Por PRETORSi Diego Fernandez de Ceballos Ramos, conocido también como "El Jefe Diego", regresa sano y salvo de su reciente aventura emprendida en aras de poner en ascuas al Estado mexicano, se dará cuenta de algo que ya infiere: que el pueblo o cuando menos un 99.9% de éste, le odia.
Esta medición o termómetro se puede comprobar en todos los medios electrónicos por Internet en los mensajes o comentarios emitidos después de cada nota referente a la desaparación del ex candidato presidencial.
Lo menos que se dice de él es que ¨Qué bueno que lo maten al rata cabrón...", "Quienes le dieron chicharrón son unos héroes porque libraron a México de esa lacra, ojalá siga el pelón Salinas...", Viejo ladrón ojalá que aparezca muerto y descuartizado", etcétera.
Todos los comentarios van en ese sentido y sólo uno que otro muy contado, lamentan lo de Fernández de Ceballos, ignorando si lo escriben con sarcasmo o no.
Qué feo es ser tan repudiado y odiado de esa manera y sobre todo por tantos.
En un libro publicado por don Luis H. Álvarez, eminenten panista y ex dirigente de ese partido, lamenta que él haya sido quien sacó del ostrasismo a el Jefe Diego, cuando éste tenía más de una década alejado de esa entidad política.
Incluso en un capítulo narrá lo siguiente: “Oiga, don Luis, usted me reinventó. Si no es por usted, yo no hubiera regresado al PAN”. Y entonces le dije: “Pues no sé si la patria algún día me lo vaya a reclamar”. Se me quedó viendo y luego se rió.
Diego Fernández de Ceballos es un hombre muy astuto, inteligente, lástima que esa inteligencia no la haya usado para hacer el bien común, sino para sembrar odios y cosechar repudios.
Sea lo que sea, este señor de tupida barba y prominente puro, debe aparecer en las condiciones que sea. Es un ser humano que aunque sea lo que sea tiene derecho a vivir y si es para seguir jodiendo al pueblo, en su salud lo hallará o es posible ya lo halló.
Buenos y odiados días...
