Por Ventura Cota y Borbón III
En cierta ocasión durante una clase de etimología, un alumno me preguntó si era correcto decir "agripedo", puesto que la palabra que designa a ese malestar es gripe. Obvio, su cuestionamiento traía “chanfle”, sin embargo y aunque la Real Academia de la Lengua Española –la que rige nuestro castellano y a la que estamos supeditados como hispanohablantes-, permite los dos términos: GRIPE Y GRIPA, este último sólo en nuestro país y en Colombia, para no caer en una cacofonía, se debe decir AGRIPADO.Es como el caso de la palabra diabetes que al designarse al enfermo se le dice diabético, no diabéteco. O cuando vas a la nevería compras una nieve nunca una neve. Fonológicamente es aceptado el cambio por las cuestiones arriba mencionadas. Es respeto al idioma o lengua de Castilla.
El asunto es que en estos momentos yo me siento agripedo, por aquello de que traigo un tremendo resfriado que parece ando en estado etílico.
Aunque dicen los médicos que no es lo mismo una gripe que un resfriado común, sinceramente yo no diferencio entre una enfermedad y otra, puesto que aunque poco me atacan esos males, siento como que un tractor pasó por encima de mí.
Ni modo, son malestares de esta época de frío y es muy incómodo estar trabajando en ese estado, pero el deber llama…el deberle a todo mundo.
