miércoles, 23 de septiembre de 2015

Acuden a clases entre lodo y desdén; no hay escuela ni drenaje ni agua ni servicio alguno; SEP responde dos años después

Sonia del Valle/ Reforma
Hace dos años, 155 alumnos estudian la secundaria a pesar de que nadie, ni la Secretaría de Educación de Guerrero, ni el Municipio, y mucho menos la Secretaría de Educación Pública del gobierno federal, haya verificado las condiciones en las que asisten a la escuela.

La Secundaria Nicolás Bravo, ubicada en el municipio de Xochihuehuetlán, recibió por parte de la Secretaría de Educación de Guerrero la Clave del Centro de Trabajo (CCT) 12DES0246O en julio del 2014.

De entonces a la fecha no hay escuela. Lo que existe en la cima de un terreno que en épocas de lluvia se dificulta su acceso, son varas, plásticos, pedazos de madera, pedazos de escritorios y mucho polvo.

La escuela inició su funcionamiento en el año 2012 como un módulo dependiente de la Escuela Secundaria General “Luis Donaldo Colosio Murrieta”.

Después de dos años, el Comité de Gestión Escolar y el Comité de Padres Familia lograron obtener el reconocimiento por parte de la SEP y del Gobierno de Guerrero, pero a ambas instancias se les “olvidó” construir una escuela.

La “escuela” no cuenta con drenaje, agua potable, teléfono, electricidad, ni mucho menos Internet, sala de cómputo, ni AL AIRE LIBRE. 155 alumnos acuden a tomar clases en la Secundaria Nicolás Bravo, en el municipio de Xochihuehuetlán, aunque la escuela no ha sido construida desde el 2012.

El camino y acceso es de tierra, alrededor del cual hay pequeños barrancos y no hay barda de contención; ni barda perimetral, salvo por un alambre de púas en algunas áreas.

Aunque los 155 alumnos están divididos en seis grupos en términos administrativos, sólo hay tres semiconstrucciones usadas como “aulas”.

Las estructuras están hechas por horcones de madera con una separación considerable entre sí; el techo es de lámina que está suelta en distintos puntos y cuando hay ráfagas de viento, se mueven, se azotan e incluso se vuelan; y los palos que sostienen las láminas del techo están sujetos con alambre.

En algunas partes las “aulas” cuentan con paredes de carrizo, otras zonas sin carrizo son cubiertas con sarapes, malla alambrada o telas raídas. Al interior de las aulas, el suelo es de tierra.

Los salones tienen butacas en mal estado con metal oxidado y expuesto; las butacas son insuficientes para los alumnos; los pizarrones están rotos. La escuela inició con dos letrinas que durante las elecciones fueron cambiadas por “una candidata del PRD, que no ganó”, cuentan padres de los alumnos.

Padres y estudiantes decidieron demandar, en tribunales, que construyan su escuela.

Atenderán escuela, dicen
La SEP informó ayer que con los recursos que se obtengan de los Certificados de Infraestructura Educativa, anunciados por el presidenteEnrique Peña, se atenderá, entre otras a la secundaria Nicolás Bravo, ubicada en Xochihuehuetlán, Guerrero.

Padres y alumnos presentaron, con el apoyo de Mexicanos Primero, una acción colectiva para demandar una escuela de calidad, pero la PGR la impugnó con el argumento de que los demandantes no son consumidores, pues reciben un servicio público de manera gratuita y no de una escuela privada.