sábado, 15 de mayo de 2010

Optimismo (Edición No. 192, Editorial)

Cuando la planeación se formula sobre bases concretan para la consecución de las metas previstas es lógico pensar que hay razones para el optimismo.

Es el semblante que refleja el alcalde César Lizárraga Hernández quien, pese a las adversidades económicas que imperan en todas partes, deja de lado las quejas para dar cabida al trabajo.

Obras y proyectos, inversiones, adecuación del manejo financiero, búsqueda y obtención de apoyos, sobre todo el gobernador Guillermo Padrés, motivan la confianza del alcalde.

Sabe que son muchas las demandas pendientes en el municipio, que la sociedad espera resultados y anuncia que los hay y seguirá habiendo.

Mejoras a las calles, a la infraestructura hidráulica, a las instalaciones deportivas, al alumbrado público y a la deuda, son parte de sus principales ocupaciones.

César Lizárraga explica con tranquilidad, ofrece sus razones y trata de convencer no con palabras, dice, sino con los resultados claros y tangibles a los que dedica su quehacer.

Destaca en su estrategia la atención a las calles en las colonias que por años, lo sabe, han sido desatendidas anteriores administraciones.

De todo eso, de su visión de trabajo sobre el gobierno municipal, se resume una frase que dice mucho: Rumbo y proyecto, orden y seguridad de que se hacen bien las cosas.

Lizárraga Hernández también habla sobre su “futuro” en la política; habla sin hablar pero aborda del tema. Es directo, no le da rodeos al asunto.

De aterrizar los proyectos del actual Alcalde, a quien mucho apoya el gobernador Padrés, es seguro que a Guaymas le irá bien en este 2010.

Esperemos que se cumplan sus expectativas, que su optimismo se traduzca en realidades. Al Municipio le hace falta, mucha falta.