe un sedimento de entre 4 y 6 metros de lodo, fango y otros sólidos que empezaron a aflorar al ser desplazados por la tierra vertida en el relleno, dice.
Primero debieron dragar, sacar el lodo, llegar al lecho marino y sobre la firmeza del fondo erigir el proyecto, eso sería parte de un buen trabajo, abunda.
“El lodo, el fango, los azolves afloraron al ser desplazados, es una realidad inobjetable y preocupa que no hayan previsto ese riesgo”, cuestiona.
Recordó que sobre la necesidad del dragado han insistido muchos especialistas, entre ellos el reconocido catedrático del Instituto Tecnológico del Mar (Itmar Guaymas), Sergio Reyna Espriú (ya fallecido).
En “greña”
Los directivos de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos dijeron tener sus dudas si el material que empezaron a utilizar para el relleno es el adecuado.
Otra deficiencia cuestionada se refiere al material en “greña” vertido sobre la bahía, material considerado “sobras” de las cribas; utilizaron tierra poco aprovechable para dar solidez, dijeron.
Sobre lo anterior cabe recordar que a principios de junio dos vehículos de acarreo de material se hundieron hasta los ejes sobre la superficie de tierra vertida a la bahía.
Lo correcto habría sido colocar un pedraplén de contención frente al área concebida, a partir de un muro contenedor compuesto de rocas con peso de por lo menos 80 kilogramos por unidad.
En opinión de los gobiernos municipal y del estado, que en este puerto inauguraron la escala náutica el 19 de noviembre del 2004, desde aquel día “inició el futuro de Guaymas”.
Con la demolición del edificio del ex cine Terraza, entonces inició aquí “oficialmente” la construcción de la primera escala náutica del proyecto Mar de Cortés.
Se dijo que con excelente visión de futuro del presidente Vicente Fox y el impulso del gobernador Eduardo Bours, se promovía un moderno y ambicioso proyecto.
Representantes del gobierno estatal y municipal expresaron hace siete meses: “De la Marina Bahía de Guaymas, todos los guaymenses y todos los sonorenses nos sentiremos orgullosos”.
Los vertimientos pétreos y terregosos sobre el mar, entre la antigua Copa de Leche y Chapultepec, están suspendidos porque, se sabe, afectan a los usuarios de la bahía.
En opinión del capitán de Puerto, Cristóbal González Flores, el gobierno municipal decidió suspender los trabajos debido a la cobertura informativa de los medios de comunicación.
Fernando Casillas Robles, responsable del “proyecto regional sustentable” del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), había sostenido que para abril del 2006 se habrán invertido 67 millones de pesos.
Aunque “representante” de Fonatur, Fernando Casillas no aparece en el directorio oficial donde se inscriben 281 funcionarios del organismo encabezado por Arthur Edward John McCarthy Sandland con nivel JB1.
Al “banderazo” para la inauguración con camiones de volteo, contratados al empresario Jesús Fajardo, también asistió el comisionado de Turismo, Ernesto Gándara Camou en representación del gobierno estatal.
Los directivos de la Asociación de Ingenieros Civiles y Arquitectos de Guaymas lamentan que pese al tiempo transcurrido las autoridades no les hayan presentado el proyecto ejecutivo.
“Muy bonito han hablado las autoridades, pero desconocemos a fondo de qué se trata; apenas sabemos de ciertos procedimientos y que se ganarán terrenos al mar”, exponen.
Dijeron haber platicado con el titular de Infraestructura Urbana y Ecología, Martín Larios Velarde, quien apenas les mencionó que el material utilizado para el relleno es parte de una obra “auxiliar”.
Los especialistas en construcción externaron su deseo de que la empresa Baja, Mantenimiento y Operación (BMO), filial de Fonatur, les explique los fundamentos técnicos del proyecto.
La Marina Guaymas contempla un total de 979 mil 965 metros cuadrados que incluyen terrenos ganados al mar y por adquirir para mil 500 espacios de atracadero, de acuerdo a fuentes oficiales.
También se prevé la creación de un muelle para cruceros y yates, complejos inmobiliarios y remodelación de casas aledañas, zonas residenciales y atractivos varios que detonarían la economía gracias al turismo.
Al respecto, Morales Uruchurtu señala que hasta ningún ámbito de gobierno ha considerado las deficiencias de infraestructura que padece la ciudad.
¿Y el agua?
Aquí todo mundo sabe que el problema de abastecimiento de agua potable es grave, que a las viviendas y a los comercios le abastecen tres días no y al siguiente tal vez, dice.
“Una marina requeriría grandes cantidades de agua para servicios a los hoteles, yates, restaurantes y otras actividades ¿Nos quitarán la poco agua que tenemos”, cuestiona.
