Cierre del IMSS
Como cada lunes en que voy a dejar a mi hija a su escuela
al ejido Lázaro Cárdenas, tanto de ida como de regreso por lo regular encuentro
gente a la vera de la carretera pidiendo un “aventón”, ayer no fue la excepción
y en el poblado La Palma, perteneciente al municipio de Empalme, tuve
oportunidad de servir a una señora de unos 60 años quien venía acompañada de su
hijo e iban a Empalme.
En el camino, pues es obvia la plática y ésta derivó en
una enorme queja en contra de la directora del IMSS del poblado antes
mencionado, una doctora cuyo nombre nos negaron tanto en la clínica de La Palma,
como en la de Empalme.
Doña María Elena
López Cota, sumamente indignada me comentó que ya no soportan los desplantes
estúpidos y protagónicos [sic] de la encargada del nosocomio, quien asegura les niega la atención que esta institución tiene subrogada con
particulares. “No nos quiere dar pases para que veamos a los doctores que ellos
no tienen, como si ella pagara”, expresó.
Y cuál es la razón por la que la señora directora se
comporta de esa manera, cuestioné a la quejosa. Primero, me respondió, porque
es protegida del director del IMSS de Empalme, un tal Dr. Díaz Paz, y eso la hace sentir como intocable; y segundo, perdone
mi lenguaje, por sus desgraciados calzones
zurrados.
“Si sigue en ese
plan, ya invité a muchos afectados que somos como doce, a cerrar las puertas
del IMSS probablemente este fin de semana, hasta que una autoridad ponga freno
a esta arbitrariedad y nos den una respuesta satisfactoria. Si ya una vez
cerramos la carretera para que nos pusieran los ´topes´ porque los traileros
pasaban como alma que lleva el diablo, esta vez también nos van a oír”,
dijo doña María Elena.
La clínica del IMSS del poblado La Palma, perteneciente
al municipio de Empalme, brinda atención médica a poco más de 3500
derechohabientes de los ejidos aledaños del Valle de Empalme y Guaymas…Claro,
siempre y cuando haya la voluntad de hacerlo, por parte de la directora del
nosocomio mencionado.
Los funcionarios de cualquier institución pública, siguen
sin entender que deben servir a quienes con el esfuerzo de su trabajo pagan sus
salarios y por cierto, éstos, muy buenos y dejarse de protagonismos estúpidos.
Ojalá que la señora doctora del IMSS de La Palma deje los calzones zurrados en
su casa y tenga más voluntad de cumplir con su deber y atienda a los derechohabientes
que para eso le pagan e insisto, le pagan muy bien, quizás más de lo que merece
por hacer un “trabajo” mediocre.
AFORE
En Banamex, intereses de AFORE a la baja |
Una eventualidad desafortunada –me quedé sin chamba
fija-, me obligó recientemente a hacer trámites ante el IMSS y el banco encargado
de “administrar” mi fondo para el retiro, vulgo AFORE, de manera respectiva.
Además de que de acuerdo a la ley, la cantidad que
entregan al desempleado es la menor de un esquema que a conveniencia ellos
mismos crearon, tardan hasta dos semanas para resolver, no sin antes demostrar
con documentos, que previamente tienes sin empleo más de 46 días. Condición sine qua non te dan madres tu propio
dinero
Es una verdadera lata. Se siente como si fuera un
limosnero de su propia pecunia. Un dinero que es tuyo, los funcionarios de
ambas instituciones (IMSS, como en este caso Banamex, que es donde me “guardan”
la lana”) hacen muchos “panchos” para
poder entregarla.
Eso es peccata
minuta, comparado con lo que se vive en el propio banco. Para empezar, no
permiten que nadie saque turno para que sea atendido en la ventanilla de AFORE. Hay una enorme discriminación
en contra de los que acuden a gestionar esa diligencia tan necesaria cuando el “piojo”
te asalta, ya que tanto como quienes cobran cheques, depositan o hacen cualquier trámite
también somos clientes y no hay respeto a ese derecho.
Por tanto conforme van llegando se forman en una sola
fila y los mantienen ¡parados! El tiempo eterno que dura cada gestión. En la
fila mencionada ayer miré a varias personas de muy avanzada edad, sin contar a
quienes padecen algún tipo de impedimento motriz, que también los hubo.
Pedí hablar con el gerente. A los pocos minutos se
presentó una señora o señorita de nombre Zulma y sin invitarme siquiera a tomar
asiento, me preguntó que para qué la ocupaba. Le dije con pelos y señas que no
consideraba decente la actitud de la institución bancaria del trato hacia la
gente que iba a ese departamento en especial y por tanto sugería que o dieran
turnos o pusieran sillones para que la espera fuera más cómoda.
Está bien señor, me dijo, tomaré en cuenta su sugerencia
y le prometo que si viene usted mañana, lo pasaré primero. No quiero tratos
especiales, le dije, yo no regreso porque finiquité por fortuna mi trámite ante
ustedes, sean más conscientes y sensibles con los adultos mayores y el público en
general que en un futuro necesita venir a este banco. Sonrió o se rió de mí y
hasta le pregunté que si me estaba dando el “avión”.
En fin, por lo pronto yo en la primera oportunidad
cambiaré mi dinero a otra administradora y aunque sé que no le perjudica en
nada a Banamex, cuando menos, este comentario lo haré llegar a la dirección
general de la propia institución para que sepan de mi inconformidad y a ver si
de casualidad hacen algo. He dicho.