El departamento de Bomberos de Guaymas es una
institución muy noble que realiza labores a veces de heroicidad. Sus miembros
arriesgan la vida para salvaguardar vidas ajenas y es por esa única razón por
la que debemos apoyar siempre a estos hombres conocidos también como “apagafuegos”.
De un tiempo a la fecha, el Patronato de esa
institución –así lo infiero-, usufructúa un espacio público en el área del
Veneno, en Miramar. Rentan sillas y mesas, uso de baños y estacionamiento.
Pero, fuera del control que se lleva en la
renta de sillas y mesas –extienden un recibo foliado-, en lo que respecta a los
baños y estacionamiento no queda claro cómo registran o quienes fiscalizan ese
ingreso.
Cuestioné a la persona encargada de los baños
y no supo o quiso proporcionar razón acerca de esa duda.
Lo mismo pregunté a la persona a cargo del
estacionamiento, quien comentó que un “encargado” le da 50 boletos sin folio ni
número con un costo de veinte pesos. Una vez que se le acaban, regresa por más
[sic].
Si no llevan “cuentas” claras acerca de esos
ingresos, da a pensar que alguien está haciendo mal las cosas y más que negocio
para beneficiar al departamento de Bomberos, parte de esa ganancia va a parar a
bolsillos ajenos a la institución y eso no se vale, se llama transa, topillo,
trinquete, fraude, Etc.
Creo que el comandante de los Bomberos de Guaymas, Alberto Osuna Agramón debería tomar
cartas en el asunto y buscar la manera de fiscalizar o controlar esos ingresos
para que como dice el dicho haya cuentas claras y el chocolate espeso y gente
como yo u otras más no desconfiemos de esos métodos de adjudicarse liquidez.
No hay que hacer cosas buenas que parezcan
malas. Digo…