Alán Aviña V.
Mi intención no es poner en entredicho la afirmación del
gran comunicador. Lo respeto profusamente, pero el tono de su nota publicada en
el blog del director de la revista Sin Límite Avante, Ventura Cota Borbón, me
generó una gran conmoción.
La sintaxis lastimera del artículo, demuestra un gran
sentimiento de impotencia de alguien con una profunda preocupación por la
realidad mexicana. Sin embargo, no me atrevo a responder esos argumentos, ni a
recriminarle ni una coma del tono en el que está escrito.
No lo hago porque no tenga una mirada sobre los problemas y sus causas en este país, sino porque prefiero recomendar una lectura que para mí ha sido estimulante. Este libro, podría poner en orden algunas ideas respecto a lo que pasa en México -lo cual si es grave-, pero pasará del tono impotente de somos basura, a la facultad de poder ver en perspectiva la raíz de los problemas. Y eso es muy positivo, no por mera pedantería intelectual, sino porque, los que nos iniciamos en medios de comunicación y los ya totalmente consolidados como el Profesor Ramírez Cisneros, podremos ofrecerles a nuestros pocos y muchos lectores mejores argumentos para entender esta realidad.
Sin duda, la analogía entre EUA (el país más próspero desde
el siglo XX) y México (Un tercermundista con serios problemas) eran obligadas.
Qué explica la gran diferencia entre dos países. En Estados Unidos, fuera de
que es un país imperialista, la gente vive tranquila. Hay buena calidad en la
educación, la justicia es mucho más eficiente que en México, hay buenos empleos
y bien remunerados. La gente respeta las leyes. Hay legitimidad política de sus
gobernantes y existen serias restricciones para la depredación de las grandes
corporaciones con lo que evitan los monopolios.
En cambio, en México la educación es deficiente, la justicia
es selectiva, hay pocos empleos y mal remunerados, por lo que la gente opta por
la informalidad. Hay poco respeto por las leyes y nuestros dos últimos
presidentes han tomado el poder con una sombra de ilegalidad e ilegitimidad que
pone en entredicho el panorama y la calidad democrática del país. Existe una
monopolización obscena, como en telecomunicaciones con Telcel, o en TV con
Televisa.
En fin, un panorama radicalmente diferente, y nos divide
sólo una cerca.
¿A qué atribuyen Acemoglu y Robinson esa disparidad?
Los autores revisan la historia de las naciones. En los
procesos de formación de los Estados-Nación, la prosperidad no llega sola. Hay
que buscarla. Aún cuando se encuentra, no es sinónimo de un beneficio social.
En México, tenemos más que en otras etapas de nuestra vida posterior a la
revolución una estabilidad económica envidiable. Sin embargo, los problemas de
hace 50 años siguen presentes con casi la misma gravedad que antes.
Estados Unidos, independizado antes que nosotros, nos lleva
decenas de años de avance.
La historia nos brinda una explicación sobre los problemas
que se manifiestan en las dos partes. La variable más importante que explica el
bienestar de los ciudadanos es: Instituciones.
Mientras en México la colonia durante 300 años se dedicó a
crear instituciones extractivas que explotaban el país. En Estados Unidos, los
migrantes ingleses que llegaron a colonizar el oeste norteamericano no pudieron
hacer lo mismo con los nativos. Primeramente, porque no había sociedades tan
organizadas ya rendidas a un rey, como si pasó en gran parte de América Latina.
Tampoco porque no había las riquezas naturales como en México.
Mientras la corona española depredó el territorio, los
colonizadores ingleses crearon mejor instituciones que les permitieran trabajar
el territorio, explotar la tierra y formar una sociedad que les brindara
derechos a todos los europeos llegados. Los españoles instauraron un sistema de
trabajos forzados (encomiendas) dominado por una élite que se opuso a los
avances constitucionales en España y que se independizó para perpetuar sus
privilegios con una gran inestabilidad política. Mientras, los colonos ingleses
de 1619 que fundaron villas en Norteamérica, como Virginia, ensayaron varios
modelos hasta que encontraron uno que daba muchos incentivos al colono para cultivar
las tierras y participar en la vida política. Tras la independencia, los
presidentes respetaron el marco constitucional y fomentaron el crédito a los
emprendedores para patentar y abrir negocios sin trabas burocráticas. Tampoco
favorecieron los monopolios sino la competencia.
En México, hasta la revolución juarista de mediados de siglo
XIX, seguíamos siendo prácticamente un país colonizado, con las mismas
características que el virreinato español. Se explotaba a los indios por una
élite gobernante y se repartían poco los beneficios entre las clases sociales.
Posterior a la revolución, pocas cosas cambiaron. Siguió la clase política y
económica extrayendo las riquezas de México y el avance fue nulo.
Resumido: mientras en México creamos instituciones extractivas
enfocadas a explotar la riqueza para la elite. En Estados Unidos se formaron
instituciones inclusivas, que repartían los beneficios de la producción de
riqueza, asegurando la equidad en el acceso a la seguridad, la justicia y la
educación. Condiciones que los ciudadanos exigen.
A 500 años del sistema extractivo -300 de la colonia y 200
de vida independiente-, México no ha podido consolidar instituciones inclusivas
que aseguran la vida democrática y justa en el país. Existe un ejemplo que me
parece esclarecedor.
La fortuna lograda por Carlos Slim es radicalmente diferente
a la lograda por Bill Gates. El mexicano logró hacerse de su emporio a través
de su cercanía con el poder político que le “brindó”, sino regaló, su fortuna
en telecomunicaciones. En cambio, Gates logró formar una empresa en base a la
creatividad. Las ideas y el desarrollo tecnológico permitieron al
norteamericano lograr el éxito. En
México una idea se queda en eso, en Estados Unidos puede convertirse en un
gigante tecnológico como Microsoft.
Por cierto, si quiere leer el libro, tendrá que hacerlo en
inglés. Porque en México, no se vende en español. Curiosamente Sanborns, una de
las empresas de Slim que vende más libros en México, no la tiene en existencia.
Tal vez un veto por cuestionar el origen de su fortuna. La ilegalidad y las
deficiencias en México, en resumen, la “basura mexicana” tiene un origen. Le
invito a leer a los académicos.