Prof. Alejandro Ramírez Cisneros
FALTAN POCO menos de dos años para
que en Sonora se realice el proceso electoral del 2015, donde el cargo más
importante que se someterá al escrutinio público es el de la gubernatura, y los
pretensos han desbordado sus ímpetus políticos, abiertamente y sin el menor
asomo de “pudor” han confesado tener como objetivo la silla ahora ocupada por
GUILLERMO PADRÉS ELÍAS.
Los más “calientes” son de la
caballada priísta.
Son cinco hasta ahora, los “rojos”
que en franca declaración ya dijeron que irán primero por la candidatura de su
partido y luego a la constitucional, con la divisa del tricolor, apostándole a
una victoria contundente, lo que está por verse desde luego. El juego y el
fuego serán intensos. Con calor y pasión todos entrarán a la polémica interna
donde se dilucidará, quién será el elegido por el dedo benefactor que a la más
pura y cochina usanza priísta le impondrá a la borregada al hombre o ¿a la
mujer?, que tendrán que apoyar durante los comicios electorales del primer
domingo de julio del 2015.
Apunten. Ellos son: la senadora
CLAUDIA PAVLOVICH ARELLANO, el senador ERNESTO GÁNDARA CAMOU, mejor conocido en
el ámbito de la política estatal con el alias de “EL BORREGO”, ad hoc a su
calidad de militante priísta; JESÚS ALBERTO CANO VELEZ, ex funcionario del
gobierno estatal y ex diputado federal, gente muy afín al inefable MANLIO FABIO
BELTRONES RIVERA, figura estelar de la política nacional; SAMUEL MORENO TERÁN,
ex diputado federal y actual coordinador de la bancada priísta en el congreso
del estado.
El quinto dígito en esta
constelación estelar y a propósito lo dejamos al final, es “nuestro” ANTONIO
(TOÑO) ASTIAZARÁN, con una carrera política iniciada con chambitas de mediana
calidad, en el gobierno de Sonora, hasta ser congresista en San Lázaro, como
representante del IV distrito electoral federal de Sonora, con cabecera en
Guaymas; alcalde de este puerto y otra vez legislador en el Congreso de la Unión.
Todos los anteriormente mencionados
se proclaman con posibilidades para llevar la bandera de su partido en el
proceso electoral del 2015, conteniendo por la gubernatura sonorense.
Claudia Pavlovich, mejor conocida en
el círculo de sus adulones como “La Güera”, ya estuvo en Guaymas no hace mucho,
a donde vino a ofrecerles a sus correligionarios y militantes de su partido,
una propuesta misérrima, consistente en una triste y opaca jornada de corte de
cabello, consultas médicas, detección de diabetes e hipertensión y otras
minucias más, que evidenciaron la poca visión de la senadora.
Seguramente supone Claudia que por
estar donde está, los guaymenses están obligados a recibirle el “obsequio” de
sus “chucherías”, en lugar de aprontarse ante el pueblo y hacer planteamientos
serios, profundos y respetuosos, para inyectarle ánimo a la gente,
especialmente en los momentos que vivimos, de desencanto y amargura por la
mediocre actuación de los políticos, inmersos en enfrentamientos entre ellos
mismos, por la posesión y el dominio del gobierno y sacar, como es fácil
entenderlo, la mejor raja que se traduzca en riqueza y bienestar para ellos, a
contrapelo de la pobreza y la frustración que ha hecho su presa en millones de
compatriotas, víctimas de las constantes medidas desatinadas por los que
manejan la cosa pública, que han hecho de esta nación un país de gente hundida
en la miseria y el hartazgo por tantas bribonadas de aquellos que proclamándose
mesías, han sido nuestros verdugos.
Gándara Camou tiene a sus representantes
en Guaymas, gente muy identificada ante la ciudadanía como priístas a ultranza,
que le están haciendo la “talacha” al hermosillense con promociones similares a
las de Claudia: eventos en barrios periféricos con la donación mínima de cortes
de cabello, exámenes de Papanicolao y pruebas de cáncer mamario; detección de
diabetes, alta presión, consultas médicas y otras ofertas intrascendentes que
no significan nada para el público.
Gándara como su par, la Pavlovich ni
tan siquiera se hace presente en estos eventos populistas, muy cacareados, para
“dorarle la píldora” al pueblo. Los dos deben dejarse de tirarle a los
ciudadanos con bagatelas, como verdaderos mercachifles que con espejitos y
cuentas de vidrio corriente quieren granjearse las simpatías de los guaymenses.
Ambos, nos queda la impresión, le
están apostando a hacer el mejor negocio de su vida: invertir nada y sacar
mucho. Indudablemente que llegar a una candidatura y luego a una gubernatura,
sin el menor esfuerzo y sin gasto alguno, es como ganarse un millón de pesos
con un boleto comprado con cinco pesos.
De Cano Vélez sabemos que es un
economista inteligente y “ahijado” político de Don Beltrone e igualmente otro
que tiene como padrino al “papá de los pollitos”, es Moreno Terán, de corto perfil
político y con un puntaje muy bajo entre los priístas por lo que se antoja que
su postulación para el gobierno de Sonora, está tan distante como de la tierra
a la luna. Así de fácil la tiene.
Cerramos con “broche de oro” estos
modestos comentarios, haciendo referencia del “Toñito” Astiazarán que trae
entre ceja y ceja, metida la idea de ser gobernador del estado.
El ex alcalde de Guaymas en la
política ha hecho lo que vale un millón de millones: amigos de peso y de pesos.
Dícese que el mentado “Toñito” está en la lista del Secretario de Gobernación.
Por cierto que constata la afirmación de la supuesta amistad con el asiático
colaborador cercano de PEÑA NIETO, el hecho de que recientemente Astiazarán fue
enviado como delegado del PRI nacional al recién pasado proceso electoral en
Hidalgo, tierra de MIGUEL ÁNGEL OSORIO CHONG, de donde volvió a rendir buenas
cuentas al CEN del PRI, por las victorias que el tricolor obtuvo en aquellas
tierras del interior del país.
Lo malo para Astiazarán es que por
estos lares con todo lo bueno que pudiera haber hecho por la gente de aquí, NO
es bien visto. Hay sectores donde hay un manifiesto rechazo al “TOÑITO” y el
solo hecho de mencionarlo como futuro gobernador de la entidad, causa
reacciones de reprobación y de rechazo a lo que hasta ahora es una mera
posibilidad.
A Astiazarán Gutiérrez se le tiene
como el prototipo del político priísta: mendaz, falaz e irresponsable con los
compromisos que hace.
Por todo lo anterior que hemos dicho
del “TOÑITO”, surge la idea muy entendible de que la carrera política del
guaymense casi toca a su fin. Su presencia en el escenario de la función
pública no es bien vista por sus coterráneos y debe haber razones para ellos,
porque los ENEMIGOS del actual diputado federal no son pocos, contando a sus
opositores políticos y hasta la gente de su propio partido y así no va a llegar
muy lejos. Lo juro.
¡Ni modo!