La marina tendrá que incluir cisternas y redes de abastecimiento con una considerable demanda de agua, habría qué ver si esto no deteriora, aún más, las condiciones de vida de los guaymenses.
El presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles y Arquitectos subraya que la posición del organismo es por el progreso de la ciudad y nuevas opciones de desarrollo.
No se está contra el progreso, insiste, si las cosas se hacen bien hay que brindarles todo el respaldo, pero persisten varias dudas sobre la viabilidad del proyecto.
Tal vez los gobiernos federal, del estado y municipal conciben entre sus planes alguna alternativa para incrementar el abastecimiento de agua a la ciudad, pero no lo han dicho, ironiza.
Entre las posibilidades, dice, hay que retomar la idea ya expuesta por otros gobiernos para que se construya una desaladora de agua potable, lo que no se ve factible a siquiera a mediano plazo.
Los profesionistas de Guaymas, la comunidad entera, tiene derecho a saber cuál es realmente el proyecto integral relacionado con el relleno y la marina.
El presidente de los Ingenieros y Arquitectos apuntó: “Queremos coadyuvar con el mejoramiento de la ciudad, pero precisamos de información técnica y no de maquetas o imágenes virtuales”.
Serios cuestionamientos de capitanes navales, ingenieros y arquitectos al “proyecto del futuro” para la Marina Guaymas, hoy detenido por fallas técnicas.

“¿Por qué quieren acabar así con la bahía que es de todos? El gobierno debe entender que bajo las actuales condiciones no sirve para el turismo”, expresan directivos del Colegio de Marinos de Sonora.
Andrés Mladineo Romero, presidente del organismo e ingeniero naval, coincide con sus compañeros colegiados: Están categóricamente convencidos de que el relleno es un error.
Luego de postergados anuncios del alcalde Carlos Zataráin González, el relleno a la bahía inició el pasado martes 30 de mayo con camiones de volteo. Poco duró el gozo.
Para el 10 de junio se suspendió el vertimento de cientos de toneladas de tierra y piedras; ahora reposan en ociosidad mientras el alcalde sostuvo que estaban a la espera de “tabla estacados” para continuar la obra.
No era así, en realidad la obra se detuvo por evidentes afectaciones a usuarios de la bahía, principalmente de barcos camaroneros y otras naves de servicio que atracan y navegan en el área.
Según la versión oficial, el relleno abarcaría 4.5 hectáreas para erigir la Marina Guaymas, una de las escalas del también detenido Proyecto Mar de Cortés que el gobierno de Vicente Fox al anunciar su sexenio.
Pero los especialistas en construcción y asuntos navales, ingenieros, arquitectos y marinos, advierten que las cosas están mal, que el “fastuoso” proyecto agrava las condiciones ambientales y de navegación.
Engaño y fracaso
“Hay un engaño, la tendencia del relleno no corresponde con las fotos tan atractivas que los gobiernos del Estado y de Guaymas difundieron sobre el proyecto”, dice Jaime Agruel Orantes, tesorero del Colegio.
Para empezar, advierte Octavio Felipe Ferreira Ochoa, sobre el fondo marino natural se encuentra un azolve de entre 4 y 6 metros, son cientos de miles de toneladas de fango, lodo y suciedad que deben dragarse.
Como el fondo natural era de entre 6 y 8, apenas dos metros de agua en promedio se levantan sobre el sedimento, de acuerdo a resultados de estudios topohidrográficos, explica.
“Debió hacerse un estudio sobre el lecho marino, levantar una edificaciones con material sobre un fondo lodoso es absurdo; sin dragar, el proyecto tiende al fracaso”, apunta.
Ese lodo, ese sedimento con suciedades de todo tipo, ya lo desplazaron y se afectan los canales de navegación. Antes de cualquier maniobra debió dragarse, eso es indiscutible, dice.
Para el capitán Manuel Romero Anides, secretario del Colegio de Marinos, el relleno provoca daños evidentes. “Ya levantaron un playón de lodo, con el relleno los azolves llegaron hasta los muelles de la cooperativa Isla de Pájaros”.
En ello también coinciden Alfonso Gutiérrez Cabello, Sixto Rivera Lara y Benito Villegas Madrigal; entre los siete acumulan más de 233 años de estudios y experiencias sobre mares y su entorno.
Son capitanes e ingenieros navales, en su mayoría egresados de la Escuela Náutica de Mazatlán, de la Escuela Naval Militar en Veracruz e incluso adscritos a la Marina Mercante Nacional.
Algunos han navegado por todo el mundo, conocen de océanos y navegación. Al Colegio de Marinos de Sonora lo une un orgullo que comparten con miles de personas: Su amor por la bahía de Guaymas.
