
Esta mañana llevé a mi hija a la terminal de camiones urbanos a la altura de la tienda Ley. Sin exagerar, conté 89 carros irregulares o chuecos.
En el mes de febrero, un funcionario estatal declaró valiente y solemnemente que todos los carros chuecos serían decomisados...Y efectivamente hubo un conato muy breve de decomisos.
Los afectados -ilegales, pero afectados-, se dieron cita en palacio de gobierno y paralizaron el tráfico. Yo por negocios propios de la revista, estuve en el lugar y fui afectado porque me encerraron todos los carros chuecos -de los cuales por cierto la mayoría de lujo-, y esperé cerca de dos horas para poder salir.
¿Si un grupo está fuera de la ley y para evitar que la misma se ejerza en su contra se pone a presionar al gobierno y éste cede ante el chantaje, pues dónde quedan los derechos de los demás?
Aquí fue evidente que el gobernador Guillermo Padrés tuvo un acto de cobardía, le tembló la mano y con ello sentó el precedente de que quien quiera brincarse las trancas legales con una simple marcha o un cierre de calles, el jefe del ejecutivo estatal les dará permiso para la impunidad y comisión de más delitos.
Señor Gobernador no sea cobarde y aplique la ley, simplemente aplíquela...Continúe con los decomisos o no tendrán cara cuando más ciudadanos no saquemos placas, la fin y al cabo no pasa nada, ¿o sí?
Buenos y cobardes días...