jueves, 15 de mayo de 2008

Cambios (Columna, Edición No. 144)

Por Fernando Villa Escárciga

+ Los blogs… Marmota
+ Heriberto, el diálogo
+ Reflexión pa’l Marcos
+ “Café del miércoles”

Dándose uno a la tarea de averiguar el origen de la palabreja “blog”, resulta que deriva de una contracción gramatical surgida hace más de veinte años.

En resumen, significaría algo así como “libro de notas de una red de Internet” (cuánta imaginación).

Hay quienes equiparan a los blogs como protagonistas de una revolución similar a la aparición de la imprenta. Que no mamen, no es para tanto.

Pero debe admitirse que el fenómeno es hoy un importante vehículo de expresión para millones de personas en el mundo. Ah, en Guaymas también.

Más allá de los difusores de noticias, críticos, analistas, propositores y lisonjeros, que de todo hay, igual se encuentra uno con agradables sorpresas.

No se trata de referenciar los blogs Expresión Guaymas, Desde Cabina del Tony Márquez, la Carta de Javier Millán y otros, a cual más o menos interesantes según el gusto de cada quién. Da igual, todos son visitados.

En una charla de café se comentaba sobre el seudónimo Marmota, al que por cierto dieron una amable putiza en uno de los mencionados espacios de Internet.

“Es un morro medio punketo que al parecer tiene su propio blog pero a veces participa en otros”, alguien dijo por ahí.

Pos bien, a quien esto escribe se le ocurrió entrar al cochambroso espacio del Marmota (http://ingao.blogspot.com/) y órale, neta que se discute el plebe.

Bueno, ni tan plebe porque ya ronda los 23 para inaugurar los primeros pasos de la ruquez. Pero sus caries y sus arrugas son lo de menos.

A cambio de convertirse uno en estadística de la chingamil “muerte cerebral” del conteo de visitantes, se abre un mundo de vivencias y referencias.

Con un lenguaje fluido y sencillo El Marmota (de profesión psicólogo industrial) suelta sus rollos sin aspavientos y con mucha soltura.

Escribe de su infancia en Vícam, de su abuelita y sus tías, de sus primas y primos, alborotando remembranzas para exponer su mundo de “persona diferente como todas las demás”.

Irreverente y por momentos hocicón, frases coloquiales al fin, cuestiona programas de la tele, analiza notas de periódicos o saca a flote las tonteras de algún ciudadano malandraco.

Cuenta de sus correrías musicales en las bandas con amigotes muy recomendables pa’l desmadre, de sus pedas mundiales y sus tiempos de gañán de tiempo completo, que por cierto mucho dice extrañar.

No faltará quién diga que esto es subcultura. Ni madres, éste y otros morros tienen madera pa’ la escribida y créame, no lo hace peor que un periodista promedio.

Las del Marmota son vivencias de un Guaymas con sus barrios y colonias, de una juventud que busca expresarse y encuentra sus medios: unos con crayones en los baños, otros donde caiga.

En fin, ya habrá tiempo de visitar otro tenebroso blog para fortalecer la certeza de que hay cultura más allá de los moñitos y el oropel.

Y eso es bueno, todo tiene su lado bueno. Que nadie se amargue ni regurgite, mucho menos por las mañanas.
Heriberto, el diálogo

En verdad que pocas veces se disfruta de una entrevista como cuando se aborda a una persona con la afabilidad y el don de palabra de Heriberto Lizárraga Zataráin.

Y se dice “entrevista” porque Heriberto dio rienda suelta a sus emociones y memorias como si estuviese viendo la película de su vida, aderezada con chispeantes comentarios desbordantes de simpatía.

De esa conversa, que tal vez Avante Sin Límite publicará pronto, surgieron interesantes anécdotas del Newberry desconocidas incluso por sus entrañables amigos, que suman cientos.

En su austera oficina de la XEDR, Lizarrága Zataráin parecía un chamaco en vísperas de la Navidad. Y cómo no, faltaban pocas horas para festejar el 70 aniversario de “La Grande de Guaymas”.

El evento en verdad resultó muy emotivo para los muchos concurrentes, sobre todo cuando se homenajeó a dos señorones de la radio: Hirám Ortega Bobadilla y Jorge Enríquez Valle.

Dada la trayectoria política de Heriberto, no faltaron los equívocos al interpretar que se trató de un acto político o de proselitismo para “destapar” a algún candidato a algo por algún partido de tantos.

Correteado en estas lides, quien esto escribe ahí estuvo y para nada advirtió el menor asomo de convertir el festejo de la XEDR en un evento de pronunciación política o despliegue de banderas.

A propósito de la DR, del Newberry y de su gente, entre quienes se cuenta y con mucho tino a Marco Antonio Ulloa Cadena, surge una breve reflexión dirigida al “Cachorro” como le dicen algunos.

Para el Marcos, que sabe brindar su amistad y buen trato en manifestación recíproca a quien bien le trata, va el abrazo solidario por el reciente deceso de su señor padre.

Se sabe, hay momentos en que las palabras no consuelan ni los abrazos reconfortan, pero en algo amaina el saber que se cuenta con raza a la que apena la pena del amigo.

Seguro es que Marco Antonio, más pronto que después habrá de resignarse ante el ineludible trance de perder a alguien de su mucha querencia como fue su padre Oscar Ulloa Nogales.

Tras asimilar el golpe de aquel aciago lunes de mayo, Marcos recuperará esa fortaleza que le brinda su enorme alegría por la vida y que entre risas suele compartir con todos.

Mientras eso sucede, el mentado Sergio García vuelve a las andadas del periodismo y ya amenaza con reiniciar la edición de un periodiquito que dará mucho de qué hablar.

Por lo pronto, en esta edición del Avante se incluye una de sus colaboraciones más fúnebres en la que habla de muertitos, ataúdes y fiambres insepultos por los fatales trámites de la costumbre.

Todo eso mientras, se comenta, durante la pasada noche del “Café de los miércoles” una mano siniestra empezó a rolar copias del dictamen del ISAF que amaneció en varios medios de comunicación.

Si usted piensa en el diputado Carlos Zataráin o sus esbirros puede que tenga razón, aunque habría que apostarle a su inocencia, que podría ser tan cierta como la repartición de hostias en el Paralelo 38.

Chale, tan simpática que estaba resultando la versión de una burda afinidad con el ex alcalde. Ni modo, allá los majes que se alimentan de chismes chafas.

Y chequen esto de Octavio Paz: “Un consejo a mis apresurados enterradores: la próxima vez maten bien a sus muertos”. Ergo, esté o no esté seguiré estando. Uno sabe cuándo.

Salud, pues. Como siempre a todos.

fdovilles@hotmail.com