Excélsior
Corrupción con empresarios e “ineficiencia” de las
autoridades no permite frenar la gran destrucción medioambiental, acusa
México es un “depósito de porquerías” y la “ineficiencia”
de las autoridades no permite frenar la gran destrucción medioambiental que
padece el país, denunció este domingo la Arquidiócesis de la Ciudad de México.
‘‘Tristemente, nuestro país también destaca a nivel
internacional por la ineficiencia de las autoridades para frenar la devastación
de las selvas y la destrucción de los arrecifes”, señaló la arquidiócesis, en
un editorial publicada en el semanario católico Desde la Fe.
Según la Iglesia, ello convierte a México “cada vez más
en depósito de porquerías”.
La arquidiócesis hizo estas reflexiones en relación a la
encíclica del Papa Francisco “Laudato si (Alabado seas). Sobre la
protección de la casa común”, dedicada al medioambiente.
La encíclica “evidencia las fallidas políticas públicas
que en muchos países han causado graves daños al medioambiente. México no es la
excepción”, consideró la arquidiócesis.
A su vez, destacó que, según la Organización Mundial de
la Salud (OMS), México fue en 2013 el segundo país latinoamericano con más
muertes atribuidas a la contaminación atmosférica.
La Iglesia católica también denunció la polución de los
ríos mexicanos, que define como “verdaderas cloacas de residuos domésticos e
industriales”.
“Y la misma suerte le depara a nuestros mares ‒prosigue
el documento‒ si se sigue consintiendo el fracking (fracturación hidráulica),
tecnología altamente contaminante y dañina para el medioambiente”.
‘‘Ante esta realidad, lo más grave no son las pérdidas
económicas, sino la seguridad y salud de millones de mexicanos que ven con
impotencia cómo se destruye su entorno natural y sus medios de subsistencia”,
consideró la Iglesia.
Además, denunció el “evidente fracaso” en los programas
de transporte público en la capital del país, como el programa Hoy no
Circula, para reducir el uso de vehículos privados, y comparó el Metro de la
Ciudad de México con un “verdadero viacrucis” conformado por “trenes e
instalaciones inseguras y riesgosas para la integridad de millones”.
Por ello, alabó la encíclica del Papa por mostrar “la
irresponsabilidad de todos los seres humanos que contribuimos en la
devastación, pero acentuada particularmente por empresarios y capitalistas bajo
el paradigma tecnocrático del dominio económico y político sobre el cuidado del
planeta”.