Por Ventura Cota y Borbón III
Hace
unos 20 años o más, aproximadamente, cuando estaba haciendo mis pinitos en las
lides periodísticas, realicé una entrevista a un miembro de la agrupación de Alcohólicos
Anónimos –por cierto que nunca publiqué-, y en ésta, el entrevistado me platicó
una historia muy dramática que para mí resultaba increíble; sin embargo pude
corroborar y eso me formó la idea de que los milagros existen.
A
raíz de ello, de alguna manera u otra jamás me alejé de esas personas a quienes
la mayor parte de la sociedad considera VICIOSOS, pero que en realidad y –puede
resultar una falacia para muchos-, son enfermos. Eso de la enfermedad no lo
dicen los propios miembros de la agrupación de AA. Fue la Organización Mundial
de la Salud, entidad que después de
realizar concienzudos estudios en personas que bebían de modo incontrolable, en
1953 concluyó que el ALCOHOLISMO es una enfermedad INCURABLE, PROGRESIVA e INSIDIOSA,
sin dejar de entender que es mortal por obvias razones.
Una
cosa que me atrae la atención es que la mayor parte de los concurrentes a las
juntas de AA, hablan con una elocuencia de Dios. Aclaran que el programa no
tiene nada de RELIGIOSO *, pero sí es sumamente ESPIRITUAL *, no obstante, esa
fe es la que les ha devuelto la recuperación. También los hay quienes se
consideran ateos e incluso escépticos. Esa minoría ha logrado quedarse y
recuperarse. * Nota: para no entrar en controversias, amigo lector-lectora,
indague la diferencia entre ambos términos.
A
la asociación de AA acuden hombres y mujeres que buscan recuperarse de su
descontrol en la ingesta de bebidas espirituosas y aunque el programa nació
originalmente para alcohólicos o borrachos hace ya 80 años (1935), se ha
diversificado a grado tal que actualmente personas con doble o triple estigma
(drogadictos, ludópatas, comelones, etc), han encontrado alivio a sus problemas,
siempre y cuando se entreguen a ése
sencillo programa con una pizca de honestidad. Así dice en su carta de
presentación.
En
AA no se les cobra cuotas ni honorarios. No se les brinda algún tipo de ayuda
económica, ni de enfermería o internación. No se les exige nada, sólo lo que
dice una de sus tradiciones: El único requisito para pertenecer a AA es el
DESEO de dejar de beber…
Algunos-algunas
se preguntarán: ¿Cómo funciona el programa? Primero lo obvio y esto es dejar de
beber. La abstinencia total es el inicio de la recuperación y después la aceptación
de que existe un problema. Pueden darse en orden invertido, según declaran
algunos veteranos en el programa. Asistir de manera regular –si es posible
diario-, a las juntas, las cuales tienen una duración de hora y media y en
éstas quienes así lo deseen, pueden subir a una tribuna y hablar de sus
experiencias de borracho y cómo han logrado recuperarse, lo que la psiquiatría
denomina CATARSIS.
En
tribuna exponen –así se sugiere-, cosas que pueden llamarse “escuchables”. Para
sacar, expulsar algo más privado, más “fuerte” de su ciclo como bebedor,
también les sugiere un paso (el 5°) que escojan una persona de su confianza que
puede ser un amigo, un compañero, un sacerdote un psiquiatra, en fin alguien
que les produzca confianza absoluta, al “confesor”. La expulsión de esos
cuadros, regularmente alivia la carga y ayuda en la recuperación.
Hay
miembros dentro de AA que ya acumulan décadas –dos, tres e incluso cuatro-, y
continúan yendo a sus reuniones, pero eso de ninguna manera les garantiza su
sobriedad o abstinencia, tienen que mantenerse firmes con buena voluntad, no
con fuerza de voluntad, que es distinto). El alcoholismo por ser ésta una
enfermedad como cualquier otra, alguno que otro miembro recae…eso no signifique
que el programa no funcione. Allí quien falló fue la persona, por las
circunstancias que sean. Por ello para evitar esa y otras cosas, es importante
que una vez lograda la recuperación, se PASE EL MENSAJE a otros alcohólicos que
aún sufren e ignoran de la existencia de una agrupación que puede salvarlos,
incluyendo a su familia.
En
fin, podría usar mucho más espacio para hablarles sobre esta maravillosa
agrupación mundial que está en poco más de 190 países y la cual fue fundada por
dos visionarios norteamericanos llamados Bill Wilson y Robert Smith. Lo importante
es que si hay dudas pueden obtener información más precisa en los propios
grupos de AA o acudir a una oficina que se encuentra, como en este caso en
Guaymas con el teléfono 22 285 55, lo seguro allí es que su anonimato será
guardado celosamente, acuda sin miedo o vergüenza.
Lo
único que me resta decir es que la recomiendo AMPLIAMENTE, si usted tiene
problemas con su forma de beber, será el puerto más seguro donde le acojan sin
recriminaciones. Usted tiene la última palabra…
He
dicho.