jueves, 1 de septiembre de 2016

Donald y los torquemadistas

Columna Motu proprio de Ventura Cota y Borbón III
En nuestro país se sigue con bastante fidelidad el acto de hacerla de pedo por todo y por todos. El gatopardismo que por décadas nos ha arropado no debería ya asombrarnos ni producirnos escozor para nada.

La controversial visita de Donald Trump a México, atendiendo invitación ex profeso del señor Enrique Peña Nieto, fue nota de ocho columnas en todos los medios tanto electrónicos como impresos.  Sin embargo y paradójicamente, sólo una minúscula parte de la población fue la que “puso el grito en el cielo” por tan “antipatriótico y sumiso” acto de parte del primer mandatario.

Minúscula porque sólo aquellos-aquellas interesadas en causar controversia deliberadamente se enteraron de la entrevista entre ambos personajes. Sólo una minúscula parte gritó. La clase política, empresarial, ciudadanos “comprometidos” con su pueblo”; pero el grueso de la población, el jodido, el ignorado, el marginado, el alejado de la mano elitista y de Dios; ése, ni cuenta se dio de la “criminal” acción de Peña Nieto. En pocas palabras, si se hubiera percatado que el millonario candidato estadounidense vino a México, ¡le importa madre!

¿Que mister Donald Trump ha insultado a los mexicanos en distintos y diversas acciones? ¿Qué ha dicho el güero desabrido: que son narcotraficantes, secuestradores, güevones, malnacidos, Etc., Etc., Etc.? ¿Y…? Que se molesten los narcotraficantes, los secuestradores, los güevones, los malnacidos, aquéllos que se sientan agraviados y aludidos; y al parecer son precisamente ellos quienes en reacción a la provocación del copete güero, respondieron.

A mí, como mexicano –y puedo colegir que a millones más-, lo que diga el señor Trump, se nos resbala porque simplemente no nos enchalecamos. Además el Presidente de la República dentro de sus facultades legales está la de invitar a quien o a quienes les plazca, independientemente de que una minúscula parte de la población se lo encare y restriegue en su cara. Finalmente, su yerro –repito para quienes insisten en rasgarse los vestidos-, ya lo está afrontando.

No seamos patrioteros y falsos redentores. Qué más putiza que la que nos dan ¡diariamente! los políticos con sus desenfrenadas ambiciones e inverecundias. A ellos sí deberíamos de madraerlos y además hacer algo. Pero hacerla de tos por la visita de un pendejo más pendejo que los pendejos que se indignaron por tal acto. Mmmm.

No pasa nada. Nunca ha pasado nada. Pero de todo lo que se pueda hay que hacer un ESCÁNDALO. Es más, parafraseando al extinto Zurdo Rodríguez, apuesto doble contra sencillo a que si viniera Jesucristo, el Mesías a visitar el país, también le iban a armar un escándalo. En otras palabras, igual la iban a hacer de ¡pedo y lo vuelven a crucificar!

Acápite:   
No sé si el señor encargado de recaudar los impuestos en México dice de modo deliberado sus estulticias. “El incremento de la gasolina no afectará porque sólo los más pudientes son quienes la consumen”. O está idiota; o está provocando. O a lo mejor ambas… dos….como dice Cuachiflaiza.

He dicho.