Ventura Cota y Borbón III
¿Qué
es realmente lo que hace a una persona atentar en contra de su propia vida?
Creo que esa respuesta ni los profesionales de la medicina del campo de la
psiquiatría la sabe con exactitud.
En
lo personal, viví muy de cerca una situación de suicidio.
El
comportamiento de quien pretende auto dañarse es extraño, pero a veces muy
peculiar. Con su actitud te dice lo que va hacer y muchas veces esa “señales”
no se comprenden hasta que ya es muy tarde.
Su
carácter era retraído, poco sociable, pero siempre, desde niño ése fue su
comportamiento.
La fatídica mañana del 21 de marzo como a las siete estábamos en el porche mi madre (EPD) y yo tomando café, cuando de pronto llegó un niño muy agitado y a bocajarro me dijo: “Ventura, mi tío se cayó…”. Así, simplemente ése fue su mensaje.
Sabía
que ellos vivían en un departamento de los multis del Issste, mas ignoraba en
cuál piso. Por ello, le dije a mi madre que llamara a una ambulancia.
Me
fui siguiendo al niño (sobrino del suicida) y al llegar al lugar –atrás del
multi-, vi el cuerpo de mi amigo.
Una
de sus hermanas, atrás de la cerca me gritaba que le tomara el pulso [sic]. ¿Cuál
pulso? Si su cabeza estaba destrozada y sus manos fuera del lugar donde
deberían estar.
Aun
así, levanté su cuerpo y lo abracé…inerte. Fueron unos minutos después que me
cayó el “veinte” y lloré por él.
Después
empezó a llegar la gente, la autoridad se tardó cerca de media hora y ya para
entonces, me agarró un temblor corporal.
Al
día siguiente, cuando su cuerpo fue depositado en la funeraria para velarlo,
sólo cuatro personas estábamos acompañándolo. Su familia llegó mucho después…quizás
ya que asimilaron la tragedia…
Jamás
he olvidado esa escena que a veces se repite en mis sueños. Jamás he juzgado a
quienes atentan contra su vida y lo consiguen. Sólo ellos saben cuán grande es
su desesperación y aunque digamos que todo tiene remedio, en esos momentos de
angustia, para el suicida el mundo está cerrado.
¿Por
qué hago esta remembranza? Simplemente para reflexionar que incluso aunque se
esté cerca de Dios, o cuando menos se crea estarlo, cuando en la mente de una
persona se mete la idea de que la vida no es tal, la presencia de ese Poder
Superior no evita nada.
Dice
la Iglesia que los suicidas no entran a la casa del Señor…No lo creo, a menos
que Dios sea un ente discriminador. Es más, pienso que quienes mueren de esa manera, son
los primeros en llegar. Allá en la gloria creo que desde entonces está mi
amigo.
He
dicho.