Ventura Cota Borbón
Equivocadamente cierto sector del gremio
periodístico se arrogó desde hace muchos años como propio el 7 de junio y aprovechar ese día para celebrar la libertad de expresión. Palabra sumamente desgastada y
que en realidad no es exclusiva del comunicador.
La Constitución menciona en sus artículos
sexto y séptimo la independencia que cada CIUDADANO puede tener de decir sus
ideas siempre y cuando no haya afectación a terceros. Es decir, cualquier
miembro de la sociedad PENSANTE, está en libertad de expresarse de modo
correcto sin que haya nadie –sobre todo alguna autoridad-, que lo impida.
Afortunadamente con la aparición de las redes
sociales la verdadera libertad de expresión la ejerce el ciudadano común. Aquél
que puede decir las cosas sin ningún compromiso que no sea el de su libre
conciencia.
La esencia de expresarse libremente ha
desaparecido en el periodismo por motivos muy evidentes. Salvo sus raras
excepciones, el resto de quienes nos dedicamos a la profesión de comunicador,
somos coartados por terceros y a veces por uno mismo.
Un país donde existe la verdadera democracia
es orgulloso portador de una prensa LIBRE. En México aún estamos en pañales…Por
tanto no hay nada que celebrar, cuando menos no los trasuntos de periodistas.