Para resucitar la bahía es necesario dragarla, los vertimientos de piedra significan darle más exterminio, abatir su hidrodinámica y dificultar aún más la navegación, exponen.
Sólo pangas
El problema del azolve es tal, que sólo embarcaciones tan pequeñas como una panga pueden navegar sin revolver el fango con sus motores, advierte Gutiérrez Cabello, también inspector de la Marina Mercante.
“Provoca risa que en imágenes digitales del proyecto muestren un enorme crucero turístico navegando sobre la bahía; los promotores se engañan solos, es un alarde de ignorancia”, cuestionan.
Un barco camaronero cala seis pies (aproximadamente 1.80 metros) y alborota el lodo del fondo. “Hay que admitirlo, la bahía está muy contaminada y no se limpia con clavados domingueros”, señalan.
Pero hablar del dragado no es cosa fácil. Se estima que la bahía tiene una extensión de 25 kilómetros cuadrados; dragar un metro cúbico cuesta alrededor de 300 pesos.
Los miembros del Colegio de Marinos recuerdan que la bahía de Guaymas tenía siete islas, hoy sólo quedan dos, los Almagres Chico y Grande, debido a distintos proyectos durante las últimas décadas.
La construcción del Casino Naval de la Armada de México, el Cet del Mar, el astillero Navarro e incluso el muelle La Ardilla se levantaron sobre islas o islotes.
Ya se han ganado decenas de miles de hectáreas a la bahía, como en el área fiscal del puerto, y quedan grandes extensiones ociosas que nunca se han aprovechado.
También la Administración Portuaria Integral (Apiguay) es puro relleno ¿Para qué más rellenos, habiendo tanto terreno ganado al mar que puede utilizarse?, cuestionan.
En opinión del Colegio de Marinos de Sonora, una alternativa para levantar la Marina Guaymas pudo ser una estructura de pilotes que permitiera el libre flujo de las corrientes.
Mladineo Romero, Romero Anides, Ferreira Ochoa, Agruel Orantes, Gutiérrez Cabello lamentan que el alcalde Zataráin haya rechazado su disposición a colaborar con el gobierno municipal.
El apoyo es desinteresado, es por Guaymas, porque se quiere lo mejor para la comunidad. “Todavía estamos dispuestos a tender nuestra mano solidaria”, expresan.
Mantienen su postura de que el relleno es un grave error y expondrán su opinión oficial al gobierno municipal, a la Secretaría de Comunicaciones a través de la Coordinación de Puertos Mercantes y Capitanía de Puerto.
Sin planeación
Por el material de baja calidad utilizado, deficiencias técnicas y falta de proyección, los trabajos para el relleno de la bahía son erróneos e irresponsables, también dicen los ingenieros y arquitectos.
“Es una irresponsabilidad haber empezado la obra sin una planeación bien definida”, expresa Héctor López Rivera, decano de la Asociación de Ingenieros Civiles y Arquitectos de Guaymas.
Similares opiniones emitieron los directivos del organismo que afilia a profesionistas de la construcción, entre ellos su presidente Jesús Morales Uruchurtu.
Los Ingenieros y Arquitectos asociados también están dirigidos por Armando Bonilla Ricaud y Luis Felipe Lanz Margalli, como secretario y tesorero.
López Rivera, que participó en la construcción de la Marina San Carlos, consideró imprescindible que antes de empezar debió dragarse cuando menos el área de trabajo en la bahía.
Sobre el lecho marino existe un sedimento de entre 4 y 6 metros de lodo, fango y otros sólidos que empezaron a aflorar al ser desplazados por la tierra vertida en el relleno, dice.
Primero debieron dragar, sacar el lodo, llegar al lecho marino y sobre la firmeza del fondo erigir el proyecto, eso sería parte de un buen trabajo, abunda.
“El lodo, el fango, los azolves afloraron al ser desplazados, es una realidad inobjetable y preocupa que no hayan previsto ese riesgo”, cuestiona.
Recordó que sobre la necesidad del dragado han insistido muchos especialistas, entre ellos el reconocido catedrático del Instituto Tecnológico del Mar (Itmar Guaymas), Sergio Reyna Espriú (ya fallecido).
En “greña”
Los directivos de la Asociación de Ingenieros y Arquitectos dijeron tener sus dudas si el material que empezaron a utilizar para el relleno es el adecuado.
Otra deficiencia cuestionada se refiere al material en “greña” vertido sobre la bahía, material considerado “sobras” de las cribas; utilizaron tierra poco aprovechable para dar solidez, dijeron.
Sobre lo anterior cabe recordar que a principios de junio dos vehículos de acarreo de material se hundieron hasta los ejes sobre la superficie de tierra vertida a la bahía.
