Sonia Corona/ elpais.com
La pobreza en México se ha acentuado por la caída de los
ingresos de la población más pobre. Esta es una de las conclusiones del estudio
Panorama Social de América Latina que la Comisión Económica para América Latina
y el Caribe (CEPAL) ha publicado esta semana. La organización presenta a
México, Honduras y Venezuela como los países de la región que han contribuido a
que el número de personas en la pobreza se haya elevado en dos millones entre
2013 y 2014.
El salario mínimo en México se encuentra en los 3,8
dólares al día y las autoridades mexicanas lo revisan una vez al año sin hacer
cambios significativos al alza. La organización ha señalado que los salarios
bajos perpetúan a un segmento de la población en la pobreza y los mantienen
alejados de la posibilidad de alcanzar una mejor calidad de vida. La CEPAL ha recomendado
una revisión estructural al salario mínimo, además ha señalado que la crisis de
las materias primas obligará al Gobierno mexicano a ejercer políticas fiscales
que aseguren el financiamiento de los programas de asistencia social.
El Gobierno mexicano reconoció el año pasado que la
pobreza en México continúa en ascenso. Al hacer pública la evaluación del
Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval),
en julio de 2015, la cifra de mexicanos que viven en pobreza se situó en 55,3
millones, dos millones más que en 2013. El ministerio de Desarrollo Social, que
se encarga de los programas sociales contra la pobreza, ha justificado estas
cifras al asegurar que la población en extrema pobreza todavía se encuentra
transitando hacia un segmento en pobreza simple, sin que esta condición pueda
ser superada por algunos de ellos.
En América Latina y el Caribe viven en la pobreza 168
millones de personas, según el informe de la CEPAL al cierre de 2014. Sin
embargo, la organización ha detectado en sus primeras proyecciones de 2015 que
la población en situación de pobreza podría alcanzar los 175 millones. Estos
nuevos índices llevarían a revertir la tendencia a la baja de la pobreza que en
América Latina se sostiene desde 2002. La organización ha alertado a los
Gobiernos latinoamericanos sobre la importancia de que el 80% de los ingresos
de la población se originan en el trabajo y que en los próximos años todavía
puede aprovecharse el bono demográfico para tener una población más productiva
y con mejores ingresos.