jueves, 15 de noviembre de 2007

Diputado Sauceda, sin principios (Edición 132 reportaje)


Fernando Villa Escárciga

En lo legislativo, en lo político, en la defensa del interés ciudadano, a la democracia y hasta a sí mismo ha dado puñaladas traperas el legislador perredista de Empalme

El diputado y aspirante a candidato a gobernador es repudiado en Guaymas por las directivas del PRD y del PT, que lo acusaron de sucio, marrullero y tramposo

“Resulta injusto que el servicio de alumbrado público sea sostenido exclusivamente por los que tienen menos recursos”, expresó el diputado Juan Manuel Sauceda Morales… Y votó a favor el cobro del Derecho de Alumbrado Público (DAP) a los guaymenses.

No es la primera ni única vez que el ex alcalde de Empalme, militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y sonante para candidato a gobernar Sonora recula en sus compromisos.

Durante los últimos meses y en buena parte de su trayectoria política ha sido recurrente el discurso de Sauceda Morales a favor de la democracia y en apoyo a los intereses de la ciudadanía.

Pero algunos hechos han dicho otra cosa, en desdoro de la palabra del ahora diputado cuya fama desparramó por toda la entidad al rajarse en su decisión sobre el Plan Sonora Proyecta.

Lealtad, honestidad y valor de la palabra empeñada son principios políticos muy malabareados por Juan Manuel Sauceda que, incluso, miente cuando asegura ser diputado por el XV Distrito por Guaymas, Empalme y San Ignacio Río Muerto.

El perredista a quien su compañero de bancada Reynaldo Millán Cota, “El Diablo” le dicen, catapulta hacia la candidatura a gobernador, no sólo ha actuado contra los postulados del PRD.

Sauceda también ha faltado a su compromiso con los sonorenses -a quienes dice una cosa y hace lo contrario-, sino contra sí mismo y sus compañeros de bancada donde se incluye la legisladora Petra Santos Ortiz.

A ello habría que aunarle las acusaciones contra Juan Manuel, acusado de hacerle trampa a la militancia y a la “democracia” que tanto enarbola el PRD durante los comicios internos de julio pasado.

El cinismo…
El 3 de mayo del 2007, Sauceda, Millán y Santos, la bancada en unidad, presentaron al pleno del Congreso del Estado un Punto de Acuerdo para derogar cinco artículos, del 108 al 111, de la Ley de Hacienda Municipal que rige en la entidad.

Basándose en la inconstitucionalidad establecida por el Poder Judicial de la Federación, la bancada perredista propuso derogar todo el Capítulo Tercero del Título Tercero de la Ley de Hacienda en relación con el DAP.

Todavía el 5 de octubre pasado, en audiencia con decenas de militantes y dos regidores perredistas de Guaymas, Juan Manuel Sauceda sostuvo que le daría para atrás al DAP.

“Es inconstitucional, por supuesto que lo rechazaremos”, dijo el diputado en presencia de Hildelisa Morales González y José Guadalupe Curiel, presidenta y secretario general del partido del sol azteca.

De nada valieron los documentos firmados por él mismo y sus compañeros; tampoco sus pronunciamientos y compromisos: Juan Manuel Sauceda reculó, su voto fue contra sí mismo y contra su defensa del interés ciudadano.

Dos semanas bastaron al diputado de “cortesía” para rajarse el 18 de octubre y recurrió a la verborrea para su justificación: “todos ganan, el Ayuntamiento conserva el cobro del DAP y la ciudadanía no verá golpeada su economía”. Sí, así lo dijo.

A muchos no extrañó el extraño proceder de Sauceda Morales y serpentear en la política, pues meses antes fue ave de tempestades en la discusión sobre el Plan Sonora Proyecta impulsado por el gobernador Eduardo Bours Castelo.

Pareciera que la presidencia del Congreso del Estado le fue marcada por el índice flamígero del destino para que le tocara a él, a Sauceda, ocupar un cargo que marcaría una gran herida en su trayectoria política.

