lunes, 22 de julio de 2013

Y parece que fue ayer

Juego de Leyendas, se acerca
Guillermo Urías Ayala 
(La voz del Puerto) 
El próximo 19 de septiembre se cumplirán 39 años de haber llegado a esta casa editora y previo a ello, un grupo de amigos compañeros de los medios de comunicación locales, organizan una serie de eventos con tal motivo.

Los 40 años en el periodismo, si el Creador lo concede, tendrán como punto final un campeonato nacional de ligas pequeñas, que bien podría ser la categoría 13-14 años, evento que tiene como sede la Ciudad de Taylor, en Michigan, Estados Unidos.

Arrancamos el tres de agosto venidero con un Juego de Leyendas, bajo el impulso del compañero Raúl Rodríguez Angulo, Luis Carlos Joffroy Núñez y José Enrique Gaxiola, entre otros.

Juego de Leyendas pretende reunir a quienes fueron figuras de los Ostioneros de Guaymas en varias épocas. Recordar a los grandes y que las nuevas generaciones sepan de qué estaban hechos aquellos peloteros que dejaban todo en el terreno por unos pesos, ya que no había grandes sueldos como a la fecha.

Este encuentro podría contar con figuras como Vicente “Huevo” Romo, el pitcher record del béisbol, considerado ni más ni menos que el mejor lanzador mexicano de todos los tiempos.

Sería un placer ver de nuevo sobre el diamante del Abelardo L. Rodríguez al autor del primer juego perfecto en la historia del béisbol invernal. En ese mismo montículo donde consumó la gran hazaña.

Espero, si su salud lo permite, entre los invitados especiales, la presencia de Alfredo “Yaqui” Ríos, indudablemente el personaje del béisbol mas querido en Guaymas, quien junto con Héctor Huerta y el manager Ronaldo Camacho, son de aquellos campeones de 1967, cuando los Ostioneros de Guaymas conquistaron su quinta y última estrella.

Otros de más acá, quienes por su entrega se ganaron el cariño y respeto de la afición como Marco Antonio Leal, José Antonio Elguezábal, Carlos Ríos, Mario Alberto Rodríguez, Héctor Guízar, Jesús Antonio “Pasos” Barrera, Rigoberto Meza, Pablo Estrada, Armando Aguilera, José Alberto Flores, Ernesto Alonso González, Obed Plascencia, Fernando “Choro” Cruz y otros más.

Y  ¿cómo llegue aquí? El 14 de septiembre de 1974 aventé la pala en medio de pavorosa lluvia acompañada de rayos y truenos, por allá en el Valle del Yaqui y dos días después llegaba a Guaymas, sin conocer a nadie, sólo con las ganas enormes de lograr un trabajo que me permitiera forjarme una carrera profesional.
Don Armando Velderráin Viezca, entonces Jefe de Policía y Tránsito de Guaymas, en la administración de Felipe Bárcenas Santini había sido amigo de mi padre, lo busqué y me dijo que para policía estaba muy chamaco y algo raquítico.

“Pero aquí se acaba de abrir un periódico, el Director es mi amigo, le hablo y a ver que tiene para ti”, me dijo.

Otro día me presenté a la Voz y de inmediato me convertí en el amo y señor de la escoba y el trapeador; servía el café, iba al correo, lavaba los recipientes del laboratorio fotográfico, en fin.

De deportes, yo sólo sabía llevar el score del béisbol y no había cronista deportivo en un periódico que apenas comenzaba, por lo que comencé a teclear, a plasmar remedo de notas y con el apoyo de todos mis compañeros, al mes ya era el encargado de deportes.

Nadie me lo creía, tenía apenas 15 años; mi primer contacto fue don Martín Almaguer Ibarra, un señor que se dedicaba a la anotación y se le miraba todos los domingos en la entonces Unidad Deportiva Municipal; presidente de la Liga Municipal de Beisbol Alfonso Pestaño, de softbol Rosalío Amavizca, en la rama femenil de esta misma disciplina Francisco Pérez, mejor conocido como “Pancho Catalino”  y en la promoción del boxeo Luis Renato Villegas Maytorena.

Había un circuito beisbolero más, llamado Liga Inter-Hotelera, de la cual recuerdo, Justo Antonio Soberanes Mariscal, jugando para Restaurant Almita conectó 26 imparables en forma consecutiva. Una marca, indudablemente.

Mi inquietud por aprender más me llevó a Los Mochis, Sinaloa; allí comenzó mi peregrinar en el oficio, pues de allí me fui a Culiacán y Mazatlán; crucé el charco y arribé a La Paz, Baja California, regresé a Los Mochis y de nuevo a Guaymas; al poco tiempo estaba en Ensenada, Tijuana y Mexicali, más tarde en Nogales, Ciudad Obregón y de vuelta en Guaymas.

Siempre en los medios de comunicación, al margen de haber sido el primer corresponsal de Telemax, en Sonora, precisamente en este puerto.

El béisbol me lo dio todo; una forma de vivir, dar una carrera profesional a mis hijos, conocer varios países y lo mejor, hacer amigos y más amigos.

Y Claro, no me puedo despedir sin la tradicional anécdota: Dagoberto Sandoval Quintero, mejor conocido como “Sandoquín, practicaba artes marciales, tenía una estética, era cantante y lo demás, pues que se lo pregunten al “Diablo” Germán Osuna

Le dio por practicar basquetbol y lo hacía en la cancha que está a un costado del Gimnasio Municipal y en las gradas, un grupo de vagos, entre ellos un servidor, quienes le gritamos: “Sandoquín, bríncate el cerco, vente para acá con nosotros”.
Y para qué, contestó el controvertido personaje.

Pues para que te hagas hombre…p caón……Pero que va, de inmediato nos reviró: ¡uta, es más fácil que ustedes se brinquen el cerco y se vengan conmigo¡