Por Ventura Cota y Borbón III
Empezaron mal. La impuntualidad hizo presa a la ceremonia de oficialización del comité directivo municipal del PRI en la localidad a cargo de Susana Corella Platt y Fabrizio Cano Lara como presidenta y secretario en forma respectiva. Citaron a las 17:30 horas y todo comenzó a las 18:45.
Hay que decirlo, el lugar donde se programó el evento, el Friends, un complejo completamente elitista que no concordaba con muchos que allí estuvieron, lució pletórico. Gente que acudió por motivos de conveniencia, otros por convicción y la mayoría, de a fuerza.
También hay que recalcar que las dos damitas que presidieron –Claudia Pavlovich y Susana Corella-, estaban preciosas. Elegantes vestidos realzaban más su belleza. Ni hablar.
Vi a dinosaurios de la política, amanuenses de la misma y piloteados por “lideresas” que con el gran auditorio parecía un evento más que de un pobre municipio, parecía estatal.
Pregunté a unas señoras sobre si su presencia obedecía a una decisión propia, ellas un poco confundidas pero sinceras, me respondieron que venían “invitadas” por unas señoras que lideran en su colonia y que a cambio les ofrecieron unas ayudas en especie y monetarias. -¿Cuántas son, más o menos? Somos alrededor de 90.
El discurso de los oradores estuvo regular, salvo la intervención de diputado local Otto Claussen, fue lo rescatable. Ni la señora Pavlovich, tampoco la Lic. Corella lograron despertar conciencias ni letargos en quienes poblaban el elitista lugar. En pocas palabras, ni Susana ni Claudia prendieron al auditorio.
Observamos las mismas costumbres se siempre. Mucho ruido y pocas nueces. Un PRI que en el papel luce como antaño: raquítico, corrupto, enemigo de la sociedad, grupos compactos buscadores del botín que otros de similares características puedan dejarles, en pocas palabras nada nuevo bajo el sol.