Discusiones, dimes y diretes, argumentos rabiosos de priístas, panistas y perredistas ocupaban casi todos los espacios de los medios estatales para vituperar o ensalzar el mentado PSP.

Sauceda estaba en medio de los misiles, tuvo que entrarle y le entró: sus primeras reacciones fueron de tibio rechazo al cuestionar el exceso de propaganda gubernamental sobre el proyecto.

“El voto de oro”
Hasta que, como miembros de la Comisión de Hacienda del Legislativo, emitió el voto decisivo para aprobar el Dictamen y, en consecuencia, se turnara al pleno de la cámara legislativa.

Sin el voto de Sauceda, el PSP ni siquiera de comisiones habría pasado. Fue “el voto de oro”, le dijeron varios legisladores agraviados.

Entonces se le echaron encima algunas fracciones del PRD y en el X Congreso Nacional Extraordinario el partido del sol azteca ordenó a sus diputados sonorenses rechazar el proyecto, so pena de ser expulsados.

Y Sauceda volvió a votar contra sí mismo, se rajó pues, al rechazar el PSP que semanas antes había aprobado desde la Comisión de Hacienda.

Así contravino otra vez su palabra, su firma y su compromiso público asumido como representante de los sonorenses: le importó más su militancia partidista que su dignidad.

Pero en asuntos de política y de principios también ha hecho de las suyas, sobre todo durante los pasados comicios internos del 15 de julio para elección de delegados al X Congreso Extraordinario del PRD.

Para resultar ganador de la planilla que encabezó, Juan Manuel Sauceda recurrió a trampas que le valieron el repudio de los dirigentes de dos partidos políticos de izquierda en Guaymas.

A tal grado se ensució el proceso Sauceda Morales que se valió de militantes del Partido del Trabajo (PT) para que votaran a su favor, lo quedó demostrado durante el domingo pasado con fotografías y testimonios inobjetables.
“Sauceda traicionó al PRD impulsando actos marrulleros, tramposos y un trabajo sucio que ofendió a la militancia, fue una jugada muy sucia”, subraya Villa Brito.
Compra de votos, acarreo y manipulación de gente ajena al partido, eso fue lo que hizo el 15 de julio el diputado Sauceda para ganar, señala el líder municipal perredista Porfirio Villa Brito.
Al “piratear” militantes del PT para que votaran a favor de su planilla, Sauceda Morales también se ganó serios cuestionamientos del coordinador Rodolfo Lizárraga Arellano.
“Si para esta semana el PT y Jaime Moreno Berry nada resuelven sobre esta irregularidad, me declararé regidor independiente”, advirtió Lizárraga que ocupa un escaño edilicio en el Ayuntamiento de Guaymas.
Villa Brito señaló que también insultante fue el rasuramiento del padrón pues un gran número de perredistas, incluyendo fundadores del partido, no votaron porque fueron excluidos con toda premeditación.
Lo más lamentable es que el Servicio Electoral del Comité Estatal envió un padrón “mutilado” en el que se incluyeron miembros activos del PT y personas que abandonaron este partido desde hace tiempo, dijo Porfirio Villa.
Repudiado
No es casualidad que todos ellos apoyaron a Sauceda, lo que manifiesta un cinismo y una actitud mañosa que contraviene los principios democráticos más elementales del partido, acusó.
Como operador electoral en Guaymas de Sauceda destacó el ex dirigente perredista Oliver Flores Bareño, suplente del legislador de “cortesía” que ocupó la alcaldía Empalme durante el período 2003-2006.
Cabe recordar, que tras el período presidencial Juan Manuel Sauceda se “perdió” el llamado municipio rielero luego de nueve años de control político del PRD.
Y de esa Alcaldía en “derrota”, perdida durante su administración, Sauceda saltó triunfante a la diputación de cortesía.
Aunque para su reducido séquito de perredistas y su compadre “Diablo” tiene perfil de candidato a gobernador, para muchos militantes y ciudadanos es un hombre sin principios.
Seguro de eso están los dirigentes del PRD y del PT locales: para ellos, Juan Manuel Sauceda es digno de repudio político, jamás le apoyarían en sus ambiciones políticas por venir.