Mayela Sánchez/ Sinembargo.mx
La indefensión de los periodistas en México,
“aterroriza”. La saña con que fue asesinado el fotógrafo Rubén Espinosa
Becerril, “asusta”. El país atraviesa por una crisis moral y política que
“espanta”.
Con estos calificativos se expresa el fotógrafo Pedro
Valtierra, director de la agencia Cuartoscuro, uno de los tres medios en
los que colaboraba Espinosa Becerril, asesinado en la Ciudad de México el
pasado viernes, junto con cuatro mujeres, una de ellas activista.
Valtierra habla sobre el momento que atraviesa la prensa
mexicana tras el homicidio del fotógrafo. Espinosa Becerril es el séptimo
periodista asesinado este año y el catorceavo en lo que va de la gestión de Javier
Duarte de Ochoa como Gobernador de Veracruz, entidad de la que, el 9 de
junio pasado, el joven fotógrafo de 31 años huyó luego de más de dos años de
ser intimidado, hostigado, agredido y amenazado.
En una entrevista que el pasado 1 de julio sostuvo con la
reportera Shaila Rosagel, de SinEmbargo, Espinosa Becerril señaló
directamente al Gobierno de Veracruz como responsable de esas acciones en su
contra. Dijo que había optado por abandonar la entidad por miedo a convertirse
en el siguiente periodista asesinado ahí.
En entrevista telefónica con SinEmbargo, Valtierra
no señala culpables pero asegura que no tiene dudas de que Rubén Espinosa fue
asesinado por su trabajo periodístico. Con esa convicción, rechaza la
posibilidad, planteada por la Procuraduría capitalina, de que se hubiera
tratado solamente de un robo.
“Se tienen que investigar las amenazas porque este joven
hacía fotografía periodística, es un periodista. Y pensamos que por ese trabajo
periodístico fue hostilizado y nosotros pensamos que fue asesinado por eso. De
eso no tengo la menor duda”, señala. Más adelante durante la charla, agrega
sobre el mismo tema: “Me da la impresión de que nos quieren engañar”.
El veterano fotógrafo plantea que México se encuentra en
su peor crisis moral y política en muchos años, en la que la respuesta a las
voces críticas es la muerte.
“La falta de comprender la necesidad de la autocrítica y
la crítica, la falta de capacidad de comprender que la crítica beneficia. Yo
veo ahí una crisis política y moral de quienes están al frente que espanta.
Pero no resolver los asesinatos, no resolver los problemas que se tienen, eso
ha generado que cualquier persona, cualquier político resuelva las cosas de
esta manera: matando”, sostiene.
Con esa contundencia habla también de que el periodismo
ha aportado una “cuota muy alta” de sangre ante esa cerrazón frente a la
crítica, que permea en el país.
Y advierte: “El riesgo que tenemos es que ya no podemos
hablar; seremos una sociedad
sin prensa, sin periodistas, porque a alguien no le gusta
que se critique”.
–Desde hace tiempo Rubén Espinosa había denunciado
este clima de hostigamiento y agresiones en Veracruz, no sólo en su caso
particular sino de manera general, hacia los reporteros. Se trata también de la
entidad donde han sido asesinados más periodistas. Ante este panorama, ¿qué es
lo que ha significado el estado de Veracruz para el periodismo en estos últimos
años? –pregunta SinEmbargo.
–Yo creo que Veracruz tiene el historial más violento en
contra de los periodistas. El dato exacto no lo tengo, pero creo que es el
segundo estado o el primer estado en la República en que han matado a más
periodistas. ¿Qué significa eso para el periodismo? Significa un atraso
terrible en la conducción política de un estado, habla de la incapacidad, de la
falta de respeto a los derechos humanos, a los derechos de la libertad de
expresión, ese es el riesgo que se vive de tener de pronto personas que no
gobiernan. Pienso que México está en una situación muy difícil, muy delicada, y
el periodismo más. El periodismo ha aportado ya una cuota muy alta, y en
Veracruz ha aportado una cuota muy alta, que nos deja pasmados y que en otras
partes del mundo no se entiende, están asustados –dice Pedro Valtierra.
–¿A qué atribuyes esa creciente vulneración de los
periodistas en ese estado? ¿Qué tanto ha contribuido la impunidad en los casos
más graves, que han sido los asesinatos de periodistas?
–Yo creo que ha influido mucho en esta situación la
impunidad, el no resolver los problemas, el no meter en orden a los distintos
niveles de gobierno, eso ha llevado a que el estado se salga de control y los
periodistas sean las primeras víctimas. La falta de comprender la necesidad de
la autocrítica y la crítica, la falta de capacidad de comprender que la crítica
beneficia. Yo veo ahí una crisis política y moral de quienes están al frente
que espanta. Pero no resolver los asesinatos, no resolver los problemas que se
tienen, eso ha generado que cualquier persona, cualquier político resuelva las
cosas de esta manera: matando. Es como decía la ley de la selva.
–Comentaste que ha sido una cuota muy alta la que estamos
pagando los periodistas, ¿por qué somos los periodistas los que estamos pagando
ante una crisis política, ante esta falta de comprensión de las autoridades de
la necesidad de un estado democrático?
–Yo creo que en el periodismo es donde se están dando las
críticas más abiertas, siempre en los medios es donde se puede dar la opinión.
Aunque también debemos señalar que no solamente los periodistas: yo creo que la
cuota que nosotros hemos puesto ha sido alta, pero la cuota que ha sido la
sociedad en general ha sido muy alta. Los muertos que hay en esta lucha, que no
es una guerra, es una lucha entre grupos, nos ha dejado miles de muertos y una
parte de los periodistas, que evidentemente estamos inmersos en el tema porque
somos a los que nos toca informar, somos a los que nos toca transmitir la
información, evidentemente que la información que se está haciendo daña, toca
algunos intereses y entonces la mejor manera de resolverlo es matando. A mí lo
que me llama la atención y creo, yo no soy más que un periodista, un fotógrafo
de prensa que ve y que anda en la calle observando, yo creo, tengo la
percepción de que estamos viviendo la peor crisis moral y política de este
país, de muchos años. Hay una especie de desvergüenza. Bueno, la sociedad
también tiene que preguntarse dónde fue que fallamos, en dónde fue que
permitimos todo esto.