Por Ventura Cota y Borbón III
El alcoholismo, como se sabe, es una enfermedad incurable, progresiva, incisiva y mortal por necesidad. Es democrática debido a que agarra a todos por parejo. No respeta sexo, edad, posición económica ni nivel intelectual. Comparándolo con la muerte, son iguales. No discriminan.
El caso es que conocí a una persona que padecía esta terrible enfermedad y que no tuvo la fortuna que muchos tienen al acudir a un grupo de AA y rehabilitarse. Esta persona de quien les hablo, lamentablemente ya murió hace unos dos años.
Cuando tenía lapsos de sobriedad –que eran pocos-, platicaba muchas incoherencias debido a que su cerebro ya no le funcionaba con normalidad a Pepe, por llamarlo de alguna manera.
Nos dijo una vez que durante la Guerra del Golfo en el Pérsico, él como voluntario, allá combatió –naturalmente que no era verdad-, y que cuando la conflagración terminó, al regresar a su tierra, se trajo un “Volkswagen del Sahara”, o sea un camello.
Cuenta Pepe que durante sus parrandas, se montaba en el camello y se lo llevaba a las cantinas donde lo “estacionaba” afuera de las mismas, ante el azoro de quienes veían al animal de dos jorobas.
En cierta ocasión, ante la desesperación de no poder satisfacer la demanda de agua que la bestia le hacía de casi doscientos litros diarios, ya que en Guaymas, decía Pepe, nunca hay, tuve que venderlo a un circo.
Ya me había encariñado con el camello y cuando lo entregué al circo, me miraba con esos ojitos tristes de largas pestañas. Ya me estaba arrepintiendo, decía Pepe, pero era inevitable y necesaria la transacción por dos razones: necesitaba dinero para mis parrandas y como no había el bebestible suficiente, me animó más.
Pepe murió ahogado en la doble acepción de la palabra: Estaba ebrio y además cayó a la bahía donde debido al golpe se ahogó.
Historias como éstas se tejen diario en esta población llena de borrachos con graves problemas de alcoholismo. Se dice que si los dipsómanos volaran, Guaymas siempre estaría nublado.
Quienes creen tener problemas con su manera de beber, pueden llamar sin ninguna pena al 22 2 85 55 las 24 horas…