Por Ventura Cota y Borbón III
El próximo jueves 23 de junio a las 10 en punto de la mañana, el Museo de Antropología de la Ciudad de México será el escenario en el cual se encuentren por segunda vez el poeta -hoy buscador incansable de la justicia de la muerte de su hijo-, Javier Sicilia y quien se dice gobernante de este país, Felipe Calderón.
La audiencia será pública y de acuerdo a la agenda, representantes de los miles de victimados en esta guerra fraticida entre el Estado y el crimen organizado, tendrán diez minutos para exponer ante Calderón y su gabinete de seguridad todas las inconformidades sobre ése tema y valiosa oportunidad de hacer sugerencias, mismas que ojalá el jefe del Ejecutivo tome en cuenta para modificar su estrategia de combate tan desorganizada que ya con más de cuarenta mil muertos, evidencia no ser funcional.
Creemos en lo particular que dicha reunión entre los mencionados además de conllevar una buena dosis de buenas intenciones -al menos unilateralmente-, puede resultar inútil ante la soberbia y autoritarismo que el jefe de la Nación ha mostrado a lo largo de su administración.
Se presume que la reunión de este próximo jueves, estará en parte aderezada por enojos, frustraciones e inconformidades muy visibles de familiares y amigos de las víctimas y que tanto a Calderón como a su equipo de seguridad nacional no les va a ir muy bien.
Ojalá se logre algo, mas el escepticismo está presente. Es una lucha perdida de antemano, por ello me cuestiono, Calderón-Sicilia: ¿encuentro de amor? No lo creo.
Tubutama
Hoy martes 21 de junio, el Congreso del Estado traslada los poderes a esa población dejada de la mano de Dios y de Padrés, para sesionar y aprobar la Ley Estatal de Seguridad Pública. Como se sabe, Tubutama desde hace algunas semanas no cuenta con ningún elemento de policía. Los únicos dos que había, uno fue ultimado y el otro herido en una refriega, quedando la población en el desamparo total.
De acuerdo al diputado por el XIII distrito de Guaymas, Otto Calussen Iberri, la intención de trasladar hasta allá los poderes del Congreso es llamar la atención de las autoridades estatales y federales sobre las paupérrimas condiciones de vida en que están sumidos los habitantes de aquél lugar.
Ojalá que se logre algo y pronto.