sábado, 31 de diciembre de 2011

IMSS

Por Ventura Cota y Borbón III
Una mañana de septiembre del año 2002 –tengo bitácora de todos los acontecimientos que rodean mi vida, he allí por qué la exactitud-, me desperté con un fuerte dolor de riñón, mismo que por lo insoportable me hizo vomitar en dos ocasiones. Fue necesario que mi suegro (EPD) me trasladara a Urgencias del IMSS en la calle 10.

El diagnóstico fue que lo traía más seco que una ciruela pasa; y aunque soy temeroso de pinchazos en cualquier parte de mi cuerpo, acepté que me pusieran un suero con una bola de medicamentos –le llaman cóctel-, mismos que casi de modo “milagroso” después de no aguantar el dolor ni parado, sentado, acostado, caminando, de cuclillas, etc, se fue yendo poco a poco hasta desaparecer.

En aquella ocasión recuerdo que me encontré a Jorge Enríquez Valle y me preguntó preocupado qué pasaba. Me llevaban a tomar un ultrasonido para clarificar el diagnóstico primero y se confirmó. Después de dos o tres horas en Urgencias, pude irme a casa ya sin ayuda.

Ayer, se repitió la historia: mis venas del brazo izquierdo fueron agujereadas para canalizarme y aplicarme un poderoso medicamente parecido al que líneas antes les comento. Esta vez por fortuna la causa no fue el riñón, sino la famosa ciática o dicen es probable una hernia discal HD (se me efectuarán estudios), pero de que duele mucho, duele.

Fui atendido como siempre de modo muy profesional, por el médico que tengo asignado en el consultorio 2 del IMSS y cuyo nombre me reservo por no tener autorización del galeno para publicarlo, mas sé qué lee este blog y sabe de mi profundo agradecimiento. Es un profesional de la medicina muy humano, humilde y respetuoso en su trato a los demás y con mucha vocación de servir bien. Nos consta. El caso es que me convenció que aceptara ponerme el suero, "Para que pases unas fiestas de fin de año placenteras", me dijo.

Él personalmente me llevó al área que erróneamente llaman de urgencias en el seguro de Las Villas, dio las instrucciones precisas para que de inmediato me erradicaran el dolor que llevaba y me dejó en manos de Arturo López Montiel, enfermero o encargado de turno y de quien dicho sea de pasadita, es otra persona a quien debo darle las gracias por lo profesional de su trato a los pacientes. Fue también muy amable. “Te lo encargo, le voy a estar echando vueltas mientras dura la aplicación del suero”, le dijo. Y cumplió. Tres vueltas dio el doctor en el lapso de mi breve internación.

Si hemos de criticar las cosas que a juicio de algunos, el IMSS hace mal, es justo ponderar y exaltar lo que hace bien. A mí y a mis familiares cercanos por fortuna siempre nos ha ido bien cuando recurrimos a esa institución –desde octubre de 2009 no consultaba allí-, y aprovechando la recomendación de mi padre don Ventura Cota Reyes, quiero agradecer las finas atenciones de tres médicos que han hecho posible después de Dios, que él esté con vida: a los doctores José Alejandro Meléndez Barraza, especialista en Ciudad Obregón; al Dr. Eligio Higuera Encinas, gran amigo de la familia y quien siempre ha estado atento de la enfermedad de don Ventura y, por supuesto al doctor de quien les hablo al principio, mismo que es médico de mi padre también. Para todos ellos mis bendiciones y agradecimientos. Es verdad es su trabajo, pero su calidad humana y profesionalismo nadie las refuta.

La historia sigue. Salí como un joven de 20 años, sin dolor ni molestas. Fui canalizado a un especialista de la columna y ahora sí, por lo crónico de mi problema, debo seguir las instrucciones médicas.

Perdón por compartirles algo tan personal, no se me quita esa costumbre.

Acápite: dice el pueblo a modo de sarcasmo que los acrónimos de IMSS e ISSSTE significan cada cual IMSS= Importa Madre Su Salud e ISSSTE= Inútil Solicitar Servicio Sólo Tramitamos Entierros. Cada habla como le fue en la feria.