martes, 11 de mayo de 2010

Voluntad y objetivos...

Por R'vuetan (anagrama)
Los animalitos siempre nos han dado lecciones de vida y enseñanzas que por nosotros mismos no somos a veces capaces de observar o detectar.

Cuando era chamaco, casi niño siempre me gustaba jugar con piedras, tierra, ramas sueltas, monos del Santo y animalitos. Recuerdo que cuando tenía unos 9 años, me encontraba en el patio trasero de mi casa. Del portal a un pino que existía en mi niñez, había aproximadamente unos 10 metros y cerca de él, había un "nido" de hormigas.

Cerca de ese sitio -del pino-, localicé una hilera de estos insectos himenópteros que llevaban un hueso de pollo, de esos delgaditos que parecen horquetas. Estuve observando la caravana por cerca de una hora. Cuando el hueso casi alcanzaba la entrada a su madriguera, les quité el huesito y lo coloqué un metro atrás.

En mi lugar -y en el lugar de muchos-, esa acción de regresarles a las hormiguitas el objeto de lo que sería su alimentación, hubiera flaqueado y renunciado a comenzar de nuevo su arrastre. Pero ellas, contrario a mi lógica perezosa, tomaron de nuevo el hueso y después de un tiempo lograron llevar a salvo su premio.

Eso me brindó la oportunidad de entender ya en mi etapa adulta, que no debemos cejar en el empeño de terminar lo que iniciemos independientemente de los obstáculos que encontremos.

Las hormiguas con su actitud instintiva demostraron que fijarse un objetivo aunado a su máxima voluntad logran obtener recompensas.

Si los humanos actuáramos de esa manera, otro gallo nos cantaría, aunque hay -habemos-, algunos que somos tercos y la mayor de las veces llegamos a la meta.

Mañana, Dios mediante les contaré otra historia parecida a esta donde unos animales fijándose sus objetivos y metas consiguen su trofeo.

Buenos y voluntariosos días...