PRO/PROCESO
“La corrupción, hoy en el siglo XXI, es la
principal función del Estado”, citó el historiador Lorenzo Meyer a Andrés
Manuel López Obrador, al presentar su duodécimo libro: Neoporfirismo. Hoy
como ayer, editado por Grijalbo.
En el Teatro de la Ciudad de México, acompañado por el
autor y por la escritora Elena Poniatowska, Meyer desmenuzó la tesis
lopezobradorista de que con el porfiriato comenzó la tragedia nacional, donde
los presidentes gobiernan reprimiendo o contando gente que, aclaró, no es más
que la compra de voluntades.
El profesor emérito del Colegio de México destacó que
López Obrador tiene “una particular inclinación” por Carlos Salinas, pero
señaló que en el neoporfirismo no es el único actor que recuerda esa etapa histórica,
sino que el Ejército y la Iglesia son actores importantes. “Tengo sospechas de
que aquí anda” la Iglesia, indicó.
Al final de su intervención, de aproximadamente 40
minutos, el historiador soltó una provocadora pregunta: ¿Es posible acabar con
el neoporfirismo sin violencia?
La escritora Elena Poniatowska se centró en las
cualidades de historiador de Andrés Manuel López Obrador. Citó al recién
fallecido filósofo Luis Villoro y recordó por qué el tabasqueño lo quería como
secretario de Cultura, de haber ganado la pasada elección presidencial.
Destacó que el libro que se presentó es “la prueba de que
lo que nos aqueja son los errores de los que, por lo visto, no aprendimos. No
saber de historia nos condena a repetir los errores del pasado. Saber que un
dirigente de la talla de Andrés Manuel se ocupa de la historia y sobre ella,
nos habla de un hombre que tiene continuidad”.
La también periodista resaltó que a AMLO tiene una
cualidad: Además de escribir la historia, se preocupó por ser parte de la misma.
“Andrés Manuel escribe historia para transformar a la sociedad. En él, hacer
historia es una inclinación natural y construir la identidad de México”,
añadió.
A diferencia de otros personajes históricos que pasan su
tiempo con intelectuales, continuó Poniatowska, López Obrador habla con
campesinos y obreros y se pone al servicio de los que nada tienen y les ofrece
cambiar su posición miserable.
“Él escucha, sin desesperarse, a la misma gente que
escuchó Lázaro Cárdenas. Busca una patria indisoluble. Decía Monsiváis que no
hay ricos más mezquinos y bisoños que los mexicanos”, resaltó.
La escritora recordó el infarto que sufrió López Obrador
el 4 de diciembre del año pasado, y destacó que aun así sigue activo, con lo
que “ha demostrado que está dispuesto a jugársela por México. Lo que admiró más
de López Obrador, además de su capacidad de hacer historia después de haber
entrado a la historia, es la no violencia, porque sabe que la violencia genera
violencia”.
En su turno al micrófono, el excandidato presidencial
recomendó a sus simpatizantes cuidar su salud porque “sí existe el estrés. Yo
pensaba que era una exquisitez pequeño-burguesa, fresa”.
López Obrador reconoció que en los tres meses de
convalecencia pudo revisar su libro, pues al momento del infarto, dijo, ya
tenía el borrador.
Luego, destacó la ayuda de colaboradores en la revisión
del texto y del acervo histórico del porfiriato en poder de la Universidad
Iberoamericana.
“Podemos hacer política de otro tipo. Esa es la
aportación general del libro”, señaló. Calificó al dictador Porfirio Díaz como
“el maestro de la simulación” y lo acusó de “decir una cosa y hacer otra;
reformar la Constitución para después violarla”.
En opinión del líder del Movimiento Regeneración Nacional
(Morena), la historia no ha juzgado bien a Francisco. I. Madero, único
presidente que le hablaba a gobernadores para pedirles que respetaran el voto
ciudadano.
“No se le ha dado el lugar que tiene en la historia y en
su interés por hacer valer la democracia. Pedía el respeto del voto de los
ciudadanos. En comparación a éstos, Álvaro Obregón era un niño de pecho. Ellos
no se atrevieron a hacer negocios con los bienes de la nación”, aseguró.
Asimismo, criticó que haya 55 multimillonarios en el país
y también 55 millones de pobres, es decir, un millón de pobres por cada
multimillonario.
Para revertir eso, el exjefe de Gobierno del Distrito
Federal consideró necesario que haya democracia, honestidad, justicia y amor,
“aunque a algunos no les guste, amor a la familia, a la patria, al prójimo”.
En la presentación de su libro, López Obrador estuvo
acompañado de sus cuatro hijos: José Ramón, Andrés Manuel, Gonzalo Alfonso y
Jesús Ernesto.
Junto a su esposa Beatriz Gutiérrez se sentó el
empresario Alfonso Romo, quien lo apoyó en la campaña presidencial de 2012.