Muchos se preguntarán, ¿Quién es un alcohólico? Si se busca una definición sencilla y entendible, diríamos que un alcohólico es: Todo individuo (hombre-mujer) a quien la bebid
a le causa problemas en cualquier aspecto de su vida. Y aunque para muchos, la persona que bebe incontrolablemente es un sinvergüenza, lo real, lo tangible es que el alcoholismo es una enfermedad.

A esa conclusión se llegó una vez efectuado un estudio muy profundo de dicha anormalidad en el beber. En abril de 1945, en la Universidad de Yale, en California, el doctor Elvin Morton Jellinek, investigador y catedrático de la misma, estudió más de dos mil casos de bebedores, cuyos síntomas eran contundentes para llegar a un diagnóstico y a dicha deducción: El alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y mortal por necesidad.
Posteriormente, en el año de 1953, la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Ginebra, Suiza, basado en el estudio del doctor Jellinek, concluyó y avaló lo deducido por el galeno: El alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y mortal por necesidad, que puede acortar la vida del bebedor entre 10 y 20 años. Uno de los síntomas principales y que debe ser motivo de preocupación, es que la enfermedad se manifiesta por la pérdida del control sobre la bebida.
La enfermedad es incurable, por que hasta la fecha no existe ninguna medicina que la controle. Es progresiva, por que a más beber, más adicción; y es mortal por necesidad, por los daños físicos (deterioro de órganos vitales); aunados a las imprudencias ocasionadas por la pérdida de conciencia, tales como asesinatos, accidentes, etc.
Existen cuatro grandes fases de la enfermedad. 1ra. Pre-alcohólica; 2da. Prodrómica o sintomática; 3ra. Crítica (que es donde se inicia la enfermedad propiamente dicha y apenas es la subfase 8) y la 4ta. Crónica, donde ya el enfermo está para enloquecer o morir. A su vez, estas cuatro fases se dividen en 45 subfases, en donde las últimas dos, es la hospitalización definitiva o la pérdida de la vida.
Lo triste de todo esto, es que el enfermo alcohólico se lleva entre “las patas” a la familia, y lo peor es que la enfermedad golpea por igual a hombres, mujeres, viejos, jóvenes, ricos, pobres, blancos, prietos, tontos, inteligentes, etc., es decir, no respeta clases sociales, edad, ni color de piel.
Para ser un alcohólico, no es necesario haber bebido grandes cantidades de licor, cerveza, whisky o cualesquier otra bebida que contenga alcohol.
Posteriormente, en el año de 1953, la Organización Mundial de la Salud (OMS), con sede en Ginebra, Suiza, basado en el estudio del doctor Jellinek, concluyó y avaló lo deducido por el galeno: El alcoholismo es una enfermedad incurable, progresiva y mortal por necesidad, que puede acortar la vida del bebedor entre 10 y 20 años. Uno de los síntomas principales y que debe ser motivo de preocupación, es que la enfermedad se manifiesta por la pérdida del control sobre la bebida.
La enfermedad es incurable, por que hasta la fecha no existe ninguna medicina que la controle. Es progresiva, por que a más beber, más adicción; y es mortal por necesidad, por los daños físicos (deterioro de órganos vitales); aunados a las imprudencias ocasionadas por la pérdida de conciencia, tales como asesinatos, accidentes, etc.
Existen cuatro grandes fases de la enfermedad. 1ra. Pre-alcohólica; 2da. Prodrómica o sintomática; 3ra. Crítica (que es donde se inicia la enfermedad propiamente dicha y apenas es la subfase 8) y la 4ta. Crónica, donde ya el enfermo está para enloquecer o morir. A su vez, estas cuatro fases se dividen en 45 subfases, en donde las últimas dos, es la hospitalización definitiva o la pérdida de la vida.
Lo triste de todo esto, es que el enfermo alcohólico se lleva entre “las patas” a la familia, y lo peor es que la enfermedad golpea por igual a hombres, mujeres, viejos, jóvenes, ricos, pobres, blancos, prietos, tontos, inteligentes, etc., es decir, no respeta clases sociales, edad, ni color de piel.
Para ser un alcohólico, no es necesario haber bebido grandes cantidades de licor, cerveza, whisky o cualesquier otra bebida que contenga alcohol.
Ni mucho, ni poco. No, simplemente basta con manifestar los síntomas arriba mencionados y reflexionar sobre el concepto manejado al inicio de este artículo. A lo mejor usted se preguntará, ¿Cómo puedo saber si soy un alcohólico? aparentemente es fácil saberlo si quiere. Un autodiagnóstico de sí mismo que le puede ser proporcionado en algún grupo le resolvería esa duda, donde ahí mismo -en caso de declararse alcohólico-, le brindan ayuda para la recuperación de esta terrible enfermedad. Estos grupos son los llamados Alcohólicos Anónimos (A.A.). Alcohólicos Anónimos es una agrupación que nació en junio de 1935.
Fue la conjunción de dos hombres, William G. Wilson y Robert H. Smith, quienes con problemas similares ocasionados por la bebida dieron origen a esta asociación que por su efectividad ha sobrevivido muchas pruebas y más de 72 años salvando vidas, avalan a dicha agrupación. Tu vida puede ser una de ellas. En las comunidades de Guaymas, San Carlos y Empalme, hay varios grupos diseminados en diferentes colonias y barrios. Dentro de ellos puede encontrar literatura que amplía el conocimiento de este mal de siglos, además de comprensión y apoyo.
Si requieres de mayor información al respecto, puedes llamar en Guaymas al teléfono 222 85 55. Se garantiza discreción y anonimato para quien solicita la información.
Recuerda que ser un enfermo psicosomático de origen etílico (un alcohólico), no es motivo de vergüenza, sino un problema de salud y por esa razón si crees tener problemas con tu forma de beber, no dudes, llama a los A.A.’s, siempre encontrarás en ellos una mano amiga.
Si requieres de mayor información al respecto, puedes llamar en Guaymas al teléfono 222 85 55. Se garantiza discreción y anonimato para quien solicita la información.
Recuerda que ser un enfermo psicosomático de origen etílico (un alcohólico), no es motivo de vergüenza, sino un problema de salud y por esa razón si crees tener problemas con tu forma de beber, no dudes, llama a los A.A.’s, siempre encontrarás en ellos una mano amiga.