miércoles, 15 de julio de 2015

Librería Amadeo Nervo y sus 70 años

Mantiene vigente don Jorge Castanedo la primera librería de Guaymas y de Sonora; es el negocio más difícil del mundo, dice

Don Jorge Castanedo González

Por: Fernando Villa Escárciga
Faro que alumbra de cultura a Guaymas, la Librería Bohemia Amado Nervo tiene más de seis décadas de existencia y su cofundador don Jorge Castanedo González lucha por perpetuarla.

Don Jorge es un hombre jovial, de aspecto tranquilo y sonriente, sencillo pero legítimamente orgulloso de llevar toda una vida de lucha por la difusión de la cultura. Y no se rinde. Ahí está todos los días en esta librería que sin duda es la más antigua de Sonora y una de las cinco más añejas del país.

Se dice fácil de un modesto negocio familiar que no se ha arredrado ante la modernidad ni el Internet, ante las crisis ajenas ni las propias de este pueblo que se amodorra en los veranos de su piojez.


Su padre, Alonso Castanedo Moreno fue quien concibió la idea de crear la librería de Sonora el 15 de julio de 1945 cuando la humanidad aún sangraba por las heridas de la Segunda Guerra Mundial.

Abrir la “Amado Nervo” fue una especie de respuesta a la barbarie, a la estúpida frase de “Muera la inteligencia, viva la muerte” del franquista Millán Astray. Ex cónsul de Guatemala aquí, y considerado uno de los “Siete Sabios” de Guaymas, don Alonso tuvo la idea de poner un negocio y contribuir a la difusión del saber a través de la palabra escrita.

La “Amado Nervo” nació como un estanquillo en la calle 22 y avenida Serdán, entonces don Jorge era un chamaco de 16 años y ofrecía los textos bajo el radiante sol. Desde entonces ha cambiado de sede en sede con presencia en siete décadas del ayer, del ahora y del porvenir porque quiere perpetuar la empresa a través de la adversidad.

“El negocio más difícil del mundo es una librería, hay que combinar los productos viejos con lo nuevo para seguir vigentes. Es difícil, pero aquí estamos”, expresa. Y ahí está, presente en la calle 20 con más de quince mil volúmenes en sus estantes: ahí viven los grandes literatos de todos los siglos, obras de historia, ciencias, técnicas y sabiduría compartida.

Don Jorge recuerda con orgullo el saber de su padre, su presencia entre los guaymenses y su contribución a la cultura a través de las letras que iluminan.
“Nunca he pensado en cerrar, los libros son abrevaderos del conocimiento y es indispensable seguir adelante”, dice, sentando tras su vetusto escritorio secular.

A través de los años, comenta, miles y miles de guaymenses han acudido al establecimiento en busca de algún manual, un tratado, una novela o algún texto de ciencias.

Con el tiempo cambian los gustos por la lectura, cada diez o doce años las preferencias varían, como en la década de los sesentas que surgió la afición por las novelas románticas. Si para los años ochentas se incrementó la venta por los textos de superación personal, en la actualidad han cobrado vigencia y demanda los libros sobre política.

Pero hay libros de siempre, de ésos que don Jorge Castanedo ha vendido por miles, como “Sinuhé el egipcio” de Mika Waltari o “El viejo y el mar” de Ernest Hemingway. Igual mantienen vigencia los clásicos como “El ingenioso hidalgo Don Quijote de la Mancha” de Miguel de Cervantes Saavedra, lo mismo que “La Odisea” y “La Ilíada” de Homero.

Los orígenes
Concebida como un proyecto de compromiso, a los pocos años la Librería Bohemia Amado Nervo se instaló en el edificio del cine Alameda (después llamado Diana; hoy una mueblería) en calle 19 y Serdán.

Después del trajín de ese día, en noviembre 19 de 1957, Jorge Castanedo se quedó hasta la media noche para realizar tareas de limpieza. Al llegar a casa alguien le dijo se que estaba quemando la librería. “Mentira, acabo de estar allá”, respondió. Lamentablemente era verdad.

El incendio primero y el agua utilizada para sofocarlo después, dañaron cientos de volúmenes y las pérdidas fueron cuantiosas. Pero los dueños no se arredraron, con mucho sacrificio mantuvieron la empresa y la instalaron a un lado de la biblioteca pública, en la esquina de Palacio Municipal donde hoy se asienta Oficialía Mayor.

