lunes, 12 de agosto de 2013

Bruno Pablos y nosotros

Ventura Cota Borbón
La cita era a las seis de la tarde de este sábado que pasó y a esa hora puntualmente estábamos mi esposa Consuelo y yo en la casa de los anfitriones Norma Castro y Eligio Higuera.

La razón de la reunión fue para arreglar una futura presentación del próximo disco del poeta declamador costumbrista Bruno Pablos  –de la cual hablaré una vez que tengamos los detalles-, y obviamente pasar una velada que al final se convirtió en bohemia inolvidable.

Ya en casa de los Castro-Higuera, además de nosotros, fueron llegando Bruno Pablos y su esposa Nannys, posteriormente arribó Javier Ballesteros acompañado de la pintora Carmelita Acosta. Poco antes de las siete arribaron también Alexis Sánchez, Eduardo Pérez, Manuel Martínez, Juan José Castro Salguero muy bien acompañado de dos de sus sobrinos y al final una persona de nombre Gaby. Ah casi lo olvidaba, nos acompañó también doña Elvira Salguero, madre y suegra respectivamente de Norma y Eligio, así como la hermosa damita Marianita y su hermano Eligio Jr.

Para “romper el hielo”, quien esto pergeña sostuvo una plática muy agradable con Eligio y el proprio Pablos, de quien admito decirlo, a pesar de su enorme talento, lo caracteriza una sencillez propia de gente del campo, por cierto de donde es oriundo.

Hay que decir que hubo una condicionante para asistir a la reunión mencionada: Norma nos había pedido que cada uno de los invitados lleváramos algo en lo que pudiéramos demostrar nuestro “talento”.

Por tanto mi guitarra Apple estuvo conmigo, por su parte Javier Ballesteros se hizo acompañar de una flauta, Carmelita Acosta de un grueso hato de hojas vírgenes y Alexis de un vademécum del cual sacó, como de la chistera de un mago, enormes poesías.

Desde luego no podía faltar el bajo de Lalo Pérez, el instrumental musical del fundador del grupo La otra España, Juan José Castro; y obviamente la estrella del grupo el maestro Bruno Pablos, con su prodigiosa memoria y enorme capacidad de a momentos hacernos reír a carcajadas y segundos después ponernos tristes hasta las lágrimas.

Debo poner énfasis en que a la tertulia humana se unieron unos sabrosos bocadillos, un menudo que estuvo en la leña hasta que fue necesaria su presencia ya en el amanecer del domingo, vinos tintos muy finos de mesa, ambarinas de dos o tres marcas distintas para gargantas de igual selección e incluso alguien llegó con una botella de tequila, creo que fue Manuel.

Y que se desata la parafernalia. Yo, por ser el menos agraciado en cuestión de talento tuve que abrir la bohemia con una melodía del compositor guaymense Rosendo Montiel, llamada “Por qué no fui tu amigo”. Por fortuna, según percibí, fue del gusto de los presentes puesto que les arranqué sonoros aplausos -¿o serían por piedad? Después de tres o cuatro melodías, imbuí de valor a los demás y Norma Castro junto con su “dulcineo” Eligio, hicieron un dueto que lo envidiaría Carmela y Rafael. No hay que mencionar que lo hicieron excelentemente bien.

Tocó turno al joven Alexis Sánchez. Vaya que el muchacho sabe cómo sensibilizarnos. De su repertorio nos recitó con una dicción muy correcta, una poesía de su propia autoría: A Marlena…

Juan José Castro tomó su turno. Junto a él, su sobrino y Eduardo Pérez. Está de sobra decir que el profesionalismo de los músicos nos hizo vibrar. ¡Qué bárbaro! –como diría el profesor Alejandro Ramírez, quien por cierto fue el gran ausente-, la habilidad del primero mencionado es grande. Su guitarra expelía notas hermosas al compás del rasgueo y el contagio emocional fue indescriptible.

Por fin llegó la ocasión que todos estábamos esperando: la interpretación del maestro Bruno Pablos, la verdadera estrella de los presentes, quienes ante su enorme capacidad y talento, parecíamos unos aficionados- excepto desde luego “La otra España”.

El maestro Pablos, tal y como lo hace en sus presentaciones profesionales, nos dio ese respeto y poniéndose de pie, ante una música de fondo acompañada por Javier Ballesteros, primero y posteriormente por Juan José Castro, nos deleitó con “El caballito de palo”, poesía inédita que vendrá en su próximo repertorio. Al final de su interpretación, unos con un nudo en la garganta y otros con lágrimas salidas espontáneamente, pero todos conmovidos por el mensaje tan profundo.

Hay que destacar que mientras cada uno de los presentes tomábamos el turno de brindarnos con nuestro talento –lo escribo sin dejo de sarcasmo-, la excelsa pintora Carmelita Acosta, plasmaba con pulso firme, trazos de cada uno de los rostros de los allí presentes. Al final pudimos comprobar su maestría en ese arte.

La ronda continuó y todos de nuevo cantamos, recitamos, platicamos, tomamos y cuando llegaba de nuevo el turno de que Bruno Pablos nos deleitara, era la cereza del pastel. “Yo te convengo Chayo”, “El culto, el rudo y el raro” –de esta última no estoy seguro el nombre real-, “Santiaguito” y otras más. El maestro Pablos fue un agasajo para quienes tuvimos la oportunidad de estar presentes.

El caso es que la noche siguió su curso, los entremeses continuaron, las bebidas cruzaban la sala, los chascarrillos surgieron, la camaradería se fusionó más y finalmente, cerca de las tres de la madrugada del domingo, lo que nueve horas antes había comenzado, se empezó a disipar.

Así como llegamos, sin ambages cada uno de los presentes, nos fuimos despidiendo con el compromiso de que pronto se repetiría una bohemia como esa recién vivida, a la que podríamos denominar como inolvidable.

Cabe destacar que antes de todo el “relajo”, se llegó a un acuerdo entre la organización Foro Cultural 13 de Julio (FOCULT 13), en el cual en fecha por confirmar del mes de octubre, el maestro Bruno Pablos hará oficialmente la presentación de su más reciente material –el cual recomiendo ampliamente porque nos dio una “probadita”-, tentativamente en la terraza del Hotel Playa de Cortés y será acompañado por el grupo “La otra España”.

De mi parte agradezco el trato tan amable del señor Bruno Pablos. Sin duda un hombre con gran talento. Y es que como dijo Óscar Wilde en su famosa obra “El retrato de Dorian Gray: “Dios dio a ciertos hombres y mujeres un don que los hace especiales…”, esa noche, exceptuándome a mí desde luego, todos evidenciaron ser consentidos de Dios porque todos demostraron un talento que no se regatea. He dicho.