(APRO)
El debate entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero, el
único antes de la elección del 18 de mayo, fue casi una sinopsis de campaña:
Una diatriba sobre quién ha sido más priista y más sometido a Enrique Peña
Nieto.
Tercer protagonista del debate –cuya transmisión
restringida a Internet fue vista si acaso por 5 mil de los 220 mil electores–,
Peña Nieto fue más mencionado por los contendientes que Vicente Fox o Felipe
Calderón, los dos panistas que han ostentado la Presidencia de la República.
“Sabían la tranquiza que le iban a dar a Madero”, decía
Javier Lozano, miembro del equipo de Cordero, quien culpó a Madero y a
Francisco Gárate, presidente de la comisión organizadora de la elección, de
negarse a que fuera transmitido por televisión abierta.
“La tranquiza fue para Cordero”, respondía Marko Cortés,
quien al final del debate conminaba a celebrar el “triunfo” de Madero al salón
del hotel Radisson, mientras que los corderistas lo hicieron en “El Rodeo”, a
un costado de la Plaza México.
No había grandes expectativas sobre el debate, que se
celebra a menos de tres semanas de la elección del domingo 18, aunque
prevalecía entre los dirigentes la idea de la moderadora, Adriana Pérez Cañedo,
que expresó con micrófono abierto: “Que gane el partido, es el que tiene que
ganar”.
Pero temprano comenzaron las hostilidades y el tono fue
creciendo en el cruce de culpas hasta que, hacia el final, Madero enfureció
cuando su adversario le mostró la portada de la revista Proceso 1906,
de mayo de 2013, cuyo encabezado decía: “El PAN deja la oposición. Peña sí
cumple”.
Fue entonces que negó haber declarado eso, y acusó: “Los
encabezados los ponen los dueños de los periódicos para polarizar”.
Retó a Cordero a leer la entrevista, porque –aseguró— “no
dice nada de lo que dices”.
Y lanzó una ofensiva contra Cordero al acusarlo de tardar
cuatro años como alto burócrata –“107 quincenas”– para afiliarse al PAN y de
representar “una oposición de remedo (que) solamente se opone de dientes para
afuera, pero que es complaciente cuando está en el gobierno”.
Le lanzó: “Cuanto tú fuiste secretario de Hacienda
doblaste el presupuesto de los gobernadores, en especial el de Peña Nieto, le
doblaste un 100%, de 90 a 180 mil millones de pesos”.
Añadió: “Lo grave no fue eso, es sin restricción de
transparencia ni rendición de cuentas, pavimentándole el camino para que el
señor pudiera anunciarse en todos lados y ganar la Presidencia de la
República”.
Más aún: “Fue en ese momento cuando el PRI se fortaleció
y el PAN se debilitó, fueron esos los momentos donde la gente nos empezó a
perder su respaldo, porque no estábamos cumpliendo con esta misión de
desmantelar al PRI, a esta cultura, y muchas de las prácticas las incorporamos
y fortalecimos al PRI y al autoritarismo”.
Cordero brincó: “No es cierto, Gustavo, no fue así. En
los gobiernos del PAN las asignaciones se hacían en estricto apego a las leyes
y con absoluta transparencia, a diferencia de lo que sucede en estos gobiernos
del PRI que tú tanto te empeñas en defender”.
Agregó: “En los gobiernos del PAN no había asignaciones
discrecionales como las que tú defiendes a través de los moches; en los
gobiernos del PAN había presupuestos basados en resultados y había sobre todo
resultados de generación de empleo y crecimiento económico”.
El, dijo, no se siente orgulloso de cogobernar con el
PRI, pero sí de los 12 años de gobierno del PAN, que “crecían cuatro veces más
de los gobiernos del PRI que tanto defiendes”.
Y de paso le reprochó no haber dado apoyo a la
candidatura de Josefina Vázquez Mota: “Nosotros queremos cambiar a Acción
Nacional para que nunca más ninguna dirigencia deje tirada a sus candidatas o a
sus candidatos”.
Madero contraatacó con el pacto que firmaron los
presidentes del PAN, César Nava, y del PRI, Beatriz Paredes, para impedir la
alianza en el Estado de México en las elecciones de 2011, avalado por el
secretario de Gobernación de Calderón, Fernando Gómez Mont.
“Lo que no hicimos, Ernesto, fue acuerdos en lo obscurito
para que el PAN no hiciera una alianza con el PRD en el Estado de México y
allanarle el camino a Peña Nieto para que ganara el Estado de México en la
gubernatura y la Presidencia de la República. Ese es un doble discurso que no
hacemos nosotros”.
Los contendientes se enfrascaron en un debate sobre las
cifras de la caída del PAN y, ante la crítica de Madero de que como actuario no
sabía contar, Cordero le lanzó:
“A mí como panista me daría mucho entusiasmo que así como
manoteas aquí entre los panistas, pues igual les hubieras manoteado a los
priistas, pero ya es demasiado pedir”.
Más adelante, Cordero trajo a cuento la declaración de
Madero cuando ocurrió la captura de Elba Esther Gordillo y afirmó que Peña “se
cubrió de gloria”.
Y expresó: “Yo no me confundo, yo no creo que Peña Nieto
se haya cubierto de gloria, yo sin ninguna duda prefiero los 12 años de
gobierno del Partido Acción Nacional que lo que se ha visto en estos 17 meses
del gobierno de Peña Nieto”.
En sus exposiciones, los dos plantearon la disyuntiva que
está en juego en el PAN. Cordero: “Una, la del cambio por un partido digno, de
pie, que sea un contrapeso al PRI y una alternativa real de gobierno, o la
otra, más de lo mismo con la reelección de Gustavo Madero”.
Añadió el senador con licencia: “A lo largo de esta
campaña ha quedado claro que el proyecto de la reelección es la continuidad de
la división y el conflicto en nuestro partido; es la continuidad de una
dirigencia alejada de su militancia, de un partido sin rumbo que no se
distingue del PRI”.
Y prometió: “Yo sí voy a investigar cualquier
señalamiento que se haga sobre la honestidad de cualquier militante y por eso
propongo crear la Comisión de Transparencia, de Prevención y Combate a la
Corrupción, integrada por cinco panistas de una trayectoria intachable y de un
gran liderazgo moral para que los panistas tengamos la certeza de que cuando se
habla del PAN se habla de un partido honesto”.
Madero: “Estamos corrigiendo los problemas y los
resultados se están dando, al mismo tiempo que estamos empujando una agenda
democratizadora, estamos ganando elecciones y estamos cambiando a México. Este
es el camino de fortalecer al PAN, de esto se trata”.
Concluyó: “A mí no me lo platican. A Ernesto se lo tienen
que platicar todo”.