lunes, 5 de agosto de 2013

#Ladys y #Glentleman. Nuevas figuras políticas surgidas en el tiempo de las redes sociales

Alán Aviña
Estudiantes de la Ibero no imaginaron lo viral que se convertirían los videos que 131 alumnos grabaron para afirmar que su presencia en la conferencia desastrosa de Peña Nieto en esa universidad, era por convicción y no como acarreados, tal como Luis Videgaray, coordinador de campaña del candidato priista aseguraría.

La formación de #YoSoy132 tuvo como escenario por excelencia las redes sociales. La creación de Hashtags, por ejemplo, los que surgieron tras al librogate de Peña Nieto, nos mostraron la verdadera magnitud de las redes. Ahora estas, son actores principales en la escena política.

Según el estudio de la “Asociación Mexicana de Internet” (AMIPCI) 6 de cada 10 mexicanos encuestados usan alguna red social, siendo Facebook la principal, seguida de Twitter, quien se encuentra muy por debajo, pero tiene una curva creciente, contrario a Facebook que la lleva decreciente.

Facebook es el sitio más visitado por los internautas en América Latina. En México, el 39% de los usuarios de redes sociales la usan y el 24% del tiempo que pasan los internautas mexicanos en internet, se lo dedican a esta red.

Según un estudio difundo por SM Latam, a enero de 2010 había 146 mil cuentas registradas en Twitter relacionadas con México y  se estimaba que para finales de ese año habría 100 millones de usuarios en el mundo.

La clase política, ante el evidente auge de las redes sociales, ha complementado sus campañas con proselitismo cibernético. Sin embargo, especialmente para ellos, los efectos pueden llegar a ser perjudiciales.

Los casos de Las Ladies y Los Glenteman, son el ejemplo perfecto del cambio sustancial que las redes están creando en la forma de gestionar la vida pública de los representantes políticos.

La lista de Ladies y Glentleman es robusta y va en aumento. No reconoce partido político, género y origen. A todos por igual, les puede llegar el momento de ser parte de la viralidad de las redes.

La Lady Profeco fue la primera víctima. El pasado 26 de abril Andrea Benítez acudió al restaurante Maximo Bistro. La hija del procurador esperaba una mesa en particular, pero no se la dieron. Horas después inspectoras de la dependencia federal llegaron y clausuraron el local.

Algunos comensales comentaron en Twitter y Facebook el incidente, y la hija del funcionario fue la primera bautizada de la estirpe de las Ladys.

Después, le siguieron una serie de incidentes más, relacionados con servidores públicos exponiendo su prepotencia y abusando del poder.

Sólo que ahora lo hacían ante las cámaras de un celular. Los videos que pronto serían difundidos en Twitter y Facebook, generarían en 140 caracteres los repudios más originales a los excesos de la clase política.

La Lady senadora, miembro de la bancada perredista en el senado, insultó a una trabajadora de una aerolínea. Los Glentleman de Ixtapaluca y Silao, regidores, de Acción Nacional y del Verde Ecologista, insultaron a policías que intentaban poner orden ante el escándalo que provocaban en estado de ebriedad. También, la Lady diputada, candidata del PAN a la legislatura local de Chihuahua por Ciudad Juárez, fue grabada en un video saliendo de un bar en total estado de ebriedad.

Y la lista sigue. La Lady de Tepoztlán, el Gentleman de Morelia, la Lady de la Roma, la Lady de Saltillo, entre otros. La última, la Lady Oaxaca.

El miércoles 17, Martha Patricia Campos Orozco, diputada local de Acción Nacional, se negó a un arresto en completo estado de ebriedad. La diputada forcejeó con los policías y rompió un cristal de la patrulla que la trasladaba ante el juez calificador. Sin embargo, la influyente servidora permaneció en los separos y pudo salir cuando pagó su multa correspondiente, tal como cualquier ciudadano.


¿Es posible que las redes sociales estén impulsando un cambio en la clase política? La prepotencia, el abuso de poder y el influyentismo de la clase política pueden acabarse con un Hashtag.