Así estuvo hasta 1962, año fatal para la familia al fallecer el día 13 de julio don Alonso Castanedo Moreno, guaymense de cepa que mucho contribuyó a su comunidad.

Don Alonso
Miembro de la Logia Masónica y Cronista de la Ciudad, don Alonso fue un hombre de letras y de honor que desde la década de los veintes hasta 1954 representó al consulado de Guatemala.

Crónicas de antaño relatan que mientras el gobierno municipal palidecía en su empeño por los festejos de la Heroica Defensa de Guaymas, don Alonso los organizaba con fervor. En plenos tiempos de convulsión social de la nación, Castanedo Moreno fue encarcelado por motivos políticos y puesto a disposición del prefecto Fortino Vizcaíno para su fusilamiento.

Pero su señora madre, doña Yocunda, a la postre también madre de crianza de Plutarco Elías Calles, intercedió por él y logró su libertad. Castanedo se auto exilió en Estados Unidos durante algún tiempo.

Alonso Castanedo fue un hombre de su tiempo y de gran trascendencia, de contribución para su comunidad y amante de la cultura, las artes y las letras. Su deceso motivó decenas de cartas de editoriales de todo el país con condolencias para su hijo Jorge, quien igual notificó de la pérdida a Fernando Pesqueira, otro sonorense amante de las letras.

Pesqueira, quien catalogó la extensa biblioteca de la Universidad de Sonora, remitió al propietario de la Librería Bohemia Amado Nervo una misiva a propósito de la muerte de don Alonso:

“Lamento en lo más profundo de mi corazón la desaparición del que fuera para mí un gran amigo, al que siempre estimé y admiré por sus altas virtudes ciudadanas y morales. “Guaymas pierde a uno de sus mejores hijos, que mucha falta le hará, en lo que hace a la difusión de la cultura y a la convivencia social.

“Estoy seguro que usted seguirá su edificante ejemplo, y que como él sabrá mantener vivo el amor por las bellas letras en ese hermoso puerto que tanto amó. De esta manera honrará usted mejor su pensamiento y su memoria”.

Don Alonso procreó a cinco hijos: Carlota, Alonso, Cristina, Manuel y Jorge el menor, quien con jovialidad y esfuerzo mantiene viva la librería fundada hace sesenta años.

Templo del saber
Nacido el 2 de mayo de 1929 por rumbos de la calle 9 y avenida Serdán Jorge Castanedo desde niño se dejó cautivar por los libros. Entre sus lecturas primeras destaca “Corazón” de Edmundo de Amicis, obra que todavía se mantiene en demanda por la clientela de la librería.

Al paso del tiempo, forjó entre sus autores favoritos a Amado Nervo en el género de poesía, lo mismo que Víctor Hugo, Miguel de Cervantes y Juan Rulfo, entre otros. Eso sí, destaca entre sus obras más gustadas “Biografía del Caribe” de Germán Arciniegas, aunque también gusta de nutrir su espíritu con los clásicos de todos los tiempos.

Siempre bromista y de buen humor, don Jorge se siente orgulloso de sus amigos, con quienes ha compartido y compartió gratificantes tertulias y discusiones sobre los temas de la vida. Entre ellos menciona a Alejandro y Horacio Vázquez del Mercado, don Armando Saucedo y Fuentes, Juan y Alejandro Ramírez Cisneros, Manuel Valladares, Agustín Taylor y muchos más.

Al término de cada jornada, varios se reunían en la librería a debatir sobre los temas del momento; hablaban de libros, poesía, historia, filosofía, de la situación en Guaymas y solían jugar ajedrez. Hoy, al paso del tiempo, don Jorge Castanedo puede sentirse orgulloso y la comunidad ha de considerarlo digno guaymense distinguido. De esos que valen mucho.

Porque grande en su sencillez, puede decirse que este hombre ha contribuido en mucho a darle jaque mate a la ignorancia. Sus libros, los volúmenes del saber y de la cultura en Guaymas ahí están, prestos a ser leídos, a iluminar los espíritus y vivencias de este pueblo que mucho necesita del saber.