lunes, 12 de noviembre de 2012

Ambigüedades y endeudamientos


Ventura Cota Borbón
Lo que se esperaba en el Comité Municipal del Partido Acción Nacional llegó. No hubo sorpresas porque lo anunciado sin anunciarlo –ojalá me entiendan porque yo no-, se sabía de antemano: que el delegado regional de la Secretaría de Educación y Cultura en Guaymas, el profesor Omar Núñez Caravantes sería el próximo presidente de esa organización política.

Lo que sí no se esperaba, es que Omar, a quien considero un hombre serio y muy coherente, llenara de no tan subrepticios elogios y sí públicos al ex presidente y hoy en rechazo popular, César Adrián Lizárraga Hernández. Pero la política es de fondos y formas, además de hipocresías.

Cuando leí el boletín que envió a los medios el Comité Municipal del PAN,la cabeza parecía mandar un mensaje muy claro a Lizárraga Hernández cuando Omar afirma que “…pertenezco  a una generación que no le tiene miedo a decir la verdad, que no escalona y basa su crecimiento en la traición y la mentira, que no acuerda con otros partidos para hundir a un militante panista”, ya que se corrió un rumor mucho antes de las elecciones que el candidato a la local había negociado la derrota del candidato a la municipal (César pues traicionando a Aguilar Juárez).

Sin ambargo, personas presentes en el evento de ayer domingo, vía telefónica me expresaron que Omar dentro del resto de su discruso inaugural como cabeza panista, llenó de elogios a al ex alcalde. Tendré que confirmarlo con el propio presidente del PAN local.

Si Omar quiere hacer un buen papel dentro del partido y llevarlo lejos en el amplio sentido del término, debe deslindarse de César Lizárraga hasta que una autoridad –si es que se animan-, lo declare exonerado de todo lo que se le acusa, de lo contrario se convertiría en cómplice y el repudio sería generalizado.

Omar –lo he escrito en varias ocasiones en este espacio y lo sigo afirmando-, es un buen tipo, bien intencionado, ha aprendido a hacer política, pero necesita poner los puntos sobre las íes en ese aspecto y empezar a barrer la porquería de lo que aún está infestado el partido albiazul porque sino su fracaso está garantizado. Todo empezó a ir mal desde que aceptó que el conciliábulo se llevara a cabo en casa del César.

Deudas perennes
La mañana de ayer domingo, se llevó a cabo en Guaymas una reunión de Cabildo para entre otras cosas, se aceptara que el Ayuntamiento adquiera un crédito de 360 millones de pesos con el objeto de subsanar “broncas” muy fuertes que enfrenta la actual administración.

Otto Claussen ante su visible incapacidad de negociar sin perjudicar, decide tomar el camino más fácil al solicitar un crédito pagadero según se conoce, en ¡veinte años! Y eso está cabrón.

Obviamente, la votación a favor de dicha estulticia se dio y será inevitable.

Ni modo, Otto Claussen desde el principio dio muestras que no puede con el paquete encomendado; a pesar de que lo estuvo buscando por años, hoy que tiene la oportunidad de reivindicarse ente los suyos, echa al caño todo.