jueves, 8 de marzo de 2012

Días de vino y de infierno…

Por Ventura Cota y Borbón III
Ayer se exhibió en el auditorio Fray Ivo Toneck completamente gratis, la excelente película “Días de vino y rosas”, estelarizada por Jack Lemmon y Lee Remick, en la cual ambos protagonistas dieron “vida” a personas que padecen gravemente la enfermedad del alcoholismo. Sin duda un retrato muy fiel de lo que es la sociopatía más presente en nuestro país.

Hubo respuesta y la sala lució con una buena asistencia.

Poco antes de la exhibición y a amable invitación del Ing. Javier Ballesteros López, director del Instituto Municipal de Cultura y Arte de Guaymas (IMCA), tuve oportunidad de hablar un poco sobre el padecimiento que aqueja con gran preocupación a 26% de la población mexicana.

A pesar de los grandes adelantos que tenemos hoy en día y cuán cercanos están de nuestras manos, aún hay gente –entre ella, médicos, psiquiatras y otros profesionales de la medicina-, que consideran al bebedor problema como un vicioso.

En 1953, la Organización Mundial de la Salud (OMS), previo a un extenuante y minucioso estudio de dos mil personas que bebían de manera “anormal”, llegaron a la conclusión que el alcoholismo es una enfermedad INCURABLE, PROGRESIVA y MORTAL por razones comprensibles.

Es una enfermedad por que tiene síntomas, quizás el más preponderante: la NEGACIÓN. Hasta hoy, no se conoce que haya un medicamento que “cure” la enfermedad. Una persona mientras más bebe, más adicta se vuelve por ello es progresiva; y mortal por que directa o indirectamente, quien bebe, afecta su salud y produce daños colaterales.

Por mala ventura, el bebedor problema o alcohólico no sólo se daña él mismo, sino que envuelve en su carrusel a sus seres más cercanos: familia, amigos, compañeros de trabajo, etc.

Con la ingesta de alcohol, el ser humano –hombre o mujer-, cambia su comportamiento (por supuesto cuando ya existen evidentes rasgos de la enfermedad) y aunque en un principio todo le parece “vida y dulzura”, el paso del tiempo lo convierte de una mansa persona a una fiera. El síndrome del Dr. Jeckyll y el Sr. Hyde aparece.

Por causa de la bebida, se pierden horas-hombre que cuestan a la industria productiva, millones de pesos. La desunión y violencia intrafamiliar aparece, enfermedades que cuestan al sector salud, millones de pesos y podría hacer una inmensa lista de todos los perjuicios que acarrea el beber inmoderadamente.

Pero no todo es mala noticia, existen también por fortuna, unos grupos de autoayuda que aparecieron en 1935 y están diseminados por el mundo: Alcohólicos Anónimos. Esta agrupación tiene en México más de 14000 grupos que ayudan al alcohólico a recuperarse, mas no a curarse. Para que haya recuperación, debe haber abstinencia total de la bebida.

En fin, hablar sobre el alcoholismo es ocupar cientos de espacios, pero lo más importante de ello, es que quien crea tener problemas con su manera de beber o conoce a alguien que los tenga, pueden ponerse en contacto con los miembros de A.A.’s o marcar al teléfono en Guaymas 22 285 55.

Acápite: No quiero dejar pasar la oportunidad en este Día Internacional de la Mujer, enviarles mis sinceros, cariñosos y respetuosos saludos a todas las féminas que endulzan la vida al hombre, especialmente a la Sra. Norma Castro y a la Dra. Blanca Camacho. ¿Qué haríamos sin las mujeres?