Guillermo Urías Ayala
(La voz del Puerto)
El próximo 19 de septiembre se cumplirán 39
años de haber llegado a esta casa editora y previo a ello, un grupo de amigos
compañeros de los medios de comunicación locales, organizan una serie de
eventos con tal motivo.
Los 40 años en el periodismo, si el Creador
lo concede, tendrán como punto final un campeonato nacional de ligas pequeñas,
que bien podría ser la categoría 13-14 años, evento que tiene como sede la
Ciudad de Taylor, en Michigan, Estados Unidos.
Juego de Leyendas pretende reunir a quienes
fueron figuras de los Ostioneros de Guaymas en varias épocas. Recordar a los
grandes y que las nuevas generaciones sepan de qué estaban hechos aquellos
peloteros que dejaban todo en el terreno por unos pesos, ya que no había
grandes sueldos como a la fecha.
Este encuentro podría contar con figuras como
Vicente “Huevo” Romo, el pitcher record del béisbol, considerado ni más ni
menos que el mejor lanzador mexicano de todos los tiempos.
Sería un placer ver de nuevo sobre el
diamante del Abelardo L. Rodríguez al autor del primer juego perfecto en la
historia del béisbol invernal. En ese mismo montículo donde consumó la gran
hazaña.
Espero, si su salud lo permite, entre los
invitados especiales, la presencia de Alfredo “Yaqui” Ríos, indudablemente el
personaje del béisbol mas querido en Guaymas, quien junto con Héctor Huerta y
el manager Ronaldo Camacho, son de aquellos campeones de 1967, cuando los
Ostioneros de Guaymas conquistaron su quinta y última estrella.
Otros de más acá, quienes por su entrega se
ganaron el cariño y respeto de la afición como Marco Antonio Leal, José Antonio
Elguezábal, Carlos Ríos, Mario Alberto Rodríguez, Héctor Guízar, Jesús Antonio
“Pasos” Barrera, Rigoberto Meza, Pablo Estrada, Armando Aguilera, José Alberto
Flores, Ernesto Alonso González, Obed Plascencia, Fernando “Choro” Cruz y otros
más.
Y ¿cómo
llegue aquí? El 14 de septiembre de 1974 aventé la pala en medio de pavorosa
lluvia acompañada de rayos y truenos, por allá en el Valle del Yaqui y dos días
después llegaba a Guaymas, sin conocer a nadie, sólo con las ganas enormes de
lograr un trabajo que me permitiera forjarme una carrera profesional.
Don Armando Velderráin Viezca, entonces Jefe
de Policía y Tránsito de Guaymas, en la administración de Felipe Bárcenas
Santini había sido amigo de mi padre, lo busqué y me dijo que para policía
estaba muy chamaco y algo raquítico.
“Pero aquí se acaba de abrir un periódico, el
Director es mi amigo, le hablo y a ver que tiene para ti”, me dijo.
Otro día me presenté a la Voz y de inmediato
me convertí en el amo y señor de la escoba y el trapeador; servía el café, iba
al correo, lavaba los recipientes del laboratorio fotográfico, en fin.
De deportes, yo sólo sabía llevar el score
del béisbol y no había cronista deportivo en un periódico que apenas comenzaba,
por lo que comencé a teclear, a plasmar remedo de notas y con el apoyo de todos
mis compañeros, al mes ya era el encargado de deportes.
Nadie me lo creía, tenía apenas 15 años; mi
primer contacto fue don Martín Almaguer Ibarra, un señor que se dedicaba a la
anotación y se le miraba todos los domingos en la entonces Unidad Deportiva
Municipal; presidente de la Liga Municipal de Beisbol Alfonso Pestaño, de
softbol Rosalío Amavizca, en la rama femenil de esta misma disciplina Francisco
Pérez, mejor conocido como “Pancho Catalino” y en la promoción del
boxeo Luis Renato Villegas Maytorena.
Había un circuito beisbolero más, llamado
Liga Inter-Hotelera, de la cual recuerdo, Justo Antonio Soberanes Mariscal,
jugando para Restaurant Almita conectó 26 imparables en forma consecutiva. Una
marca, indudablemente.
Mi inquietud por aprender más me llevó a Los
Mochis, Sinaloa; allí comenzó mi peregrinar en el oficio, pues de allí me fui a
Culiacán y Mazatlán; crucé el charco y arribé a La Paz, Baja California,
regresé a Los Mochis y de nuevo a Guaymas; al poco tiempo estaba en Ensenada, Tijuana
y Mexicali, más tarde en Nogales, Ciudad Obregón y de vuelta en Guaymas.
Siempre en los medios de comunicación, al
margen de haber sido el primer corresponsal de Telemax, en Sonora, precisamente
en este puerto.
El béisbol me lo dio todo; una forma de
vivir, dar una carrera profesional a mis hijos, conocer varios países y lo
mejor, hacer amigos y más amigos.
Y Claro, no me puedo despedir sin la
tradicional anécdota: Dagoberto Sandoval Quintero, mejor conocido como
“Sandoquín, practicaba artes marciales, tenía una estética, era cantante y lo
demás, pues que se lo pregunten al “Diablo” Germán Osuna
Le dio por practicar basquetbol y lo hacía en
la cancha que está a un costado del Gimnasio Municipal y en las gradas, un
grupo de vagos, entre ellos un servidor, quienes le gritamos: “Sandoquín,
bríncate el cerco, vente para acá con nosotros”.
Y para qué, contestó el controvertido
personaje.
Pues para que te hagas hombre…p caón……Pero
que va, de inmediato nos reviró: ¡uta, es más fácil que ustedes se brinquen el
cerco y se vengan conmigo¡