martes, 20 de noviembre de 2007

Multifamiliares del ISSSTE: Caída de un coloso...

Por: R'vuetan
Está sin duda alguna lleno de historia, alegrías, tristezas y anécdotas. Casi somos coetáneos. Él fue construido en abril de 1958 cuando fue presidente de la República don Adolfo Ruiz Cortines, y desde un principio lució majestuoso e imponente. Yo me aventé a nacer cinco años después. Así es que crecimos juntos. Formó durante muchos años parte de mis aventuras infantiles, juveniles y un poco ya de las de adulto.
De facto, ahí me “gradué” de bombero. Recuerdo claramente cuando el administrador en ese entonces César Higuera (+) nos reprendía porque lanzábamos desde la azotea, bolsas llenas de agua a los paseantes que tranquila e inocentemente se cruzaban por las escaleras.
Mis padres cuando se casaron vivieron una temporada allí, para posteriormente mudarse en frente.
De esos edificios, de la unidad 2, desde un quinto piso, se lanzó al vació para morir irremediablemente, un amigo de la familia.
Allí conocí a una niña que me gustaba mucho. Fue mi amor platónico. En fin, hay muchas cosas bonitas y otras tristes las que me hacen remembrar a este coloso, hoy en desgracia.
Estoy hablando de los multifamiliares del ISSSTE, sitos entre avenida Serdán y calzada García López.
Cuando en septiembre de 2003, aquí en su revista Sin Límite Avante publicamos un reportaje donde poníamos de manifiesto el inminente peligro en que se encontraban –y de hecho aún lo están-, las 30 ó 40 familias que lo habitan, muchos de los propietarios, incluso de ellos amigos míos, me increparon diciendo que no tenía derecho a alarmar a los condo- habitantes.
Su reproche se centraba en que muchos, la mayoría de ellos, estaban por vender los departamentos. Un amigo me preguntó que si estaba barato uno de dos recámaras a $ 25,000.00. No, respondí tajantemente, es una inversión perdida de antemano. No intentes comprarlo. Ya lo había hecho. Hoy están al punto del colapso.
En una ocasión, a petición de los propios habitantes, me pidieron consultara a un perito en construcción para que les echara una ojeada. Una vez que éste los revisó a conciencia, me dijo que a pesar de la buena calidad de los materiales con que fueron construidos, la vida útil había acabado, y que de acuerdo a su opinión, debían desalojarlos de inmediato so pena de que cualquier temblor de poco más de 5 grados en la escala de Richter era suficiente para hacerlos caer.
Mandamos una carta a las autoridades municipales notificándoles ese hecho, sin embargo aún es fecha que no resuelve nada. Eso fue hace 9 años. Posteriormente me encontré a Gerardo León Soto y le pedí que se echara ese trompo a la uña. Tampoco hubo respuesta.
Si ese par de edificios llegaran a derrumbarse, mínimo lamentaríamos la muerte de 150 seres humanos. ¿Para qué esperar una desgracia?
Además, la mayor parte de los propietarios, ya no viven ahí, sabedores de que corren peligro. Hoy lo habitan casi puro renta-habientes.
No tienen agua corriente en la tubería desde hace más de 15 años. Las escaleras de acceso, no tienen luz. Los drenajes están derramados y son un peligro constante de transmisiones de enfermedades. Eso sin contar las tremendas cuarteadoras. Los multifamiliares ya cumplieron su vida y su cometido, déjenlos morir en paz. No echen en saco roto las advertencias, la vida es la cosa más valiosa y no vale la pena perderla por caprichos.