lunes, 15 de julio de 2013

Un festival desangelado

Ventura Cota Borbón
El pasado sábado 13 de julio terminó con más pena que gloria el Festival Mar Bermejo correspondiente a su décima edición.

Aunque dicen que las comparaciones son odiosas, éstas son necesarias. Partiendo de parámetros ya establecidos que nos permiten ver qué diferencias buenas o malas hubo entre el Festival del año pasado y este del 2013, sin duda y sin parecer inquisidor –como ya me adjetivaron alguien del Ayuntamiento portense-, en lo personal que me quedo con la versión anterior, y la anterior y la anterior.

La pobreza o mala calidad de ciertos “artistas” que “engalanaron” dicho Festival, se mostró en casi todos los eventos. Salvo uno que otra actividad cultural, como la presentación del libro “El santo oficio” del escritor periodista José Luis Martínez, éste –el libro- con la excelsa presentación de Carlos Sánchez, quien por cierto, nos honra con su colaboración quincenal en este medio que dirijo.

Por supuesto no hay que cerrarse y negar que hubiera también otros eventos en los que indiscutiblemente tenían su categoría. Pero el común que denominó fue además de una organización muy laxa, estuvo el programa muy poco atractivo, por decirlo de modo eufemístico.

Ignoro cuáles hayan sido las causas principales de este, llamémosle fracaso que se llamó Festival Mar Bermejo 2013. Quizás la responsabilidad de dicho fiasco no sea del todo imputable al director del Instituto Municipal de Cultura y Arte de Guaymas (IMCA), ingeniero Mauro Barrón Robles, pero él como encargado del evento, si acaso tuvo restricción monetaria, debió buscar la manera de sustituir ésta con talento, promoción e ingenio.

De antemano, en enero próximo pasado, en plática con la señora Poly Coronel, directora general del Instituto Sonorense de Cultura (ISC), tras cuestionarle la razón por la que a Guaymas la había segregado como subsede de eventos tales como el FAOT, Cine Internacional del Desierto, Horas de Junio, etcétera, ella puntualizó que el objeto era el de apoyar con todo [sic] al evento que pretende ser iconográfico del puerto: el Festival de marras.

Tal parece, como puede suponerse por lo “tibio” de los espectáculos, que la señora Coronel no cumplió su palabra y que dejó a Mauro Barrón Robles con la “brocha en la mano”. Naturalmente que estoy especulando, pero una vez que el director del IMCA dé su informe final de cómo se hizo y cuánto se gastó, sabremos la realidad.

Por lo pronto me sostengo que esta edición del festival Mar Bermejo 2013, resultó en muchos sentidos sumamente decepcionante. Claro, es mi punto de vista muy personal, usted debe tener el suyo amable amig@ por tanto suplico no se vaya a molestar. He dicho.