Ventura Cota Borbón
La noche de ayer domingo y ante la escasa asistencia de
público, terminó el 4to. Festival Internacional de Cine en el Desierto con un par
filmes, uno de ellos por cierto poco “entendible”, monótono e incluso a ratos somnoliento
–Hiroshima-, y el otro, el estelar –La hora de la siesta, que trata la
historia del crimen ocurrido el 5 de junio en Hermosillo en 49 infantes--, bastante
digerible.
Sobre el documental “La hora de la siesta”, sólo lo puedo
describir como una denuncia que no debe quedar en sólo eso, sino ir más lejos e
incluso traspasar las fronteras para que el crimen ocurrido hace casi un
lustro, no quede en la impunidad ni en el olvido.
Aunque para este cortometraje estuvo anunciada la presencia
de la directora del mismo, Carolina
Platt, no pudo asistir por motivos personales, sin embargo quien sí pudo
acompañarnos, fue Abraham Freijo,
padre de la niña Emilia, quien pereciera en el incendio, líder del “Movimiento
5 de Junio” y participante del documental.
Pudimos platicar con él y dio respuesta muy amplia a tres
preguntas que éste remedo de periodista le formuló:
¿Crees en la justicia mexicana? ¿Ya perdonaste a quienes
consideras responsables del artero asesinato? ¿Qué debemos hacer los ciudadanos
para que no tengamos que ir a exigir justicia en tribunales extranjeros?
“La corrupción y el encubrimiento son dos factores que
han sido protagonistas en esta tragedia. Por supuesto que no creo en la
justicia mexicana, por ello hemos acudido a tribunales extranjeros para buscar
que lo que aquí no lograremos, cuando menos exista la esperanza que con su
intervención [de los tribunales] se llegue a un resultado: Justicia”, dijo el
padre de Emilia.
Comentó que no se puede vivir con odio, “Cuando leí el
expediente y una declaración decía que la encargada de cierto grupo de niños,
en lugar de auxiliarlos, se abrió paso para salir…Imaginen el dolor, el dio, el
rencor…por ello desde hace tiempo en lo personal no abrigo ese sentimiento y
mejor lo encauzo en obras que ayuden a que no se repita ese infausto
acontecimiento”, dijo Freijo.
Y con respecto a mi última pregunta, respondió que los
ciudadanos, además de seguir en la exigencia de justicia en todos los ámbitos,
en el caso del documental, servirá para que el mundo conozca de esa tragedia, que
no vuelva a repetirse por ello, en fechas próximas se exhibirá en Michoacán, en
Guadalajara, en Amsterdam y en Nueva York.
En fin, el documental “La hora de la siesta” paradójicamente
evidencia que la justicia que esperan esos padres y madres de los
pequeños siniestrados permanece en una siesta eterna porque voluntad de hallar
resultados que indiquen un desenlace, no será posible.
Este 5 de junio que se
avecina, sólo mostrará una vez más una fecha
que recordará cómo la corrupción combinada con la impunidad y el poder han valido
y seguirán teniendo más valor que la vida de 49 infantes fallecidos y 70 niños marcados
por las secuelas.
El 5 de junio de 2009, nos sigue lastimando. Han pasado
casi cinco años de la hora de la siesta, ya es momento que despertemos. ¿Cómo? He
allí la gran incógnita.