Lo correcto habría sido colocar un pedraplén de contención frente al área concebida, a partir de un muro contenedor compuesto de rocas con peso de por lo menos 80 kilogramos por unidad.
En opinión de los gobiernos municipal y del estado, que en este puerto inauguraron la escala náutica el 19 de noviembre del 2004, desde aquel día “inició el futuro de Guaymas”.
Con la demolición del edificio del ex cine Terraza, entonces inició aquí “oficialmente” la construcción de la primera escala náutica del proyecto Mar de Cortés.
Se dijo que con excelente visión de futuro del presidente Vicente Fox y el impulso del gobernador Eduardo Bours, se promovía un moderno y ambicioso proyecto.
Representantes del gobierno estatal y municipal expresaron hace siete meses: “De la Marina Bahía de Guaymas, todos los guaymenses y todos los sonorenses nos sentiremos orgullosos”.
Los vertimientos pétreos y terregosos sobre el mar, entre la antigua Copa de Leche y Chapultepec, están suspendidos porque, se sabe, afectan a los usuarios de la bahía.
En opinión del capitán de Puerto, Cristóbal González Flores, el gobierno municipal decidió suspender los trabajos debido a la cobertura informativa de los medios de comunicación.
Fernando Casillas Robles, responsable del “proyecto regional sustentable” del Fondo Nacional de Turismo (Fonatur), había sostenido que para abril del 2006 se habrán invertido 67 millones de pesos.
Aunque “representante” de Fonatur, Fernando Casillas no aparece en el directorio oficial donde se inscriben 281 funcionarios del organismo encabezado por Arthur Edward John McCarthy Sandland con nivel JB1.
Al “banderazo” para la inauguración con camiones de volteo, contratados al empresario Jesús Fajardo, también asistió el comisionado de Turismo, Ernesto Gándara Camou en representación del gobierno estatal.
Los directivos de la Asociación de Ingenieros Civiles y Arquitectos de Guaymas lamentan que pese al tiempo transcurrido las autoridades no les hayan presentado el proyecto ejecutivo.
“Muy bonito han hablado las autoridades, pero desconocemos a fondo de qué se trata; apenas sabemos de ciertos procedimientos y que se ganarán terrenos al mar”, exponen.
Dijeron haber platicado con el titular de Infraestructura Urbana y Ecología, Martín Larios Velarde, quien apenas les mencionó que el material utilizado para el relleno es parte de una obra “auxiliar”.
Los especialistas en construcción externaron su deseo de que la empresa Baja, Mantenimiento y Operación (BMO), filial de Fonatur, les explique los fundamentos técnicos del proyecto.
La Marina Guaymas contempla un total de 979 mil 965 metros cuadrados que incluyen terrenos ganados al mar y por adquirir para mil 500 espacios de atracadero, de acuerdo a fuentes oficiales.
También se prevé la creación de un muelle para cruceros y yates, complejos inmobiliarios y remodelación de casas aledañas, zonas residenciales y atractivos varios que detonarían la economía gracias al turismo.
Al respecto, Morales Uruchurtu señala que hasta ningún ámbito de gobierno ha considerado las deficiencias de infraestructura que padece la ciudad.
¿Y el agua?
Aquí todo mundo sabe que el problema de abastecimiento de agua potable es grave, que a las viviendas y a los comercios le abastecen tres días no y al siguiente tal vez, dice.
“Una marina requeriría grandes cantidades de agua para servicios a los hoteles, yates, restaurantes y otras actividades ¿Nos quitarán la poco agua que tenemos”, cuestiona.
La marina tendrá que incluir cisternas y redes de abastecimiento con una considerable demanda de agua, habría qué ver si esto no deteriora, aún más, las condiciones de vida de los guaymenses.
El presidente de la Asociación de Ingenieros Civiles y Arquitectos subraya que la posición del organismo es por el progreso de la ciudad y nuevas opciones de desarrollo.
No se está contra el progreso, insiste, si las cosas se hacen bien hay que brindarles todo el respaldo, pero persisten varias dudas sobre la viabilidad del proyecto.
Tal vez los gobiernos federal, del estado y municipal conciben entre sus planes alguna alternativa para incrementar el abastecimiento de agua a la ciudad, pero no lo han dicho, ironiza.
Entre las posibilidades, dice, hay que retomar la idea ya expuesta por otros gobiernos para que se construya una desaladora de agua potable, lo que no se ve factible a siquiera a mediano plazo.
Los profesionistas de Guaymas, la comunidad entera, tiene derecho a saber cuál es realmente el proyecto integral relacionado con el relleno y la marina.
El presidente de los Ingenieros y Arquitectos apuntó: “Queremos coadyuvar con el mejoramiento de la ciudad, pero precisamos de información técnica y no de maquetas o imágenes virtuales”.