Lic. Alma Angelina Campos Uriarte

Salía de paseo a
pie, con su traje entallado y tacones muy altos, detrás caminaba su señora
madre. Caminaba sobre la avenida principal, la Serdán.
Era un espectáculo
verla, caminaba despacio, en forma elegante, ondulando su cuerpo, mientras el
viento jugueteaba con su cabellera, movimientos cadenciosos y provocativos, que
se acentuaban al ser admirada por los caballeros de la época.
Provocaba el enojo de las novias por que los chicos
volteaban a verla, los pellizcos y jaloneos a los esposos, que admiraban su
figura delineada por el vestido. Iniciaba su recorrido diario, a las seis en
punto, partía de su domicilio que se ubicaba en la esquina de la calle 13 y Av.
Abelardo L. Rodríguez.
En la esquina de la Serdán donde se encontraba la nevería “El Oso Blanco”, lugar de reunión
de beisbolistas, salían a la banqueta para admirarla, le chiflaban y decían piropos. No se sabía su destino porque no se detenía
en ningún lugar, siempre con su señora madre caminando atrás de ella y
regresaban de la misma forma.
Su forma extravagante de vestir motivado porque solía viajar
a la Ciudad de México de visita a familiares y regresaba con la última moda o
lo que usaban los artistas de la época. Fue un personaje guaymense admirado,
que dejo huella y se le conoció como “la dama de las seis en punto”.